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Israel colocó explosivos en miles de buscas importados por Hizbulá y aceleró el ataque por temor a ser descubierto

Una ambulancia llega al Centro Médico de la Universidad Americana de Beirut (AUBMC) después de un incidente que involucró los dispositivos inalámbricos de miembros de Hizbulá en Beirut, Líbano, el 17 de septiembre de 2024.

William Christou / Helen Davidson

Beirut / Taipéi —
18 de septiembre de 2024 13:42 h

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Israel colocó explosivos en miles de buscas importados por Hizbulá meses antes del insólito ataque perpetrado este martes en Líbano, según varias fuentes consultadas por la agencia Reuters y medios estadounidenses.

La operación, de la que la milicia libanesa ha responsabilizado directamente al Mosad, la agencia de espionaje israelí, supone un enorme fallo de seguridad. Miles de dispositivos estallaron en todo Líbano, además de Siria, causando la muerte de al menos 12 personas e hiriendo a casi 3.000, incluidos combatientes de Hizbulá y el embajador iraní en Beirut. El ministro de Sanidad libanés, Firas Abiad, ha informado de que hay dos menores entre las víctimas mortales y varios trabajadores del sector sanitario.

Este miércoles, una nueva oleada de explosiones ha sacudido varias localidades de Líbano por la detonación de radios y walkie-talkies empleados por Hizbulá. La agencia Reuters ha informado de que al menos una de las detonaciones se ha producido durante el funeral de las víctimas del ataque producido apenas 24 horas antes.

Hizbulá ha acusado a Israel de estar detrás de las explosiones. El grupo ha declarado que está llevando a cabo una “investigación científica y de seguridad” sobre las causas que hicieron estallar los dispositivos y que Israel recibirá “su justo castigo”. El ministro de información de Líbano, Ziad Makary, ha calificado el ataque como “una agresión israelí”.

Según recoge el medio Axios citando tres fuentes estadounidenses, Israel decidió hacer estallar los dispositivos por temor a que su operación secreta pudiera haber sido descubierta por el grupo libanés. “El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sus principales ministros y los jefes de las Fuerzas de Defensa de Israel y de las agencias de inteligencia decidieron utilizar el sistema ahora en lugar de correr el riesgo de que fuera detectado por Hizbulá”, informa Axios. Antes, el medio Al-Monitor había revelado información en la misma línea, que apunta a que dos operativos de Hezbolá habían planteado sospechas sobre los buscas en los últimos días.

El Ejército de Israel no se ha pronunciado directamente sobre las explosiones pero sí ha dicho que altos cargos militares habían llevado a cabo una evaluación de la situación para determinar “el grado de preparación tanto defensiva como ofensiva en todos los ámbitos”.

Fabricados en Europa

La compañía taiwanesa vinculada con los dispositivos que estallaron ha asegurado que los buscas fueron fabricados por una compañía europea. En los momentos posteriores al ataque, medios locales difundieron imágenes de los buscas con etiquetas en la parte posterior que son similares a los que fabrica la empresa de Taiwán Gold Apollo, según han explicado analistas de Reuters.

Este miércoles, el fundador de la compañía, Hsu Ching-kuang, ha negado ser el fabricante de los buscas. También ha defendido que fueron fabricados en Europa por una empresa que tiene permiso para utilizar su marca. “El producto no era nuestro. Solo tenía nuestra marca”, ha dicho el empresario. “Somos una empresa responsable. Esto es muy humillante”.

Las explosiones parecen haber aprovechado que Hizbulá emplea buscas, dispositivos con una tecnología más básica, para impedir los ataques selectivos contra sus miembros, cuyos movimientos podían ser rastreados por las señales de teléfonos móviles. Entre los heridos en el ataque se encuentra también el embajador de Irán en Beirut, Mojtaba Amani, según varias informaciones.

Una fuente de Hizbulá ha asegurado que consideran que el ataque es la respuesta al supuesto intento de asesinato, por parte de la milicia, contra un alto cargo de los servicios de defensa israelíes, según ha revelado este martes la agencia de seguridad de Israel, Shin Bet.

Hospitales de todo Líbano se vieron desbordados con la llegada de pacientes y la ciudad de Tyre, en el sur del país, ha tenido que levantar un hospital de campaña para acoger a los heridos en el ataque. Las sirenas de ambulancias seguían sonando constantemente en Beirut hasta tres horas después del comienzo de las explosiones.

Miembros del Gobierno estadounidense están intentando rebajar la tensión entre las dos partes y siguen mostrando su preocupación por si el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ordena finalmente una invasión terrestre de Líbano. El ataque se produjo apenas horas después de que Israel anunciara que ha ampliado sus objetivos en la guerra que estalló tras los ataques de Hamás del pasado 7 de octubre, y que ahora incluirá la lucha contra Hizbulá en su frontera con Líbano.

La milicia chií confirmó este martes que entre los fallecidos hay al menos dos de sus combatientes, así como una niña. Posteriormente, varios medios informaron de que el hijo del diputado Ali Ammar también había muerto en una de las explosiones. Los buscas estallaron en el sur de Líbano, en los barrios al sur de Beirut conocidos como Dahie, así como el Valle la Bekaa (este), todos ellos zonas controladas por Hizbulá.

Un grave fallo de seguridad

Un dirigente de la milicia ha reconocido, bajo condición de anonimato, que las detonaciones constituyen “el fallo más grave de seguridad” de la milicia desde el pasado 7 de octubre, cuando Hamás lanzó varios ataques en el sur de Israel que causaron la muerte de 1.200 personas y secuestró a casi 250 personas.

Jonathan Panikoff, anterior delegado estadounidense de inteligencia nacional en Oriente Medio, ha afirmado que “puede tratarse del mayor fracaso en contraespionaje que ha sufrido Hizbulá en décadas”.

El supuesto sabotaje se ha producido meses después de los ataques selectivos con los que Israel ha asesinado a líderes de Hizbulá y ha disparado las tensiones entre su Gobierno y la milicia libanesa. Una calma tensa había marcado las últimas semanas, cuando ambas partes parecían haber dado un paso atrás retirándose del precipicio de una guerra abierta en la región, especialmente después del ataque limitado de Hizbulá a finales de agosto, su respuesta al asesinato por parte de Israel de su líder militar, Fuad Shukr, en Beirut.

El ataque también podría hacer descarrilar los esfuerzos estadounidenses para impedir que Irán, que apoya a Hizbulá, tome represalias contra Israel por el atentado que perpetró el pasado mes de julio en Teherán y en el que asesinó al líder de Hamás, Ismail Haniyeh.

El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Matthew Miller, ha declarado que “es demasiado pronto” para determinar cómo va a afectar este ataque a las conversaciones de paz en Gaza. Durante su comparecencia este martes, Miller aseguró que EEUU no ha estado implicado en el ataque y desconoce quién es el responsable.

Hamás, por su parte, ha descrito las explosiones como una “escalada” del conflicto que derivará en la derrota de Israel.

Traducción de Cristina F. Pereda

Este artículo ha sido actualizado por la redacción de elDiario.es.

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