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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Diez fobias increíbles que padecen más personas de las que imaginas

Foto: Pixabay

Cristian Vázquez

Existen varias clases de trastornos de ansiedad. De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidospueden ser: trastornos de pánico, obsesivo-compulsivos (TOC), de estrés postraumático, de ansiedad generalizada y fobias. De estas últimas, definidas a su vez como “temores fuertes e irracionales de algo que representa poco o ningún peligro real”, existen muchísimas variantes.

Algunas son bastante comunes, como la claustrofobia (el miedo irracional a los recintos demasiado pequeños), la aerofobia (el pánico a volar), la glosofobia (el miedo que impide a algunas personas hablar en público) o la fobia social (también llamada trastorno de ansiedad social: el temor persistente a situaciones que involucren a otras personas, causado por la posibilidad de que la interacción con ellas dé lugar a circunstancias embarazosas).

Hay otras, sin embargo, que son muy poco conocidas y que resultan casi increíbles para la mayoría de la gente, dado que se trata de temores irracionales a objetos, situaciones o acciones que casi todos realizamos sin ninguna dificultad. En cambio, para quienes las padecen -que saben perfectamente que sus temores son injustificados, pero eso no les basta para dejar de sufrirlo- pueden derivar en problemas importantes para el desarrollo de su vida cotidiana. A continuación, un decálogo de fobias curiosas.

1. Amaxofobia

La amaxofobia es el miedo irracional a conducir vehículos. No se trata del temor o la inseguridad normal de cualquier persona que está aprendiendo o que conduce desde hace poco, sino de una sensación que bloquea e impide conducir, debido al miedo a sufrir un ataque de pánico mientras esté en medio del tráfico de la calle. Es decir, es “miedo al miedo”, como explica la psicóloga Júlia Pascual.

Lo peor es que la posible solución -el intento de conducir- puede generar, de hecho, un ataque de ansiedad con sus síntomas típicos: taquicardia, agitación, sudoración excesiva, mareo, jaqueca, etc. Tanto la amaxofobia (cuyo nombre se deriva de la palabra griega ‘amaxa’, que significa “carro”) como las demás fobias que se describen a continuación tienen tratamiento y solución. Lo aconsejado es acudir a un profesional para recibir ayuda terapéutica.

2. Somnifobia

La somnifobia -también llamada hipnofobia o clinofobia- consiste en el temor extremo y persistente a dormir. Quienes la padecen no pueden evitar la sensación de que les va a ocurrir algo terrible mientras duermen, en particular que van a dejar de respirar y que no despertarán nunca. Es decir, se asocia el sueño con la muerte. La consecuencia lógica es que estas personas padezcan insomnio, el cual acarrea perjuicios que pueden ser graves, desde cansancio, somnolencia e irritabilidad permanentes hasta un deterioro crónico físico y mental.

En ocasiones, esta fobia se asocia con otras, como la onirofobia, definido como el pánico a sufrir malos sueños y pesadillas, y la nictofobia, el temor a la noche y a la oscuridad. También estos trastornos puede afectar la cantidad y la calidad del sueño de quienes los sufren, con las consecuencias negativas que ello implica.

3. Crometofobia

Fobia curiosa donde las haya, dado que el objeto que genera el miedo irracional es el que suele ser objeto de deseo de casi todo el mundo: el dinero. Sin embargo, hay personas cuya psique -de manera inconsciente e involuntaria- asocia el dinero con conceptos negativos. En muchos casos, se trata de gente que, a causa de situaciones de precariedad económica, ha vivido momentos muy estresantes.

Esto las lleva a sentir rechazo por las monedas y los billetes, por lo cual procuran pagar con tarjeta siempre que les sea posible, aunque en ocasiones la fobia se extiende al concepto de dinero, y quienes la padecen pueden tener dificultades para consultar los datos de su cuenta bancaria o para realizar cualquier otra gestión con dinero de por medio.

4. Tripofobia

La tripofobia es el miedo al patrón repetitivo o a los agujeros como los que se ven en panales de abejas o en la flor del loto, pero también, por ejemplo, en las rejillas de ciertos desaguaderos o en los cascos de ciclismo. Los investigadores británicos Arnold Wilkins y Geoff Cole han propuesto que, a diferencia de la mayoría de las demás fobias, la tripofobia no es un miedo cultural aprendido, sino que tiene raíces biológicas y evolutivas.

Esta clase de imágenes están presentes en el cuerpo de arañas, serpientes y otros animales peligrosos, pero además remitirían a tejidos infectados y a la presencia de parásitos. Esto explicaría también que esta fobia no genere tanto miedo, sino sobre todo asco y repulsión. Muchos usuarios han tenido problemas con el iPhone 11, lanzado hace un par de meses, debido al dibujo que forman las tres cámaras de lente circular en la parte posterior del aparato.

5. Bibliofobia

Detrás del hecho de que algunas personas rechacen la lectura pueden encontrarse la bibliofobia, el miedo irracional a los libros y las bibliotecas. Por lo general, la bibliofobia surge a partir de alguna experiencia traumática, sobre todo en la niñez: por ejemplo, haber sufrido las burlas de sus compañeros o la humillación por parte de un docente en alguna ocasión en que haya tenido que leer en la escuela. Aunque también puede ocurrir que los libros queden asociados de manera negativa a un trauma que no tenga nada que ver con ellos o con la lectura.

6. Coulrofobia

La coulrofobia es curiosa aunque no tan infrecuente ni desconocida, pues el cine -en películas como It- la ha explotado: el miedo irracional a los payasos. La raíz de este problema también sería de orden biológico, y estaría dada por la llamada hipótesis del valle inquietante, según la cual los seres u objetos demasiado parecidos a seres humanos generan una sensación de rechazo, repugnancia y temor. Con los robots humanoides ocurre algo similar.

7. Querofobia

Esta fobia también parece ir en contra de la lógica: es el miedo irracional a ser feliz. ¿Por qué alguien se opondría a su propia felicidad? No porque prefiera la tristeza, sino porque, en esos casos, los momentos felices también incluyen una carga de tristeza. De nuevo aparece el “miedo al miedo”, pues los querófobos están convencidos de que, si viven una situación feliz, luego llegará una infeliz: les pasará algo malo, o la felicidad los convertirá en malas personas, o exhibir su felicidad será negativo (para sí mismo o para los demás), o simplemente la búsqueda de la felicidad le parecerá una pérdida de tiempo.

8. Turofobia

Padecer turofobia es sentir un temor irracional hacia el quesoqueso. Tan sorprendente como suena, surge casi siempre -como la crematofobia y la bibliofobia- de una experiencia traumática: un atragantamiento, una intoxicación o, simplemente, por haber quedado asociado con algo negativo sin relación directa con este alimento.

9. Triscaidecafobia

La triscaidecafobia tiene que ver con la superstición: es el miedo irracional al número 13. Se relaciona con el cristianismo, pues su tradición afirma que fueron trece las personas que participaron en la última cena de Jesús, aunque no es esa la única fuente posible del origen de los miedos en torno a esta cifra. Fobias similares son las que refieren específicamente a los días viernes 13 (parascevedecatriafobia), a los martes 13 (trezidavomartiofobia) o al supuesto número del diablo, el 666 (Hexakosioihexekontahexafobia).

10. Ablutofobia

La ablutofobia puede causar problemas importantes, porque es el temor irracional a higienizarse, lavarse o bañarse. Suele originarse en algún episodio traumático relacionado con el baño, a menudo en la infancia. Las consecuencias negativas de esta fobia pueden ser muy graves, tanto desde el punto de vista social (aislamiento, baja autoestima, problemas para conservar un puesto de trabajo) como para la salud, ya que la falta de higiene puede ocasionar muy variadas infecciones y enfermedades. Por supuesto, cuando se detecta o se sospecha la existencia de este trastorno, lo recomendado es acudir a un profesional lo antes posible.

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