ENRESA comenzará en marzo de 2023 el desmontaje de la nuclear de Garoña: “Por fases y muy diferente al de Zorita”
La primera fase del desmantelamiento de la central nuclear de Garoña, en Burgos, comenzará en marzo de 2023. Esa es al menos la fecha que manejan tanto ENRESA, la empresa nacional de gestión de los residuos radiactivos en nuestro país, como el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
Este jueves representantes tanto de ENRESA como del regulador nuclear español participaban en una jornada informativa sobre la seguridad y la protección radiológica en Trillo (Guadalajara), dentro de una ronda informativa nacional dirigida a los alcaldes -y en general a la población- de los municipios de las áreas de influencia de las centrales nucleares, organizada por el CSN en colaboración con la Asociación de Municipios con Centrales Nucleares (AMAC).
Allí, y a preguntas de elDiarioclm, Francisco Castejón, consejero del CSN, se refirió a la central nuclear de Garoña. Será la siguiente tras la primera fase de desmantelamiento iniciada en Vandellós I - la segunda está prevista para 2030- y del desmontaje que arrancó en 2010 en la central ‘José Cabrera’ de Almonacid de Zorita (Guadalajara) cuya clausura total está prevista para 2024.
En marzo de 2023, el CSN “estará en posición de aprobar el plan de gestión relativo al acondicionamiento de residuos y hacer la transferencia de la titularidad de Nuclenor, la propietaria, a ENRESA para iniciar el desmantelamiento”, explicaba Francisco Castejón.
El proceso se hará por fases y será muy diferente a cómo se ha actuado en Zorita. “En la ‘José Cabrera’ será más sencillo. La propietaria, Unión Fenosa, fue la encargada de sacar el combustible y trasladarlo hasta el Almacén Temporal Individual (ATI)”. Pero en Garoña lo hará ENRESA. “En un desmantelamiento ordinario suele hacerlo la empresa titular y suele durar unos tres años”.
¿Qué implica sacar el combustible de la central nuclear? Por un lado, los residuos de media y baja actividad, los menos peligrosos, se pasan a barriles asegurando la protección radiológica. Después, los de alta actividad, se sacan de la ‘piscina’ -el sistema común de almacenamiento del combustible gastado del reactor- para ser trasladados al ATI.
“En Garoña no será así porque el reglamento permite una alternativa que pasa por someter al Consejo de Seguridad Nuclear un plan de gestión del combustible gastado. Es lo que ha hecho ENRESA. Asumirá la titularidad con el combustible todavía en la piscina porque una central de agua en ebullición como Garoña tiene más residuos de media y baja actividad que una central con agua a presión”.
Se requiere un tratamiento diferente. “Se ha propuesto ir sacando los residuos y usar el edificio de la turbina como una especie de taller general para acondicionar los residuos. Es factible y es lógico porque ahorra tiempo”.
El 'no' mayoritario del CSN a reforzar la seguridad en Vandellós II: “Me he quedado en minoría”
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) pedirá por carta a los propietarios de la central nuclear Vandellòs que instalen filtros HEPA en siete salas de las instalaciones en las que se manipular residuos radiactivos.
Y lo hará sin atender al voto particular planteado por uno de los consejeros del organismo regulador español, Francisco Castejón, que advirtió que una carta no es el sistema más adecuado para dirigirse a Endesa e Iberdrola, las propietarias de la central, y que ese tipo de filtros no son suficientes.
El antecedente de su postura está, según ha explicado durante la jornada celebrada en Trillo, en el incidente de liberación de partículas en la central nuclear de Ascó en abril de 2008, tras el que se requirió a todo el parque nuclear español revisar la filtración en los sistemas de ventilación de los edificios de las centrales nucleares para comprobar el riesgo de emisiones al exterior.
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) relacionó la procedencia de estas partículas con las maniobras realizadas el 26 de noviembre de 2007, al finalizar la recarga, para el vaciado y limpieza del canal de transferencia de combustible.
La central nuclear de Vandellòs II tiene un reactor Westinghouse. Francisco Castejón recuerda que la Nuclear Regulatory Commission (NRC) de Estados Unidos, el regulador nuclear de aquel país [los reactores Westinghouse de la nuclear de Vandellòs II son americanos], así lo exige“, lamenta el consejero. Pero en España, eso no se aplicará a esta central.
“Todos los reactores nucleares Westinghouse han puesto filtración completa en las salas donde se manipulen residuos radiactivos. Aunque no sean importantes para la seguridad, se están manipulando y resulta que Vandellòs II no tiene este tipo de filtros”, explica.
El consejero detalla que el Consejo de Seguridad Nuclear elaboró una instrucción complementaria en 2021 para pedir a la empresa propietaria de Vandellòs II la instalación de filtros en las siete salas en las que se manipulan residuos. “El cuerpo técnico nos comunicó que se dirigirían a los propietarios de la central por carta para comunicarles que debían poner simplemente filtros EPA. Y yo hice un voto particular por esta razón”.
Y es que, afirma, “una carta no es el medio adecuado para requerir nada porque el titular la recibe y no tiene ninguna obligación. No. Hay que enviar una instrucción técnica con un mecanismo regulador obligatorio”.
Por otro lado, añade, “en dos de las siete salas se manejan yodos radiactivos. Un filtro HEPA no los detiene y pedí instalar filtros además filtros de carbón activo que sí lo hacen. Me quedé en minoría. Sigo pensando que es absolutamente sensato, aunque sea más caro. Ya que te pones, ponlos completos”.
La central nuclear Vandellòs está situada en el término municipal de L`Hospitalet del Infant, a orillas del mar Mediterráneo. Funciona mediante un sistema nuclear de producción de vapor formado por un reactor de agua ligera a presión, suministrado por la empresa norteamericana Westinghouse. Vandellòs inició su actividad el 8 de marzo de 1988 y tiene concedida la renovación de la autorización de explotación hasta el 27 de julio de 2030.
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