Cs abandona el gobierno de Vilamarxant tras la expulsión de dos concejales y deja al PP en minoría

El gobierno formado en Vilamarxant entre los dos partidos más votados ha llegado a su fin con la marcha de Ciudadanos que dejan el PP del alcalde Héctor Troyano en minoría. La formación naranja ha certificado el fin oficial del ejecutivo municipal después de que este ya estallara por los aires con el anuncio de la retirada de competencias a dos de sus ediles, y ahora los tres restantes han anunciado que también dejan solo al PP.
De este modo este lunes los tres ediles formalizarán su renuncia que Ciudadanos atribuye especialmente a la cercanía del relevo pactado en la alcaldía, ya que esta formación debía recibir la vara de mando el próximo mes de junio, relevo que no se producirá tras romperse el pacto de gobierno.
La decisión ha sido tomada en el transcurso de una reunión en la que ha participado el secretario general de Ciudadanos, Carlos Pérez Nievas, la coordinadora autonómica de Ciudadanos Mamen Peris y los 5 ediles de Ciudadanos: el portavoz Xavier Jorge y los ediles Gabriel Castellano, Víctor Sanchis, Stefania Burlacu y Teresa González.
Ciudadanos señala que su renuncia es la respuesta a la “decisión unilateral, injustificada y burda” del alcalde Troyano, de quitar las competencias de Xavier Jorge y Víctor Sanchis. Castellano ostenta hasta el momento las áreas de Obras, Servicios Municipales, Deportes y Personal; Burlacu se ocupa de la gestión de las áreas municipales de Fomento del Empleo, Transparencia y Participación, mientras que González lleva las áreas de Turismo y Patrimonio.
La situación en la que queda ahora el Ayuntamiento de Vilamarxant es un gobierno en minoría del PP de Héctor Troyano con 7 ediles, mientras que en la oposición estarán los 5 concejales de Ciudadanos, los 3 del PSPV y los 2 de Compromís. Un caldo de cultivo que tiene números para una posible moción de censura.
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