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Opinión - ¡Nos comerán! Por Esther Palomera

Puigdemont ofrece diálogo a Madrid pero no para hablar de financiación sino de independencia

El president de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, se ha sometido este miércoles a su primera sesión de control en el Parlament, en la que a preguntas de la oposición se ha mostrado poco dispuesto al promover un diálogo con el Gobierno central para negociar una mejora de la financiación autonómica. El president, en cambio, sí quiere iniciar las conversaciones con Madrid para hablar sobre la independencia. “De que la independencia iba en serio, ustedes se han dado cuenta demasiado tarde”, ha explicado citando a Gil de Biedma.

Ante la pregunta de la líder de Ciutadans, Inés Arrimadas, sobre un cambio en la financiación autonómica, Puigdemont ha asegurado que el Govern no puede liderarla porque no cree en ella. “Si lo hiciéramos, al otro lado no encontraríamos a nadie”, ha asegurado. Esta negativa a liderar las conversaciones para mejorar los ingresos de la Generalitat ha tenido lugar solo unas horas antes de la votación sobre la prórroga presupuestaria propuesta por el vicepresident y conseller de Economía, Oriol Junqueras, que ha expuesto las dificultades económicas de la Generalitat debido a la mala financiación de las CCAA.

“España está cambiando”, ha asegurado la jefa de la oposición, a lo que Puigdemont ha replicado que “no necesariamente para bien”, y se ha referido a la situación de incertidumbre política en las instituciones del Estado por la incapacidad para llegar a un pacto de investidura un mes y medio después de las elecciones del 20-D. El líder catalán ha considerado que los partidos españoles no saben gestionar “la complejidad política” y ha señalado el ejemplo de Catalunya como modelo de entendimiento que deberían seguir en el Congreso.

Pese a su negativa a promover un proceso de negociaciones para mejorar la financiación, Puigdemont ha asegurado que su voluntad de diálogo es “permanente”. Ahora bien, el Govern independentista quiere negociar fundamentalmente sobre la independencia y llegar cuanto antes a forman un estado para Catalunya. Este camino había quedado abierto por el vicepresident Oriol Junqueras con anterioridad, cuando la semana pasado afirmó que quería negociar el reparto de la deuda para una futura secesión.

Barcelona World, Línea 9 y CIE

El Govern ha respondido a otras cuestiones que han marcado el inicio de la legislatura, como la Línea 9 y 10 del metro de Barcelona. El conseller de Territorio, Josep Rull, ha mostrado su intención de culminar la conexión en metro de los barrios de la Marina y la Zona Franca en 2017.

Por su lado, el conseller de Interior Jordi Jané, ha confirmado la retirada del Govern de las causas judiciales contra activistas. Desde Justicia, Carles Mundó ha asegurado que continuará reclamando al Estado el cierre del CIE de la Zona Franca.

El líder de Junts pel Sí ha querido mostrarse cercano a los grupos de CSQEP y PSC, en un momento en el que la estabilidad del pacto con la CUP es incierta, una sintonía que ya se buscó en los encuentros que Puigdemont mantuvo con los líderes de ambos partidos.

En este sentido, el Govern ha esgrimido ante Miquel Iceta sus intenciones respecto a Barcelona World, que tras el fracaso del proyecto pasan por implicarse en el tejido empresarial tarragonés. De hecho, Puigdemont ha dicho que BCN World “no es un proyecto muerto ni mucho menos, está vivo”, aunque la propuesta de acuerdo con la CUP a cambio de estabilidad parlamentaria incluía la paralización del Plan Director Urbanístico (PDU) que debe regularlo.

El president ha aclarado a Lluís Rabell el proyecto de reforma de la RMI, de la que ha explicado que “proteja a todo el mundo, sin tener en cuenta qué piensa o qué lengua habla”.

La prórroga presupuestaria, que ha sido presentada al pleno por el Govern como un debate de carácter “técnico” y “temporal”, ha sido el primer escollo de Junts pel Sí en el pleno. La negativa de la CUP a votar a favor de los presupuestos y apostar por la abstención, la misma posición por la que ha optado CSQEP, ha puesto en problemas el proyecto de prórroga que Junqueras pensaba pasar sin mayor dificultad.