Es una joya, un ejemplo de arquitectura brutalista “único e inigualable en España, con unas líneas y un diseño enmarcados en el entendimiento de una modernidad que se inspiraba en principios del estilo internacional y las influencias de Le Corbusier”. Así define Hispania Nostra al actualmente abandonado hotel Claridge, en el término municipal de Alarcón, en Cuenca.
Acaba de entrar en la Lista Roja del Patrimonio debido a su estado. Fue construido en 1969 por la empresa de autocares AutoRes, que tenía en su poder la concesión oficial del transporte de viajeros entre Madrid y Valencia a través de la Nacional III. El hotel se encuentra ubicado en un punto casi intermedio del trayecto entre Madrid y Valencia en un enclave pensado para que todos los autobuses que pasasen hiciesen parada. Después de 30 años y tras construirse una nueva autovía, la A3, finalmente se cerró al caer en desgracia la antigua vía que lo mantenía vivo.
Su singularidad ha sido reconocida en decenas de artículos y exposiciones de fotografía, de igual manera se incluye en la lista de edificios emblemáticos del siglo XX de Castilla-La Mancha, pero en la actualidad está en un lamentable estado y no cuenta con ningún tipo de protección.
“Abandonado y vandalizado, el interior ha sido saqueado y la estructura exterior ha sufrido decenas de pintadas”, señala Hispania Nostra.
Este edificio fue construido íntegramente en hormigón armado y cuenta con 36 habitaciones aproximadamente, repartidas en un edificio de tres pisos en forma de L.
Además del edificio principal, el hotel cuenta con el espacio de las terrazas, algunas dependencias anexas destinadas a restauración y al descanso de los viajeros, así como una piscina, un aparcamiento y un mirador al embalse de Alarcón. La construcción es de estilo brutalista sesentero, con aristas suavizadas redondeadas y hormigón desnudo que le otorgan ese aspecto de búnker tan característico. “Tan compleja construcción destaca sobre el paisaje rural de escasa densidad edificatoria donde se encuentra”, señala la organización patrimonialista.