¿Qué debemos comer y beber cuando pasamos una gripe o un resfriado?

Sopa.

Darío Pescador

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La sabiduría popular nos dice que si pasamos la gripe sin medicamentos, dura más o menos una semana, y si nos medicamos, siete días (aunque la tos y el moqueo pueden acompañarnos una semana más). Las llamadas infecciones agudas de las vías respiratorias superiores, que incluyen los resfriados y la gripe, son muy frecuentes en adultos y niños, y por desgracia, no tienen cura; no hay un tratamiento que las elimine una vez las hemos contraído. 

En su lugar, el sistema inmunitario de nuestro cuerpo debe librar una batalla a lo largo de varios días para eliminar los patógenos y regenerar los tejidos afectados. Durante ese tiempo sufriremos congestión nasal, moqueo, dolor de garganta, tos, malestar general y en algunos casos algo de fiebre.

La comida y la bebida que tomemos seguramente no afectará a la duración de la gripe o el resfriado, pero algunos alimentos pueden ayudarnos a que el cuerpo disponga de los nutrientes necesarios para curarse y a sobrellevar los síntomas.

Gripes, resfriados y vacunas

El resfriado común puede ser causado por más de 200 virus diferentes, siendo los rinovirus los más comunes. Los síntomas del resfriado se desarrollan de manera más gradual e incluyen estornudos, congestión nasal, secreción nasal y dolor de garganta. La fiebre es rara en los resfriados de adultos. El tratamiento para el resfriado es principalmente sintomático, ya que no hay un tratamiento antiviral específico.

La gripe, por su lado, es causada por el virus de la influenza, y se caracteriza por un inicio repentino de síntomas como fiebre alta, dolores musculares intensos, fatiga extrema, dolor de cabeza y tos seca. Es más grave que el resfriado y puede llevar a complicaciones graves, especialmente en personas mayores y de alto riesgo. Para la gripe hay fármacos antivirales como el Zanamivir, Oseltamivir o Peramivir, que reducen la duración y evitan las complicaciones graves. 

Para prevenir la gripe se desarrollan vacunas cada año, ya que el virus de la influenza muta constantemente. En el caso del resfriado no hay más prevención que lavarse las manos y evitar tocarse la cara, especialmente después de estar en contacto con otras personas porque la boca y los ojos son una puerta de entrada para los virus.

Los virus que causan el resfriado y la gripe atacan a las mucosas que recubren la garganta y las células del tejido epitelial de las vías respiratorias. Estas les sirven a los virus como 'fábricas' para hacer copias de sí mismos y terminan matándolas

Los nutrientes que no pueden faltar

Los virus que causan el resfriado y la gripe atacan a las mucosas que recubren la garganta y las células del tejido epitelial de las vías respiratorias. Estas células les sirven a los virus como 'fábricas' para hacer copias de sí mismos y terminan matándolas. El sistema inmunitario reacciona provocando inflamación, radicales libres y, en ocasiones, aumentando la temperatura con la fiebre. 

Todo esto consume muchos recursos, tanto energía como 'materiales de construcción' de los tejidos. Por eso es tan importante que no falten determinados nutrientes en la dieta, incluso en cantidades mayores de lo normal:

  • Agua: todas las reacciones químicas de las células consumen agua y hay que asegurarse de que se recibe suficiente hidratación, aunque se ha visto que la gripe y los resfriados no nos deshidratan más de lo normal.
  • Proteínas: hay que regenerar las células muertas en la infección y para eso son necesarias las proteínas como material básico para este proceso.
  • Zinc: tomar suplementos de zinc cuando aparecen los síntomas reduce la duración y la gravedad del resfriado común según los estudios, y como suplemento puede prevenirlo. La mejor fuente de zinc son las ostras, pero también se encuentra en abundancia en la carne roja y el pollo.
  • Vitamina C: aunque la vitamina C no sirve para prevenir los resfriados o la gripe, tomarla durante una infección reduce la gravedad de los síntomas
  • Antioxidantes: distintos estudios indican que una combinación de compuestos con propiedades antioxidantes consiguió prevenir y reducir la duración de la gripe. La fórmula incluye la citada vitamina C, vitaminas A, B2, B5, B12, ácido fólico, vitamina K1, magnesio, selenio, N acetilcisteína, resveratrol, curcumina y quercitina.

Sin embargo, otros nutrientes asociados con la salud no han dado tan buenos resultados. Se sabe que los ácidos grasos omega-3 tienen propiedades antiinflamatorias, pero quizá esto no sea tan bueno al principio de un resfriado o gripe, porque necesitamos cierto grado de inflamación para matar a los virus. En un experimento realizado con ratones las altas dosis de suplementos de omega-3 aumentaban la gravedad y la duración de la gripe. Sin embargo, seguir una 'dieta antiinflamatoria' que incluya cúrcuma, jengibre, ajo, cebolla, azafrán, frutas y verduras con vitamina C, según una revisión de estudios, puede ayudar a reducir los síntomas y la duración de las infecciones.

Hay que regenerar las células muertas en la infección y para eso son necesarias las proteínas como material básico para este proceso

Sopas, miel y otros remedios caseros

Sabiendo todo lo anterior, es fácil entender por qué se recomiendan ciertos remedios caseros desde hace años. Estos son algunos de ellos:

  • Sopa de pollo: este remedio tradicional contiene muchos de los nutrientes citados antes. En concreto, las verduras y el pollo que se emplean para hacer la sopa de pollo proporcionan las vitaminas y minerales que regulan la inflamación (no la detienen). Las sopas caseras funcionaron mejor que las comerciales en el experimento.
  • Miel: la miel tiene propiedades antibacterianas y antivíricas, y se ha visto que una cucharadita de miel es efectiva para reducir la tos en niños.
  • Yogur, chucrut y fermentados: aunque no es un remedio muy tradicional el España, los alimentos fermentados con bifidobacterias activan las células asesinas naturales del sistema inmunitario y reducen la gravedad y duración de la gripe y el resfriado. 

Qué no tomar

Hay algunos alimentos y bebidas que en lugar de ayudarnos a reducir los síntomas y la duración de una gripe o resfriado pueden tener el efecto contrario. 

Aunque los resfriados y la gripe no tienen consecuencias graves en las personas sanas, las personas mayores o con problemas adicionales de salud pueden padecer complicaciones. Mientras luchamos con la enfermedad, nuestro cuerpo se queda sin energía para moverse, mantener la temperatura interna e incluso pensar. Por eso nos apetece meternos debajo de una manta y que alguien nos traiga algo caliente. Es lo que debemos hacer para evitar contagiar a otras personas en el trabajo o en la calle pero, además, ese efecto psicológico reconfortante también influye en acelerar la recuperación. En cualquier caso, no olvidemos que la respuesta correcta cuando los síntomas persisten más de lo razonable es siempre consultar con un médico.

*Darío Pescador es editor y director de la revista Quo y autor del libro Tu mejor yo publicado por Oberon.

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