Me divertí diez años en El País, cuatro en la SER y pasé otro par en Telecinco. Una compañera y yo descubrimos un día que nuestro alcalde en Santiago no pagaba sus impuestos. Él tuvo que dimitir y sigue creyendo que la culpa fue nuestra, no suya. Hice un librito sobre eso, Conde Roa, caso perdido, que según mis amigos se leía muy rápido y según los libreros se vendía despacito. Al cumplir 40, en 2016 me acogieron en eldiario.es y desde 2022 soy director adjunto.
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