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Cipriano Salvador o “rehabilitar” al maestro acusado por el franquismo de robar un cuadro del 'Da Vinci español'

Domingo Cipriano Salvador Gijón, profesor y pintor republicano acusado falsamente por el franquismo de robar una valiosa obra de arte en Almedina (Ciudad Real) que en realidad se llevó al Museo del Prado y para el que se pide rehabilitar su figura

Carmen Bachiller

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Domingo Cipriano Salvador Gijón (Pedro Muñoz, 1894) fue profesor, pintor y, sobre todo, divulgador y protector del patrimonio del Campo de Montiel, pero pasó a la historia como ‘ladrón’ de uno de los cuadros de Fernando Yáñez, discípulo manchego de Leonardo Da Vinci.

Santa Ana, la Virgen, santa Isabel, san Juan y Jesús niño desapareció de la iglesia de Almedina, en Ciudad Real, para la que había sido pintado. Considerado uno de los artistas “más exquisitos” del Renacimiento lo pintó en la última fase de su vida cuando regresó a su pueblo natal en el siglo XVI.

Durante la guerra civil española, y sobre todo cuando terminó, cientos de obras de arte desaparecieron de sus lugares de origen expoliadas por el franquismo. Las iglesias no se libraron. Algunas reclaman todavía hoy su patrimonio, depositado entre otros lugares en el Museo del Prado. Allí ha estado el cuadro dado por desaparecido durante más de 80 años.

Cipriano Salvador era republicano y un amante del arte. Fue condenado a muerte cuando acabó el conflicto bélico por el robo de esta pieza que formaba parte del retablo de la iglesia. No era cierto. “Un cura y el director franquista del Museo del Prado se hicieron con él aprovechando la confusión”, relata José Alberto López Camarillas.

Este profesor valenciano con raíces en Almedina, demostró en 2020 la inocencia del pedroteño y publicó sus investigaciones en diferentes revistas científicas. Desde entonces, acompañado por la familia del profesor y por José Antonio Talavera, el alcalde del municipio, reivindica rehabilitar su figura.

La historia de Salvador Gijón rompe el relato oficialista del franquismo y es de los primeros casos divulgados en España de memoria histórica en el arte. Frecuentemente, detrás de las acusaciones de expolio artístico a intelectuales republicanos, se esconde un oportunista cercano al régimen que se enriqueció de manera ilegítima

José Alberto López Camarillas Docente e impulsor del proyecto vinculado a la memoria histórica

“En 2020 demostré que el cuadro robado está en el Museo del Prado”, explica. Aprovechó el año de la pandemia de COVID-19 para iniciar una investigación y recuperar la memoria del hermano de su abuelo, encarcelado por colaborar con el maquis, y se topó con otra historia que le ha llevado a trabajar para rehabilitar la figura de Cipriano. Su hijo también se llama así. Tiene ya 87 años y lleva esperándolo toda su vida.

“La historia de Salvador Gijón rompe el relato oficialista del franquismo y es de los primeros casos divulgados en España de memoria histórica en el arte. Frecuentemente, detrás de las acusaciones de expolio artístico a intelectuales republicanos, se esconde un oportunista cercano al régimen que se enriqueció de manera ilegítima”, añade el docente y editor.

“Era huérfano y se crió con la familia de su madre. Eran los 'Gijón' de Alhambra, que estaban muy bien posicionados y que eran propietarios de una central hidroeléctrica en Ruidera. Su verdadera profesión fue la de pintor”.

Pero también fue un cervantista. Con motivo del III Centenario de la publicación del libro Don Quijote de la Mancha, allá por 1915, se ocupó de divulgar la existencia de la Cueva de Montesinos, uno de los lugares míticos de Castilla-La Mancha del imaginario cervantino. “Se dio cuenta de que la Mancha era solo un cruce de caminos que necesitaba reivindicar El Quijote como parte del turismo cultural y sostenible”.

Su sueño, explica López Camarillas, era poner en marcha una ruta. Llegó incluso a redactar y exhibir el proyecto en la Exposición Iberoamericana celebrada en Sevilla en 1929. “Quería que la Mancha pudiera tener ingresos turísticos gracias al Quijote. Hasta reivindicó un Estatuto de Autonomía en 1921. Ese año recorrió y catalogó los atractivos culturales y naturales de la provincia”. De hecho, fue colaborador del historiador y ministro (equivalente a Asuntos Exteriores) durante la Segunda República, Claudio Sánchez-Albornoz. Otro de los expoliados en sus propiedades por el franquismo.

Una Proposición No de Ley en el Congreso

Izquierda Unida ha presentado en el Congreso de los Diputados, a través del Grupo Parlamentario Plurinacional Sumar, una Proposición No de Ley (PNL) para honrar la memoria y el sacrificio de Domingo Cipriano Salvador Gijón.

La iniciativa la han presentado los diputados de Sumar Engracia Rivera y Nahuel González y cuenta con informe favorable del Ministerio de Cultura y del Museo del Prado.

Las raíces familiares de la diputada están en Almedina. “La idea de una PNL trata de visibilizar la historia y también la riqueza cultural de todo el Campo de Montiel. Cipriano decía que había que poner en valor la Mancha para que no quedase como un cruce de caminos despoblado. Yo nací y me crie en Barcelona porque mis padres no tuvieron oportunidades en su pueblo”.

“Siempre me ha tenido alucinada”, confiesa, ese amplio, y desconocido patrimonio de esta parte de la provincia de Ciudad Real como el órgano histórico de Torre de Juan Abad o la casa-museo de Quevedo. “Cipriano, el maestro republicano lo hacía, reivindicaba la necesidad de darlo a conocer”.

La proposición, que se elevará a la Comisión de Cultura del Congreso, busca “reconocer el sacrificio de Cipriano Salvador Gijón y resarcir al pueblo de Almedina por el daño causado”. La intención es que se reconozca que fue “injustamente perseguido, encarcelado y torturado por el franquismo bajo la acusación de robo de la obra que protegió”. Murió el 18 de diciembre de 1975 con su nombre manchado por una injusticia histórica. 

“Sería una de las primeras veces en reconocerse un daño así en la historia del arte español”, señala José Alberto López Camarillas. 

“Es fundamental que reconozcamos y reparemos la memoria de aquellos que, como Cipriano Salvador Gijón, sufrieron por defender nuestro patrimonio cultural en tiempos de guerra y represión. Al mismo tiempo, debemos reparar a las comunidades que han sido despojadas de sus bienes culturales, como el pueblo de Almedina”, explica Nahuel González López, portavoz de Memoria Democrática de Sumar en el Congreso.

“Siempre se pensaba que los republicanos destruían las obras de arte con valor religioso. Es incierto. Precisamente Cipriano puso su cuerpo en medio para proteger una obra de arte de valor incalculable”, añade Engracia Rivera. “Desconocía esta parte de la historia, José Alberto ha hecho un esfuerzo enorme por sacar a la luz esta historia tan rocambolesca”.

La PNL insta al Ministerio de Cultura a realizar un homenaje en Almedina, que incluya una placa en honor al pintor y profesor. También se pide que el municipio pueda disponer de una réplica del cuadro.

Al Museo del Prado, depositario de la pintura, le solicitan que “explique la verdadera procedencia de la obra en sus exposiciones” e incluso que considere la posibilidad de una exposición temporal en este pueblo de Ciudad Real.

“Esta iniciativa no solo busca la justicia histórica y cultural, sino también impulsar el desarrollo local a través del turismo cultural, ofreciendo a Almedina una oportunidad para recuperar parte de su historia y patrimonio, y contribuir así a su regeneración socioeconómica. Es hora de que Almedina y Cipriano reciban el reconocimiento que merecen”, explica Nahuel González.

“Nos gustaría que el hijo de Cipriano no se vaya de este mundo sin ver reconocido a su padre. Es de justicia. Además, será también un impulso más al interés turístico del pueblo. Cada vez son menos gente”, apostilla Engracia Rivera. “No hablamos de revanchismo, sino de reparar la figura de quienes pasaron a la historia como delincuentes, sin serlo”.

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