El Plan General de Logroño y el maletín de 'Pulp Fiction'

27 de marzo de 2025 10:50 h

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Hay cosas en la vida que son eternas. El amor de una madre, la paciencia de un profesor de guardería, la supervivencia del Madrid en la Copa de Europa y, al parecer, la revisión del Plan General Municipal de Logroño. Ya saben ese documento que define la configuración y el desarrollo de la ciudad: sus infraestructuras, sus zonas residenciales, sus dotaciones -colegios, centros de salud, guarderías, o residencias de mayores -, zonas verdes y parques o áreas deportivas, entre otros elementos.

Quizá parezca frívolo hablar de un documento de planeamiento urbanístico -y urbano- cuando lo que planean últimamente son mamporros en forma de misil y aranceles repartidos por el oso siberiano, Bibi, Donald, Elon y otros aduladores sin currículum conocido. Pero el Plan General es importante hoy, en el día a día, y de cara al futuro de nuestra ciudad, aunque ese futuro contabilice ya veinte años de retraso.

Los logroñeses de a pie no sabemos mucho del Plan General, pero lo cierto es que es esencial para nuestras vidas o debiera serlo. Pues bien, Logroño aún se rige por el Plan General de 1986. Entonces a los Hombres G aún les perseguían las chicas cocodrilo y la calle Portales era un hervidero de coches y no de personas.

La Revisión del Plan General de Logroño bien podría ser uno de esos documentos de una ‘peli’ de espías en la que diferentes organizaciones quieren tenerlo en sus manos. Propongo que el guion lo escriban Aaron Sorkin o David Simón -míticos creadores de tramas de series-, ya que tras sucesivas adjudicaciones sin resultado la historia que cuenta el Estudio de Arquitectura responsable de la tarea empieza a ser muy aburrida. 

El protagonista podría ser, por ejemplo, Gary Oldman, un buen actor siempre hace creíble un relato y a este la falta credibilidad. Los logroñeses no podemos creeremos que la citada revisión del Plan General contratada en 2007 y con fecha de entrega en 2009 aún no exista, pero así es la ficción política.

Para darle mayor intensidad a la trama, varios personajes podrían entrar aprovechando las sombras de la noche en las oficinas municipales y de la sede del estudio de arquitectura adjudicatario de la revisión en busca del documento. Ya saben, al estilo Watergate. Quizá encontrarían aquel borrador que se denominó ‘Avance de la Revisión del Plan General’ allá por 2010 y que la Dirección General de Urbanismo validó tan solo en un 15 por ciento. Vamos, útil como un paraguas en un tsunami.

Para incrementar la sensación de verosimilitud al inicio podemos colocar aquello de ‘Basado en hechos reales’ y añadir lo de “durante el rodaje no se ha maltratado a ningún animal”, por tocar un poco las narices a los de Vox. Aunque, también es cierto, que ellos están a otras cosas (regresar al segundo párrafo).

Hechos reales como que el Ayuntamiento estuvo a punto de resolver el contrato con el eterno Estudio adjudicatario la Legislatura pasada. Pero no -¡sorpresa!- al final se renovó de nuevo a pesar de que el informe de la Dirección General de Urbanismo del Consistorio logroñés apuntaba serios reparos generales, estructurales, urbanísticos y medioambientales. ¡Tela!

Se renovó -y ¡Oh sorpresa!-, tampoco se entregó a tiempo. Nuestra peli está repleta de giros sorpresivos. Ahora, al mismo estudio se le ha dado una nueva oportunidad y ya nadie espera nada. La trama se ha complicado demasiado. Un poco como en la serie ‘Perdidos’, nos cuesta creer que aparezca un oso polar en El Espolón, no nos apetece descifrar la relación numérica 4-8-15-16-23-43 y, sinceramente la advertencia 'No es el barco de Penny’ no nos dice nada. Salvo que la revisión del Plan General se encuentre en el purgatorio. Eso puede ser.

El problema es que para ejecutar los diferentes planes presentados como Logroño 2050, Logroño Circular, o Logroño 3-30-300 precisamos de un Plan General actualizado. En caso contrario continuaremos con un urbanismo a salto de mata; un urbanismo, como muchas veces se ha denunciado desde un lado y otro, a la carta. Y eso está feo.

La Revisión del Plan General de Logroño no deja de asemejarse a los ‘macguffin’ cinematográficos, esos elementos misteriosos que no sabemos quiénes o qué son o qué contienen y que hacen que los personajes avancen con suspense en la trama. En eso Hitchcook era el mejor. No me extrañaría que el documento de la Revisión del Plan General se encontrará en el maletín de ‘Pulp Fitction’ y sea un luminoso y misterioso documento.

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