El primer ministro francés ha prometido hacer un fuerte recorte de gasto público para contener la “intolerable” dependencia de Francia a los créditos, que dice que han dejado al país bailando en un “volcán” de deuda.
En su discurso de apertura al Parlamento este martes, Edouard Philippe ha evitado la noción de un programa de austeridad a todos los niveles, insistiendo en su lugar en que el plan del nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, es reducir el gasto público combinándolo con el lanzamiento de un programa de inversión de 50.000 millones de euros y la bajada de una serie de impuestos, incluido el recorte al impuesto de sociedades para fomentar la actividad empresarial.
El discurso de Philippe revela un delicado acto de equilibrio entre lo que él califica de recortes inevitables del gasto público y la inversión pública en infraestructuras y bajadas de impuestos que prometió que incrementarían el poder adquisitivo de la gente.
Philippe ha advertido que el gasto público francés y la deuda han alcanzado niveles insostenibles. “Estamos bailando en un volcán que ruge cada vez más fuerte”, ha señalado. “Los franceses son adictos al gasto público. Como todas las adicciones, no resuelve ninguno de los problemas que tiene que aliviar. Y como todas las adicciones, desintoxicarse requiere voluntad y coraje”.
Reducir el déficit presupuestario de Francia es fundamental para ganarse la confianza de Alemania y para convencer a Berlín para iniciar una serie de reformas en el bloque comunitario. Francia tiene uno de los niveles de gasto público más elevados de Europa.
Philippe ha afirmado que el total de la deuda pública francesa es de 2,1 billones de euros, prácticamente el equivalente de la producción económica de un año entero, lo que deja al país vulnerable ante la especulación. El primer ministro ha señalado que el Gobierno pretende reducir este año el déficit francés hasta el límite del 3% del PIB impuesto por la UE.
El primer ministro no ha detallado dónde se ejecutarán los recortes de gasto público. Philippe, miembro de la derecha francesa antes de ser nombrado por Macron, ha afirmado que se reducirá el gasto salarial del sector público, lo que implica un recorte en el número de funcionarios. También ha hablado de eliminar lagunas fiscales y revisar los gastos en vivienda.
Sin embargo, el primer ministro ha prometido fundamentalmente que los contribuyentes no cargarán con el peso de las reformas. “Francia no puede seguir siendo el campeón del gasto público y de los impuestos”, ha indicado.
“Los negocios deben querer establecerse y desarrollarse en nuestro territorio más que en ninguna otra parte”, ha añadido, anunciando que el impuesto de sociedades pasará de un 33% a un 25% en los próximos cinco años. Philippe ha hecho hincapié en las promesas de campaña de Macron, incluida la flexibilización de la legislación laboral.
Traducido por Javier Biosca Azcoiti