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Una jueza condena a Ferrocarrils de la Generalitat por despedir a una trabajadora víctima de violencia machista

La trabajadora, víctima de violencia machista, a punto de entrar en la sede de Ferrocarrils de la Generalitat en su primer día tras ser readmitida por una sentencia que declaró nulo su despido

Marta Teixidó

Barcelona —

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No era un viernes cualquiera en la sede de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) de la calle Vergós de Barcelona. Varios trabajadores y afiliados del sindicato Comisiones Obreras (CCOO) se han concentrado para dar la bienvenida a una trabajadora readmitida tras declarar nulo su despido una jueza al concluir que la empresa la echó pese a saber que era víctima de violencia de género, algo que prohíbe la ley.

La sentencia, que ya es firme porque FGC no ha recurrido, señala que, si bien la empresa no actuó “con mala fe”, ya que le brindó apoyo, sí era “consciente” de la situación de violencia de género de la trabajadora y pese a ello la echó al no considerar superado su periodo de prueba.

Todo ello pese a que la violencia machista es una situación “especialmente protegida” por el Estatuto de los Trabajdores y que cualquier despido de una mujer víctima es nulo, tal y como ha ocurrido en este caso de Barcelona. por el artículo 55.5ET que declara la nulidad del

“Estamos ante un auténtico despido que se declara nulo por vulneración de los derechos fundamentales de la trabajadora”, reza la resolución, a la que ha tenido acceso elDiario.es.

La empleada ha sido recibida este viernes por varios de sus compañeros entre aplausos, abrazos y una pancarta que rezaba “Bienvenida compañera” y un “estamos contigo”. “Por una tolerancia cero contra la violencia machista de verdad. Bienvenida, compañera”, aseguraba otra pancarta.

Con emoción contenida, la trabajadora ha cruzado la puerta para reincorporarse a su puesto. “Sin la ayuda del sindicato, yo no estaría aquí hoy”, ha afirmado la empleada, con la voz cargada de gratitud.

Hace más de un año, mientras trabajaba en la empresa pública, la empleada sufrió violencia de género por parte de su entonces marido y tuvo que recibir asistencia médica. Al día siguiente, acudió a su puesto de trabajo e informó a su superior de la situación. Poco después, fue citada a un juicio rápido en el Juzgado de Violencia de Género.

La trabajadora presentó ante FGC la sentencia, la orden de alejamiento y el parte de lesiones, y posteriormente cogió la baja debido a la grave situación que estaba atravesando. 

Tras el período de baja y las vacaciones que le correspondían, al reincorporarse a la empresa, notó un trato excluyente por parte de los responsables de la organización en ese momento. “La iban dejando de lado en el ámbito laboral, no la hacían participar en las reuniones de Teams”, subraya Ricard Beumala, secretario general de la Sección Sindical de CCOO en FGC.

La víctima acudió al sindicato en busca de apoyo. “Nosotros recopilamos la cronología de los hechos y hablamos con la empresa”, explica Beumala. “Pero la respuesta de la anterior dirección de FGC fue enviarle una carta a la trabajadora informándole de su despido, alegando que no había superado el período de prueba de un año”, añade.

El abogado de la trabajadora explica que la empresa no puede afirmar que el despido no fue discriminatorio. La discriminación comenzó en el momento en que no se tomaron medidas previas de protección hacia la trabajadora, como ofrecerle ayuda o reducir su carga de trabajo. “La empresa debió haber adaptado el puesto de trabajo a las condiciones personales de la trabajadora,” concluye.

En la sentencia, la jueza declaró nulo el despido y ordenó la readmisión de la trabajadora en la empresa. Además, reconoció la vulneración del derecho a la igualdad y condenó a la empresa a indemnizarla por haber quebrantado sus derechos fundamentales. También determinó que imponer un período de prueba de un año a una trabajadora titulada era abusivo.

“Con esta sentencia se ha hecho justicia ante la situación de vulnerabilidad que sufrió la trabajadora”, señala Beumala. También destaca que es la primera vez que un fallo contra FGC declara un despido nulo, ya que en casos anteriores se habían dictaminado despidos improcedentes, lo que dejaba en manos de la empresa la decisión de readmitir a la persona afectada o indemnizarla.

La empresa pública no ha recurrido la sentencia y ha asegurado que acata el fallo judicial. “Desde Ferrocarrils cumplimos con todas las resoluciones judiciales y las respetamos al máximo, también en este caso”, han manifestado.

Pero en lugar de acompañar a la víctima en su primer día de trabajo tras su readmisión, Beumala destaca que “la empresa ha preferido organizar, ese mismo día, una campaña publicitaria” bajo el lema Tolerancia cero con la violencia machista.

Como parte de la acción, FGC ha reunido a 160 voluntarios para formar un gran número 0, a quienes les ha entregado una sudadera con el lema, además de ofrecerles transporte gratuito desde Rubí, Martorell y Barcelona hasta el pueblo de Monistrol, donde se llevará a cabo el acto.

“Esto es un claro ejemplo de lavado de imagen y doble moral. La empresa ni siquiera ha tenido la decencia de hablar con la trabajadora. Todos los acuerdos para su readmisión han sido tramitados exclusivamente entre los abogados”, denuncia Beumala.

Desde la Secretaría de Mujeres de CCOO han propuesto la creación de un documento de acogida dentro de la comisión de igualdad.

El secretario general de la Sección Sindical de CCOO en FGC subraya que no se trata solo de un protocolo de protección, sino de un mecanismo de acompañamiento real, que contemple medidas como la modificación del horario laboral, el apoyo en la gestión de trámites y la garantía de principios establecidos para evitar que la empresa se desentienda de su responsabilidad.

El documento busca ofrecer un marco de actuación para las trabajadoras de FGC víctimas de violencia machista y evitar que se repitan casos como el ocurrido. “Sin embargo, la empresa ha pedido que sea el sindicato quien redacte el documento, para después valorarlo y someterlo a votación, quitándose así responsabilidades de encima”, denuncian desde CCOO mientras la trabajadora cruza la puerta para reincorporarse a su puesto.

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