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China libra una guerra sin cuartel contra Bitcoin que amenaza con hacerla añicos

El nuevo plan chino contra el bitcoin afectará al precio de la electricidad

Aroa Fernández

Como era de esperar, Bitcoin volverá a estar entre los protagonistas tecnológicos del año que acabamos de estrenar. Mientras unos creen que en 2018 seguirá rompiendo una y otra vez sus máximos históricos, otros piensan que será el año en que la burbuja estalle dejando más vencidos que vencedores. Sea como fuere, en estos primeros días se ha pintado un panorama de lo más desolador para la mayor comunidad de mineros del mundo.

El Banco Popular de China (BPC) ha instado a los autoridades locales a imponer restricciones a estos operadores por el elevado consumo energético de su actividad. El documento, filtrado a través de Twitter y recogido por la agencia Reuters, solicita al Gobierno del país asiático que planifique una salida ordenada para las operaciones mineras de Bitcoin en los próximos meses.

Los mineros son los encargados de realizar las operaciones matemáticas que permiten el funcionamiento de Bitcoin. A diferencia de lo que sucede con las divisas tradicionales, cuya emisión controlan las autoridades monetarias, las criptodivisas carecen de regulación. Son los propios usuarios los que ceden parte de sus recursos informáticos para resolver complejas operaciones matemáticas que certifican la validez de las operaciones. Muchas máquinas intentan a la vez resolver dichos problemas, todas en busca de una misma recompensa: hacerse con uno de los limitados bitcoines que aún no tienen dueño.

Los mineros disponen de grandes instalaciones llenas de procesadores que trabajan las 24 horas del día para conseguir esas monedas. Y el consumo de una sola transacción de Bitcoin puede suponer el gasto de un hogar medio durante toda una semana.

Apelando a este argumento, el informe del BPC denuncia que Bitcoin está suponiendo un gasto excesivo de recursos para la nación y pide que las medidas que hayan de tomar las autoridades estén relacionadas con los precios de la electricidad, el uso de la tierra, los impuestos y la protección medioambiental.

Junto a este documento, enfocado a nivel nacional, también se filtró otro destinado a la oficina de la región de Xinjiang, con gran actividad minera. Igualmente, demandaba a las autoridades locales que penalicen las citadas operaciones.

Restricciones chinas y sus consecuencias

La preocupación también se centra en el aumento de la especulación asociada a las monedas virtuales. Para frenarlo, las autoridades chinas comenzaron con las restricciones el pasado septiembre. Además de paralizarse todos los servicios comerciales con criptodivisas para clientes locales, fue entonces cuando se ilegalizaron las ICO (Oferta Inicial de Monedas, por sus siglas en inglés), un mecanismo de financiación cada vez más popular que permite a un proyecto crear su propia criptomoneda (los llamados 'tokens') para recaudar en poco tiempo grandes cantidades de dinero. Hasta ese momento, su auge en el país asiático había sido espectacular, alcanzando las 43 ICO durante el verano.

Estas restricciones hicieron que la cotización de Bitcoin cayera más de un 20 %. Si a principios de septiembre el valor de la moneda se fijaba en torno a los 5.000 dólares (4.162 euros), tras todos esos anuncios cayó por debajo de los 3.000 dólares (2.497 euros). Sin embargo, una vez más, Bitcoin dio la sorpresa y pronto se recuperó hasta el punto de alcanzar en diciembre su máximo histórico en los 20.000 dólares (16.652 euros). Ahora, rondado los 14.000 dólares (unos 11.500 euros), son muchos los que consideran que estas nuevas limitaciones podrían afectar de forma negativa a su cotización.

China alberga a los principales mineros del mundo, que generan más de dos tercios de toda la actividad a nivel global. Por tanto, las limitaciones podrían cambiar sustancialmente el panorama de la producción de bitcoines y repercutir, una vez más, en el valor de la criptomoneda.

Tomando un nuevo rumbo

Hasta el momento, China era una buena opción para la minería gracias a su electricidad barata. En regiones con grandes cantidades de carbón, como Xinjiang y Mongolia Interior, se ofrecían precios competitivos para impulsar sus maltrechas economías. Incluso había lugares, como las montañosas provincias de Yunnan y Sichuan, donde los mineros obtenían tarifas aún más baratas al negociar directamente con centrales hidroeléctricas y no con las redes locales y nacionales.

Sin embargo, con las nuevas restricciones, esto puede cambiar dejando a los mineros sin otra opción que abandonar el país asiático. De hecho, muchos llevan planificando su salida desde que se vieron las primeras prohibiciones.

El mayor colectivo minero de China, Bitmain, que controla AntPool y BTC.com, ha establecido su sede en Singapur y cuenta con operaciones mineras en Estados Unidos y Canadá. La misma senda migratoria siguen BTC.Top y ViaBTC, tercer y cuarto grupo más importantes. “Elegimos Canadá por el coste relativamente bajo y la estabilidad del país y sus políticas”, decía Jiang Zhuoer, fundador de BTC.Top, tras abrir una sucursal en el continente americano. Por su parte, ViaBTC ha posado su vista en Islandia y Estados Unidos, donde ya ha comenzado a operar.

En pocos meses, China ha pasado de ser el país a donde acudían en tropel los mineros de Bitcoin por su ventajas energéticas, sus fábricas locales de chips y su mano de obra barata, a convertirse en el gigante que lucha con mano de hierro contra la criptomoneda.

En 2016, el Gobierno chino creó un grupo encargado de regular las finanzas digitales. Al frente está el vicegobernador del banco central chino, Pan Gongsheng, quien, además de mostrarse a favor de establecer restricciones, predijo la muerte de las criptomonedas. Para él, su fin vendrá provocado por una gran estafa, un ciberataque o una prohibición masiva de los Gobiernos de todo el mundo.

Además, China no es la única a la que preocupan las repercusiones del auge de Bitcoin. Corea del Sur prohibió las ICO y ahora sopesa cerrar las plataformas de intercambio, a Rusia también le alarma el gasto energético y la Unión Europea cree que es necesario regular su mercado. A la espera de nuevos reglamentos, mientras para muchos Bitcoin sigue siendo la gallina de los huevos de oro, otros ven cerca su final y hacen todo lo posible por acelerarlo.

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Las imágenes que aparecen en este artículo son propiedad, por orden de aparición, de Xiangfu/Wikimedia, bfishadow/Flickr y Marko Ahtisaari/Flickr.

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