El deslumbrante teatro de Janaina Leite
“Finalmente, es de ella, de la Virgen María, de lo que he venido a hablar aquí hoy. Por cierto, debo comenzar diciendo que 'Virgo' es una mala traducción. El traductor habría cambiado el término semítico que designa el estado de una joven soltera por el término griego 'pathernos' que especifica una situación fisiológica y psicológica: la virginidad”. Así comienza esta poliédrica obra, de una compleja y deslumbrante dramaturgia, que indaga sobre la figura de la mujer, de la femineidad en Occidente. Sin tapujos, a profundidad. Para ello, Janaina Leite se enfanga hasta la médula, como madre, como hija y como mujer para llevar un teatro que parece comenzar como una conferencia, como un teatro filosófico e intelectual, y acaba en un acto de psicomagia ritual para indagar en qué es ser mujer hoy, sexual y políticamente.
Janaina Leite es actriz, dramaturga y directora. Su teatro nació en la ciudad brasileña de São Paulo junto a una de las compañías fundamentales de su país: XIX Grupo de Teatro. Espectáculos como Histeria (2001) o Higiene (2005) han conformado en su país toda una generación y un teatro nuevo. Ya como directora ha realizado obras como Festas de separação (2009), Conversas com meu pai (2014) o Femenino Abjeto (2017), trabajos donde ha ido decantando este teatro que sabe entrecruzar lo documental y lo biográfico con un simbolismo profundo y revelador. Un cruce híbrido y que a través de una dramaturgia muy sólida y procesos de creación largos, logra dar con un código, un lenguaje, teatral personal, nuevo, transgresor. De eso nada sabíamos. Ha sido la primera vez que Janaina Leite actuaba en España. Y el descubrimiento no ha sido menor. La fuerza interpretativa, la solidez de una dramaturgia compleja y exigente, y su concepción del teatro como herramienta de investigación profunda en lo que está oculto en el ser humano son de una fuerza enorme y renovadora.
Una obra en la que Leite se apoya en el libro Stabat Mater de la filósofa y psicoanalista feminista Julia Kristeva y en una figura crucial en este montaje, su madre, que la acompañará en escena durante la obra e incluso dirá uno de los textos más cruciales del montaje donde la creadora brasileña utiliza partes del texto de Yo no soy bonita, de Angélica Liddell. Aquel de: “Las madres convierten a sus hijas en sus gemelas feas, estúpidas, exhaustas, para sentirse orgullosas de sí mismas, para justificar sus patéticas vidas. Después de dar a luz, a una mujer no le queda nada, las madres aplastan a sus hijas con lo peor de sí mismas para que la historia se vuelva a repetir”.
La obra se ha podido ver en la segunda semana del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz. Una única representación en el Teatro del Títere La Tía Norica. Dos horas de función frente a un teatro lleno, 350 personas que siguieron con suma atención esta propuesta exigente con el espectador y no exenta de situaciones límite: entrevistas con actores porno, teatro confesional donde se indaga sobre la relación entre el sexo y el incesto, y textos desgarradores y de gran incomodidad, fueron ahondando durante toda la obra para llegar a un momento escénico rupturista y al mismo tiempo pertinente, justificado, deslumbrante.
Al final el espectador asiste a una película sobrecogedora donde vemos a la actriz en un acto de incesto invertido. Janaina tiene sexo con un actor porno. Su madre mira el acto. Antes, durante toda la obra, con símbolo lacaniano incluido, un machete, se ha ido indagando en la figura del padre, una relación donde se insinúan tratos incestuosos, una relación donde la madre queda fuera. Ahora, en esta película imposible, vemos a Janaina y su madre juntas, traspasando tabúes, acercándose como mujeres. “Lo que todavía no comprendes, en tu estrechez de miras por una revisión feminista de la historia, es que la Gran Madre es Virgo no porque sea una pobrecita como tú, sino porque es independiente de los hombres, porque es simbólicamente impenetrable”, se dice en un momento en la obra.
Stabat Mater, que acaba de presentarse la semana pasada en Paris, tendrá larga vida. Janaina Leite, en breve, se expandirá como un virus por Europa. Su teatro, lacaniano, filosófico y performático, hace, una vez más, que Europa tenga que mirar a Latinoamérica.
0