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Los terroristas de Barcelona compraron material para fabricar explosivos diciendo que era para lavar ropa y madera

El acusado Mohamed Houli Chemial durante el juicio en su contra en la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares, Madrid. EFE/ Fernando Villar

Oriol Solé Altimira

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Los jóvenes terroristas del 17-A alardeaban en sus vídeos de lo fácil que les había sido conseguir materiales para fabricar explosivos. Además de robarlos en la empresa metalúrgica en la que trabajaba uno de los yihadistas de Ripoll, la célula mintió para que varias tiendas les vendieran materiales precursores de explosivos con los que elaboraron la 'madre de Satán', el explosivo que estalló en Alcanar y precipitó los ataques de la Rambla y Cambrils. Así lo han explicado este miércoles en la Audiencia Nacional los responsables y dependientes de los establecimientos. 

Dos de los terroristas, Youssef Aalla (fallecido en la explosión de Alcanar) y Mohamed Hichamy (abatido en Cambrils) compraron más de 300 litros de peróxido de hidrógeno, un precursor de explosivos, con la excusa de que lo querían vender en Marruecos para blanquear roba, pues en ese país, alegaron, es un material difícil de encontrar. Ocurrió, según han explicado dos vendedores de la tienda 'La Industrial Sabonera', los días 12 y 27 de julio de 2017.

Uno de los vendedores ha relatado que los terroristas le indicaron que querían “rebajar con agua el peróxido de hidrógeno para venderlo como blanqueante” de ropa en Marruecos. Los dos terroristas que realizaron la compra ya están muertos, pero la operación también implica a uno de los acusados en el juicio, Said Ben Iazza, porque según los testigos los yihadistas usaron su DNI para adquirir el material. La Fiscalía pide para Ben Iazza ocho años de cárcel por colaboración con organización terrorista. 

Houli y Aalla, han indicado los vendedores, pretendían comprar el material sin factura, a lo que ellos se negaron pues la normativa de mercancías peligrosas obliga a identificar el origen, destino, matrícula del vehículo y DNI del transportista. El documento que usaron los terroristas fue el de Ben Iazza.Un día antes de la primera compra, otro de los acusados en el juicio, Mohamed Houli, acudió a la misma tienda para, con la misma excusa, comprar otros 100 litros de peróxido de hidrógeno. Sin embargo, han explicado los testigos, no tenía toda la documentación necesaria. Al día siguiente acude Aalla para comprar los 100 litros, aunque niega tener relación con la consulta de Houli. Ambos pretendieron adquirir el material sin IVA ni factura, a lo que se negaron los vendedores.

Finalmente consiguieron llevarse el material en furgonetas, han explicado los testigos. La del 27 de julio tenía dentro tres neveras pues Aalla y Hichamy habían comprado 240 litros. En otra tienda de Tortosa, cerca de Alcanar, el dependiente ha explicado que vendió 25 litros de acetona a la célula, que le contó que quería el producto par limpiar madera. También compraron 175 litros de acetona en Vic, a medio camino entre Ripoll y Alcanar. La excusa en esta ocasión fue llenar un depósitos.

También han declarado este miércoles trabajadoras de una tienda de compraventa de oro, uno de los métodos que la célula empleó para financiarse y poder comprar el material explosivo. Una de las empleadas en la tienda de Vinaròs ha explicado que Houli (herido en la explosión de Alcanar y a quien la Fiscalía pide 41 años de cárcel) quiso vender unas joyas pero que rechazó comprarlas porque le dio “mala sensación”. También lo intentó Aalla, igualmente sin éxito.

Sí lo encontraron en la tienda 'Oro Inversión' de Vinaròs, cuyas empleadas han explicado que la célula vendió varias joyas diciendo que era una herencia de una abuela y que las vendían con autorización de su madre. Uno de los jóvenes que vendió las joyas era Houli, según han identificado las trabajadas, que lo han tildado de “normal, tranquilo y simpático”. Las joyas en realidad eran robadas, tal y como ha testificado la mujer de Ripoll a quien Said Aalla se las hurtó. El presidente del tribunal, Félix Alfonso Guevara, se ha comprometido a devolvérselas pues las joyas siguen bajo custodia.

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