La plataforma 'València no està en venda' convoca una manifestación este sábado para exigir la limitación de precios de alquiler

“Es urgente bajar los precios de alquiler, parar los desahucios y aumentar la vivienda pública y en cesión de uso cooperativo. Y no a través de promoción urbanística y expansión de la ciudad, sino explorando medidas más contundentes como la expropiación de viviendas vacías, turísticos o de la SAREB”. Así de contundentes se muestran desde la plataforma València no està en venda, que llaman a una movilización masiva este sábado, 5 de abril, para reclamar medidas urgentes a la grave crisis de vivienda. La marcha arrancará a las 18.30h desde la plaza del Ayuntamiento y finalizará en la Plaza América, aunque se organizarán columnas desde cuatro barrios.
La manifestación se convoca de manera conjunta con colectivos de otras 20 ciudades, con el objetivo de generar una gran marcha estatal que ponga de manifiesto el descontento ciudadano con las políticas de vivienda. “La situación de la vivienda ha empeorado. Las medidas anunciadas por las diferentes instituciones en ningún caso ponen en cuestión los beneficios de quienes especulan y, por lo tanto, no atajan la raíz del problema: que la vivienda es un negocio cuando tendría que ser un derecho”, censura la plataforma.
“Se multiplican los casos de desahucios, agraviados por la adquisición especulativa de edificios enteros y pisos a cargo de fondos buitre. El rentismo cada día extrae más ganancia de la clase trabajadora, acentuando las desigualdades entre clases”, sostienen los convocantes, que reclaman una ciudad habitable. Actualmente, exponen, el modelo de ciudad está “mercantilizado, expulsa al vecindario porque la industria del turismo explota nuestros barrios, se apropia de los espacios comunes y rompe las redes populares”.
La última manifestación, convocada el 20 de octubre, sacó a miles de personas a la calle en València y derivó en una acampada en la Plaza del Ayuntamiento. Desde 2015 hasta la actualidad, el precio del alquiler ha subido un 115% y los precios de compra rozan los máximos registrados antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria. “València está saturada, se está ahogando y necesita un cambio drástico y completo de visión y modelo de ciudad”, defendieron las organizadoras.
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