“Han vendido nuestro mítico Hebe, qué pena”: el final inmobiliario de una de las referencias musicales de Vallecas

“Queridos vallekanos... Han vendido nuestro mítico HEBE. Cuántos buenos ratos... Qué pena”. Con este mensaje en X de la usuaria Vallekana de Alba, acompañado con la imagen del cartel de una inmobiliaria a pie de calle, se certificaba una palada más sobre la losa de la memoria de Vallecas. El mítico local vallecano cerró definitivamente en 2019 aunque un año antes se había anunciado el cierre temporal.

“Ahora pagar la entrada significa otra cosa”, contestaba un usuario poniendo una nota de humor ácido entre el conjunto de comentarios de desazón. “Yo tenía la esperanza de que reabriera. Cuántos conciertos y noches de fiesta allí”, se leía en otra repuesta. Pisos u otro Mercadona, vaticinaban algunos usuarios que pondrán en el local.

Ya en su momento fue noticia que la inmobiliaria Tecnocasa lo había incluido en su catálogo con esta descripción: “Actualmente sin uso, formado por amplia sala, camerinos con entrada independiente, almacén, cocina y salida de emergencia”. La condena de la sala había sido la imposibilidad de seguir programando conciertos por sus condiciones acústicas. El precio del inmueble (formado por dos locales) era entonces inferior a los 200.000 euros, por cierto. En 2024 se ha vendido por 615.300 euros.

Poco antes del cierre había fallecido Juan José Espatero, Juanjo Hebe, que estuvo detrás del local desde su fundación en 1981. Partícipe, como el propio Hebe, de la historia de Vallecas, su nombre está asociado al movimiento juvenil Hijos del agobio y a la Batalla Naval de Vallekas, que ayudó a impulsar. Hoy en día, un parque lleva su nombre junto a la calle Payaso Fofó.

Por el escenario del Hebe pasaron Marea, Ska-P, Panzer, Topo, Obús, Asfalto, La Polla Récords… pero también un montón de grupos del barrio, muchas veces para financiar iniciativas sociales o que participaron en los míticos Vallekas Rock, que, como no podía ser de otra forma, también se inventaron en el Hebe.

Un lustro después de que se acabaran las cuatro frenéticas décadas del Hebe, varias generaciones de vallecanos –y de madrileños y rockeros de todos lados– tienen muy presente la sala de la calle de Tomás García, que fue el primer garito, la casa de todos y el centro cultural del barrio. Será duro verlo con otro uso ajeno a la música.