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Los Mossos certifican al juez que el policía que reventó un ojo a un joven el 1-O le disparó dos veces

Informe de los Mossos donde se aprecia la escopeta en rojo tras el disparo

Oriol Solé Altimira

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El agente de la Policía Nacional UC563 no solo fue, según los Mossos d'Esquadra, el autor del disparo de la bala de goma que reventó el ojo a Roger Español el 1-O. Instantes antes de la lesión, el mismo agente ya había disparado a Español. Así lo constata la policía autonómica en su informe pericial, al que ha tenido acceso eldiario.es, aportado al juez de Barcelona que investiga las cargas de la Policía para impedir el referéndum.

El juez ha convocado este lunes a los peritos de los Mossos d'Esquadra para que se ratifiquen en su informe. El dictamen reseña segundo a segundo los movimientos del agente sospechoso de dejar sin visión del ojo derecho a Español el 1-O en la calle Sardenya de Barcelona, tras desalojar el colegio Ramon Llull. Tanto los Mossos como la defensa de Español, que ejerce la letrada Anaïs Franquesa del centro Iridia, señalan al mismo agente.

La identificación por parte de los Mossos allana el camino al juez para llevar a juicio al agente. Además, el número de disparos que el policía investigado habría efectuado apuntando a Español es relevante para el futuro del caso, ya que puede dar pie a las acusaciones para argumentar que el disparo que finalmente hirió al joven fue intencionado y no se trató de una mera imprudencia.

“El informe de los Mossos confirma y avala la labor hecha por Iridia para identificar al agente que lesionó a Español”, asevera Franquesa, que destaca además el hecho de que el policía imputado “realizara más de un disparo” al joven.

En su informe, los Mossos no aclaran si el primero de los disparos fue una salva –disparo sin proyectil– o una bala de goma, como ocurriría segundos después, provocando la herida Español. El dictamen presentado por Iridia al juez contabiliza además un tercer disparo de bala de goma hacia del mismo agente hacia Español antes de la lesión.

En lo que no hay diferencia alguna entre ambos informes es en señalar la autoría de la lesión. Para ello los Mossos se han basado en los más de 30 vídeos que constan en el sumario y en la complexión física, la posición en el momento del disparo y los elementos diferenciales de la vestimenta de cada uno de los policías presentes en la zona (de qué lado del cinturón llevaban colgando la gorra, si vestían espinilleras y guantes o las características de la bolsa de munición).

El juez mantiene imputados tanto a Español (excandidato de JxCat al Senado) por lanzar una valla a los agentes como a los once escopeteros de la Policía Nacional que intervinieron el día del referéndum en los aledaños de la escuela Ramon Llull, donde fue herido Español. Ninguno de ellos ha reconocido la agresión en sus respectivas declaraciones ante el instructor, y todos han ofrecido una versión común: se tenían que disparar balas de goma –prohibidas en Catalunya a los Mossos d'Esquadra, cuerpo competente en orden público– porque quedaron “aislados” y tenían que abandonar la zona para evitar “una tragedia”.

En concreto, el agente UC563, en su declaración como investigado, no se reconoció entre los agentes que estaban en la zona donde fue herido Español, sino que se situó en la acera contraria de la calle Sardenya. También reconoció haber lanzado dos balas de goma, siempre en dirección a “la masa”. “No se puede apuntar a alguien porque ese alguien… Tiene que ser a la masa más violenta”, apostilló.

En ninguno de los anteriores casos de heridos por balas de goma en Catalunya fue posible identificar al mosso d'esquadra que había disparado. En el caso de Ester Quintana, el único que ha llegado a juicio, los agentes acusados terminaron absueltos al no poderse determinar al 100% que dispararon. Otros casos de mutilaciones por balas de goma de la policía catalana no llegaron ni a juicio. Y otro caso reciente, el de la muerte de Iñigo Cabacas en Euskadi, la Justicia tampoco encontró al autor material del disparo, si bien se condenó al jefe del dispositivo de la Ertzaintza por permitir el disparo en un callejón cuando no era necesario.

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