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Pastrami en el Coco Bar

Bocadillo de pastrami_Malasaña a mordiscos_Coco Bar

Malasaña a Mordiscos

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Nuestro cerebro tiende a repetir las sensaciones que nos agradan y nuestros pies tienden a obedecerle… por eso hemos vuelto a ir a un bar tiki. Aquí tenéis una explicación sobre este tipo de establecimientos. El Lunch Box & Tiki Room se había convertido en un recuerdo amable, ¿el Coco Bar podría seguir su estela? Allá fuimos, E., M. y yo, a comprobarlo.

De musiquita, aquí os dejo un disco de Martin Denny, precursor de la música “exótica” (tal como se denomina el álbum del enlace), una mezcla de pseudojazz con instrumentos y sonidos de países exóticos (incluidas aves y de todo un poco). Es curiosa y muy propia de los bares tiki. Todo vuelve, ahora tenemos también la música tropical (cumbias, merengues, etc. modernizados) como lo más de lo más; parece que seguimos anhelando otros mundos.

El local presenta todas las características de este estilo de bares: figuritas de hawaianas, vasos de dioses tiki, papel de pared lleno de hojas verdes, friso de cañizo a modo de bambú, lámpara con pantalla de paja y todo muy tropicaloide y polinesio.

Para beber M. pide un doble de cerveza Estrella Galicia (2,90 €); sí, sé que estáis pensando que no lo veis muy propio pero, bueno, Galicia siempre tiene su punto exótico; M. dice que el doble está estupendo.

E. se decanta por una margarita (5,50 €), esto ya es más propio, sí. El chico que nos atiende, cercano a la par que lejano (así lo definiría E. al día siguiente), es decir, en su punto de contención, tras servir el tequila nos deja la coctelera, para que podamos apurar al máximo el líquido de su interior, un detalle. Yo, por mi parte, elijo un tequila sunrise sunrise (5,50 €), por el nombre, aunque espero que mi amanecer no sea excesivamente tequiloso, y por los ingredientes (tequila, granadina y zumo de naranja). A E. no le gusta mucho su margarita, la encuentra demasiado fuerte. Yo, que tengo un hígado un poco extraño y el paladar curtido, no encuentro nada alcohólico excesivamente fuerte, por lo que le ofrezco cambiar el cóctel. Exprimo la rodaja de limón que viene con la margarita y queda bien, un pelín aguada, pero bien. Por su parte, el tequila sunrise es, para mi gusto, demasiado dulce y poco aromático, pero a E. le va perfecto. Así que tutti felici e contenti. La vida es más fácil de lo que parece.

El plato estrella de este lugar es el bocadillo de pastramipastrami (5 €). ¿Que qué es el pastrami? ¿No lo sabéis aún? Pues ya se ha convertido en moda gastronómica, dentro de poco la mitad de los locales cool tendrán pastrami en sus cartas, ¡moda neoyorkina al poder! Estos chicos han sido de los primeritos, lo ofrecen ya desde hace unos 2 años. El pastrami consiste en un fiambre realizado con carne de ternera, generalmente falda, aunque en la actualidad también se elabora con pavo, la cual se desangra mediante prensado y se deja en salazón con diversas especias (ajo, pimienta negra, albahaca, un poco según gustos) y, finalmente, se ahúma. Es una preparación que introdujeron los emigrantes judíos de Centro Europa (probablemente de Rumanía) en NYC a mediados del siglo XIX. Este plato se propagó rápidamente por dicha ciudad con los famosos Delis, abreviatura de Delicatessen store (tienda de delicatessen), una especie de tiendas-restaurantes que ofrecen comida informal a buen precio al mismo tiempo que productos delicatessen para llevar. Uno de los pastramis más conocidos de Manhattan se encuentra en el famosísimo Katz's Delicatessen: en este local se rodaron, entre otras, la conocida escena del orgasmo simulado de Meg Ryan de Cuando Harry encontró a Sally y también una escena en la que Hesh, el “socio” judío de Tony Soprano, está comiendo un sándwich, precisamente de pastrami, cuando recibe una llamada del propio Tony. Bueno, volvamos a lo nuestro, el bocadillo de pastrami con pepinillo y mostaza que ofrece el Coco Bar está realmente buenísimo. El pepinillo y la mostaza aportan su toque de vivacidad, de gusto firme, y el pastrami nos ofrece un sutil sabor, intenso a la par que fresco, de carne elegantemente elaborada, fina, con matices salinos, ¡riquísimo! El pan con el que está hecho va muy bien (aunque en NYC se suele hacer con pan de centeno), es una especie de chapatita de textura delicadamente crujiente y sabor neutro, es decir, no interfiere en el resto pero aporta cuerpo y tacto.

Se me olvidaba, nos ponen para picotear un plato con tres rodajas de pan, salmorejo, calabacín a la brasa y un poquito de yogur con ajo y limón (estilo tzatziki), que resulta sabroso y actúa como perfecto aperitivo. El calabacín aporta un matiz dulce en contraste con el yogur con ajo y limón y el salmorejo. Por encima lleva unos aros en plan snack que a mí me sobran. Sea como sea es una tapa bien generosa.

Elegimos unos nachos especiales (8 €) y nos ponen un trrrremendo plato de nachos. Enorme cantidad de nachos, guacamole, cebolla roja, carne picada y pimiento rojo en taquitos, todo ello gratinado con queso. Muchos gustos mezclados para conseguir un plato armónico y sabroso, donde destaca particularmente el pimiento y la carne, cuyo guisado aporta un matiz extra algo especiado. ¡Rico!

E., como es costumbre, pide tortilla (5,50 €). Esta está medio hecha y lleva cebolla por lo que a ella no le encanta. A mí me parece que está bien. Aunque se había quedado algo fría comiendo el tremendo plato de nachos, era una tortilla correcta, en el sentido que estaba cuajada en su punto (es decir, no resultaba seca) y cada ingrediente aportaba su dosis de sabor correspondiente. Como veis, los Humberts estaban muy panchos encima de la tortilla mirándonos. Les saludo y me responden educadamente. Humbert I me comenta que está leyendo un artículo que dice que las redes sociales son lo peor. Yo le respondo que son una herramienta, como otra cualquiera, todo depende de cómo las uses. Es decir, si tienes un martillo y usas el mango para clavar alcayatas es obvio que te estás confundiendo. Si usas las redes sociales para solucionar tus problemas mentales, también te estás confundiendo. Como todo, hay que saber utilizarlas. Humbert I dice “ya, ya, ¿y quién sabe usarlas? ¿Hay un manual de instrucciones para ello?”. “Bueno, yo creo que es más una cuestión de sentido común”, le respondo. “¿Y el sentido común cómo se consigue?”, me dice Humbert I. “Pues, no sé, observando y aprendiendo, con tu bagaje cultural y examinando lo que funciona y lo que no; sistema aprendizaje-prueba-error; viendo las cosas y siguiendo una cierta lógica”, le digo algo dubitativa. “Sí, me queda muy claro, ¿y tú tienes sentido común?”, me pregunta con ojos inquisitorios. “A veces. La vida no es tan lógica y razonable como uno quisiera; a veces la química corporal supera cualquier tipo de conexión neuronal y todo se va al garete…”, le respondo en modo “¿qué carajo estoy diciendo?”.  Humbert I me comenta “sí, claro, tú eres muy lista y muy lógica y muy química y muy pesada”. “Psi, vas a tener razón”, corroboro ahogando mis penas en Margarita (se llama mi amorrrr).

Para finalizar, como no podía ser de otro modo, un postre chocolatero, brownie de chocolate y plátanobrownie (3 €). Brownie estilo americano, es decir, concentrado, de sabor potente y textura densa, en este caso con un importante aporte de plátano. Yo no di buena cuenta del mismo porque el plátano no es de mis frutas preferidas. Realmente, yo no tengo ninguna fruta preferida. Entiendo que hay sabores exquisitos dentro del mundo frutero y, en platos salados, acepto gustosamente la fruta, pero sola o en dulce no me aporta nada y por eso no la practico (alejad de mí a vuestros churumbeles, soy un mal ejemplo).

A este lugar merece la pena ir para compartir diversos platos con amigos: ofrece muy buen precio, grandes raciones, generosa tapa y calidad adecuada. El bocadillo de pastrami es, sin duda, el plato estrella. El ambiente es agradable y relajado y el personal amable. pastrami

  • Coco Bar, Calle Espíritu Santo 38, Tel. 91 521 73 42. Horario: de lunes a martes de 17.30 a 00.30. Miércoles de 13.00 a 00.30. Jueves de 13.00 a 01.00. Viernes y sábado de 13.00 a 2.30. Facebook

marta sanchez

Debeis volver y ampliar la publicación tras probar su INCREÍBLE tarta de zanahoria!!!

Lu (Malasaña a mordiscos)

Jes, jes, Marta, ¡me lo apunto! ¡Muchas gracias por la sugerencia! Para la próxima, probaré, sin duda, su increíble tarta de zanahoria.

X.

¿Y ese misterio de E.? ¿De quien se trata? ¿Eugenio? ¿ Emma?... ¿E.T.?. Jaja! Perdón por el comentario graciosillo.

Enhorabuena por el trabajo.

X.

Y ¿M.? ¿Mariano???

Lu (Malasaña a mordiscos)

Juis, juis, X. ¡gracias por comentar y por la enhorabuena!





M. y E. = X. Espero con esto haber aclarado tus dudas, X.



¡Buen día! ; )
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