La décima conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación (TNP) nuclear se cerró este viernes sin un acuerdo después de que Rusia vetase una declaración de consenso por las críticas a su toma de la central atómica ucraniana de Zaporiyia. En un momento en el que la guerra de Ucrania ha vuelto a hacer temer con un conflicto nuclear, la comunidad internacional fue incapaz de pactar unos mínimos en esta reunión, considerada una cita clave para los esfuerzos de desarme atómico.
Reunidas desde el pasado 1 de agosto en la sede de Naciones Unidas, las delegaciones de los 191 países firmantes del TNP trataron de acordar un documento final con largas negociaciones que retrasaron durante horas el cierre de la conferencia.
Sin embargo, al final, la negativa de Rusia a aceptar varios párrafos relativos a la situación en la central de Zaporiyia y a la necesidad de que vuelva al control de las autoridades ucranianas competentes echó por tierra esos esfuerzos.
La delegación de Moscú insistió en que ése era un lenguaje “politizado” y totalmente “inaceptable” y culpó a Kiev y a sus aliados del fracaso de las negociaciones.
Rusia acusó a las potencias occidentales de haber forzado desde el principio de la conferencia cuestiones sobre la guerra en Ucrania que, a su juicio, no tenían nada que ver con el TNP.
Mientras, la Unión Europa (UE) y otros países insistieron en que la salida de las fuerzas rusas de Zaporiyia es fundamental. Esa instalación, la mayor planta atómica de Europa, fue tomada por tropas rusas al inicio de la guerra y en los últimos días ha sido objeto de repetidos ataques -de los que Moscú y Kiev se acusan mutuamente- que han hecho saltar las alarmas ante un posible desastre.
“Los cambios de última hora que buscaba Rusia no eran menores”, señaló el representante estadounidense Adam Scheinman, que acusó a Moscú de buscar blindar con ellos su “objetivo de borrar del mapa” a Ucrania.
La complicada búsqueda de un consenso liderada por el presidente de la conferencia, el argentino Gustavo Zlauvinen, dejó un borrador final que no satisfacía totalmente a casi nadie, pero que todos los países menos Rusia estaban dispuestos a aceptar.
Riesgo nuclear
Cerrar con acuerdo esta conferencia se veía como una tarea especialmente importante dadas las fuertes tensiones internacionales de la actualidad y el resurgir de los temores a un conflicto nuclear que se ha visto en torno a la guerra en Ucrania, pues el TNP es el principal instrumento de no proliferación y desarme.
En la apertura, el secretario general de la ONU, António Guterres, había alertado de que el mundo está “a un sólo malentendido o un error de cálculo de la aniquilación nuclear”, por lo que reclamaba acuerdos a las potencias para reducir esa grave amenaza.
“Nos encontramos en un momento de la historia en el que nuestro mundo está cada vez más golpeado por conflictos y, lo más alarmante, la creciente perspectiva de lo impensable: una guerra nuclear. En este momento, es imperativo que busquemos amplificar lo que nos une, no lo que nos divide”, señaló hoy el presidente de la conferencia minutos antes de que Rusia bloquease el texto.
Grupos de activistas que buscan el desarme o la eliminación de las armas nucleares se mostraron muy decepcionados con el resultado de la reunión, subrayando que los países ni siquiera fueron capaces de pactar un texto que ya consideraban muy descafeinado por las presiones de las potencias nucleares oficiales (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido).
“Enfrentada a una situación global inaceptablemente peligrosa, la conferencia de revisión del TNP no logró nada”, resumió Beatrice Fihn, la directora ejecutiva de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN).
Aunque la guerra en Ucrania hizo de esta una reunión especialmente complicada, no es la primera vez que la revisión periódica del TNP se cierra sin consenso, pues ello ya ocurrió en la última edición, celebrada hace siete años.