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Castellón: Autocaravanistas felices, empresarios enfadados y el Ayuntamiento en la diana

A la una del mediodía de un día de principios de abril, un agradable sol calienta el Parque Litoral de Castellón. Es una gran extensión de dunas junto a la playa de la ciudad, rodeada de palmeras. Tiene un agradable aparcamiento, hecho de césped y adoquines. Allí, cinco turistas de origen belga comparten unas cervezas, sentados en sillas de playa, junto a su autocaravana. Rondan la sesentena y muestran su satisfacción: “Todo esta limpio y sois gente agradable. ¡Volveremos!”.

La situación no tendría nada de particular si no fuera porque la suya es una de las más de 40 autocaravanas que estos días ocupan la práctica totalidad del aparcamiento del parque. La creciente abundancia de estos vehículos ha provocado las quejas de la asociación de vecinos del barrio que rodea este espacio. También la denuncia de los dueños de los campings de los municipios cercanos, que ven cómo los turistas acampan gratis a pocos kilómetros de sus negocios.

El conflicto ha llegado también, y de forma repetida, al Ayuntamiento. Allí, los grupos políticos de PP y Ciudadanos acusan al equipo de Gobierno, formado por PSOE y Compromís, de haber ejercido un “efecto llamada” con el parking para autocaravanas de titularidad municipal que se inauguró hace un año, según Begoña Carrasco, portavoz del PP.

Las normas que no se cumplen

Su partido distribuyó recientemente un vídeo y fotografías en las que se podía ver a turistas haciendo la comida con botellas de butano y colocando mesas y sillas alrededor del vehículo. “No nos oponemos a ese tipo de turismo. Bienvenido sea. Pero han convertido el parque litoral en un camping ilegal de autocaravanas. Hacen competencia ilegal a los parkings, hacen vertidos… Queremos que vengan, pero con todas las garantías”, dice Carrasco.

El aparcamiento municipal está pensado como un lugar de paso. La estancia máxima es de 48 horas y está prohibido “sacar de la autocaravana cualquier elemento como sillas, mesas, barbacoas, toldo (...)”, según las normas expuestas en la entrada. El problema es que sus 19 plazas no son suficientes para la creciente afluencia de estos vehículos y que son muchos los autocaravanistas que no atienden esa reglamentación. El resultado es que el Parque Litoral está lleno de rubios turistas de mediana edad que cocinan, charlan o toman el sol en sus sillas de playa.

“El dinero se queda en España”

Entre ellos, la pareja de origen belga formada por Lambert Poelmans y Eliza Knops. Reconocen que están en Castellón cuatro días, y todavía les quedan tres. Vienen de Andalucía y van camino de casa. Dicen que les encanta el espacio. Se muestran extrañados cuando se les explica que hay vecinos, empresarios y políticos que se quejan de que los alrededores de la playa estén llenos de vehículos como el suyo.

“Yo tengo mi pensión, y el dinero se queda en España. Voy al supermercado, a restaurantes”, explica Poelmans. Knops añade que ella pagaría por estar en el Parque Litoral, pero solo “cinco o diez euros al día”. Ambos coinciden en que la gratuidad del espacio es uno de sus grandes atractivos: “Otras poblaciones no permiten autocaravanas, solo en campings. Y son demasiado caros”, concluye Lambert.

Un “paraíso fiscal”

Un “paraíso fiscal” La situación provoca las críticas de los empresarios de ese tipo de establecimientos turísticos. En Castellón no existe ninguno, pero sí en municipios colindantes. La Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo (ASHOTUR) llevó al Pleno municipal sus quejas ya en enero. El pasado miércoles, los dueños del camping Didota, en Oropesa del Mar, explicaron en una red social que están a favor de las zonas gratuitas de pernocta, porque es “una realidad que hay una demanda” y porque puede “desestacionalizar el turismo”.

Pero se quejan de que los vehículos no solo pernoctan, sino que también acampan. Es una “competencia desleal” porque “ofrece un ”paraíso fiscal“ en primera línea de playa, ya que ”se producen largas estancias y pernoctaciones a coste cero en un lugar privilegiado y no se cumple la normativa de acampada“.

Del Parque Litoral al aeroclub

Por su parte, el equipo de Gobierno defiende la legalidad del parking. Explican que “la autocaravana, como vehículo que es, se rige por las normas del Código General de Circulación”. Por eso, puede estacionar en cualquier sitio, siempre que no despliegue elementos externos. Respecto a las casas rodantes que llenan el Parque Litoral, reconocen que “es nuestra obligación, como institución, garantizar un uso equitativo de los espacios públicos”.

Para ello, afirman que prohibirán el estacionamiento en la zona de estos vehículos a partir de Jueves Santo. Se pondrán señales y se repartirán folletos a sus ocupantes en los que se les indicará que “además de la zona de parking específico de autocaravanas, podrán usar el parking que hay junto al aeroclub, en la avenida Ferrandis Salvador”.

El Ayuntamiento está, además, ampliando el aparcamiento del Planetario, que llegará a las 40 plazas. Se trata de “potenciar un sector turístico emergente que genera importantes beneficios”, explican las mismas fuentes. La concejal de Economía, Patricia Puerta, habló el pasado 30 de marzo en el Pleno municipal de un beneficio directo de dos millones de euros anuales y un gasto diario por turista de 50 a 100 euros. Unas cifras que el PP considera “irreales” y sobre las que recientemente pidió ver “el informe completo”.

Desde el Consistorio explican, además, que en breve publicarán la ordenanza que regulará el paso de las autocaravanas por la ciudad, de acuerdo a las indicaciones elaboradas por el Gobierno central de forma consensuada con otras instituciones.

Una figura “nueva”

Con su parking específico para autocaravanas, el Ayuntamiento de Castellón está potenciando una figura “relativamente nueva”, según la Agencia Valenciana de Turismo, dependiente de la Generalitat Valenciana. Este órgano explica que hay que distinguir entre las áreas de pernocta de pago, sobre los que sí hay competencia autonómica, de la “posibilidad de habilitar zonas que de forma gratuita y como servicio ofrecen los Ayuntamientos a quienes viajan en autocaravana”. En este último caso, la competencia es solo municipal.

El servicio es una reivindicación de las asociaciones de quienes practican esta modalidad turística. “Lo que estamos pidiendo son zonas de aparcamiento en ruta y eso es lo que ha hecho el Ayuntamiento”, explica Ángel Simó, de la Asociación Cultural de Autocaravanistas Valenciana. Simó lamenta que “se esté mezclando la competencia desleal con los campings, que no existe, con el incumplimiento de normas por parte de personas que acampan en el parque”.

La solución es que “se hagan cumplir” las reglas. Simó propone, además, que el Consistorio “regule” el estacionamiento en el Parque Litoral. “Al fin y al cabo, son gente que está dejando el dinero”. También niega el efecto llamada del aparcamiento municipal: “Antes también había autocaravanas”.

Mientras llega una solución, es previsible que los próximos días serán de intensa ocupación en el Parque Litoral, entre vecinos, paseantes y autocaravanistas. “Tenemos agua para lavar, podemos vaciar los inodoros, hay contenedores, tenemos cerca la ciudad y Benicassim”, se admiran Lambert y Liza. “Y podemos tomar unas cervezas en la ‘siesta time’”, concluye Lambert, recostándose en su hamaca.