Osakidetza tendrá que volver a ofrecer datos semestrales de listas de espera tras cuatro años de apagón
Euskadi dejó de hacer públicos los datos de las tres listas de espera, la quirúrgica, la de pruebas diagnósticas y la de consultas externas. Durante cuatro años, se dejaron de hacer las ruedas de prensa semestrales y no se mostraron los informes. Si se han ido conociendo los datos (con tendencia a peor) tras la COVID-19 ha sido por las iniciativas de la oposición en el Parlamento Vasco y por los balances generales del Ministerio de Sanidad. Este jueves, y en el marco del nuevo tono que quiere imprimir el Gobierno de Imanol Pradales a la gestión sanitaria, que se convirtió en una preocupación ciudadana en el último tramo del mandato de Iñigo Urkullu, el Ejecutivo ha accedido a acordar con el PP un texto para garantizar que los datos se hagan públicos “de forma semestral”.
El Ejecutivo de PNV y PSE-EE tiene mayoría absoluta pero, en pleno debate sobre la transformación de Osakidetza, lleva dos plenos en la legislatura trabando acuerdos con la oposición. La pasada semana cerró un pacto para la mejora de las oposiciones con EH Bildu y ahora ha alcanzado otro texto compartido con el PP, aunque esta formación quería datos “mensuales”. La resolución, en concreto, insta al Gobierno a “llevar a cabo un plan de choque para la reducción de las listas de espera”. Se pide que se haga “de la mano de los profesionales” y prestando “especial atención en aquellos centros, especialidades y procesos asistenciales con mayores índices de demora”. Pero, sobre todo, recoge que Osakidetza ha de hacer públicos cada seis meses esos informes de datos. El mandato parlamentario exige también que se incluya la “segregación” por comarcas sanitarias (las conocidas como OSI).
“Esperemos que el Gobierno lo cumpla cuanto antes. Ya es hora. Vamos a ver si pasan a la acción”, ha confiado la portavoz 'popular', Laura Garrido, que ha recordado el apagón sobre los datos ocurrido desde 2020. En estos años, por ejemplo, la demora ha crecido en Euskadi un 29% frente a una media del 7% en el resto de España. Por parte del PNV, Elena Lete, que ya fue la portavoz de su formación en la pasada legislatura, ha destacado el compromiso con la “transparencia”. “Lo compartimos absolutamente y el Gobierno está alineado con ello”, ha llegado a manifestar. Ha añadido que el “plan de choque” para “recuperar” los niveles de excelencia del Servicio Vasco de Salud ya lo había planteado 'motu proprio' el consejero que ha sustituido a Gotzone Sagardui, Alberto Martínez. “Porque estemos mejor que los demás no podemos decir que está todo hecho”, ha avisado en todo caso Ekain Rico, del PSE-EE.
Por parte de EH Bildu, Rebeka Ubera demandaba, además de la actualización de los datos, que hubiera nuevos “mecanismos” para evitar que la “excusa” de la reducción de las demoras abone la “privatización” de la Sanidad pública. Ha ofrecido cifras del incremento del presupuesto en derivaciones. También ha explicado que existe una lista A y una lista B y que se “reprograman” citas para que estadísticamente el dato de espera nunca sea alto. “Eso hay que cambiarlo de arriba abajo”, ha manifestado la portavoz sanitaria de la coalición, que ha calificado de insuficiente la resolución aprobada. Desde Sumar se ha lamentado la “diferencia” entre publicar los datos mensualmente o semestralmente. “Queda muy lejos” la petición inicial del acuerdo final, ha señalado Jon Hernández, el único representante de esta coalición. Vox también se ha mostrado muy crítico con la gestión sanitaria.
El PSE-EE, de acuerdos con el PP a enfrentamiento
La Cámara, por el contrario, ha rechazado una propuesta de EH Bildu para crear una “comisión especial” para analizar “con profundidad y seriedad” la realidad de la desinformación y los bulos. La mayoría gubernamental de PNV y PSE-EE ha sacado adelante un texto alternativo en el que se exhibe la “preocupación” por las 'fake news' y se destaca la “importancia” de los medios de comunicación, cuya “autonomía” se ha puesto valor.
El debate ha sido bronco, de tono muy áspero. El PP, por ejemplo, lo ha usado para insistir en su campaña contra Pedro Sánchez y sus supuestos planes para “controlar” los medios de comunicación, lo que ha motivado la airada réplica del socialista Rico. “Suelo huir de expresiones gruesas, pero lávense la boca”, ha llegado a manifestar después de las palabras de la 'popular' Ana Morales. La ultraderecha de Vox ha completado el debate contra los bulos con uno al asegurar que Pedro Sánchez no es un presidente “legítimo” porque no logró “mayoría”. La coalición abertzale ha lamentado precisamente que al final se han acabado usando argumentos “falaces” dentro de la propia sesión en un debate sobre desinformación.
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