“El Colegio de Médicos de Madrid se ha convertido en una casa de líos. ¡Nuestra junta cumple todos los requisitos legales!”, ha clamado en la tarde de este miércoles Tomás Merina frente a un centenar de batas blancas. Es el ganador de las últimas elecciones del Icomem, en las que le votaron el doble de personas que al actual presidente, Manuel Martínez-Sellés. La diferencia fue de 4.475 sufragios frente a los 2.393 de Sellés y los 2.580 que obtuvo la otra candidata, Esther Rubio. Pero un mes después de los comicios, el pasado 16 de diciembre, la Comisión Rectora del órgano colegiado anunció que su candidatura quedaba invalidada y su toma de posesión, prevista para esta semana, anulada.
La razón esgrimida es que estaba jubilado y, por tanto, no cumplía uno de los criterios exigidos que pedían al presidente del Icomem estar “en ejercicio” de la profesión. No obstante, su entorno y él mismo lo niegan, por lo que todo dependerá de qué termine considerándose estar o no en activo. Pero el desconcierto fue tal que Merina ha llamado a sus acólitos y simpatizantes para reunirse a las puertas de la sede de los galenos y exigir que se respete el resultado electoral. La decisión que le ha dejado a las puertas de dirigir el Colegio de Médicos la ha tomado una entidad encargada de resolver recursos contra ciertas resoluciones internas.
Esta comisión aparece reflejada en los estatulos del Icomem y, en este caso, fue el propio Sellés quien promovió la impugnación. Asegura haberlo hecho en período electoral, pero el dictamen final no ha llegado hasta la semana previa a la toma de posesión de su oponente. El propio presidente anunció el mismo día de conocerse la noticia que no concurriría a la reelección “por una cuestión moral”, entendiendo que el haber quedado último requería de un rostro nuevo.
“Los compañeros de la Comisión de Recursos están mal asesorados, y no sé si Sellés les ha comunicado la responsabilidad que están asumiendo”, ha afirmado Merina frente a los asistentes a la concentración. Entre ellos se encontraban tanto miembros que postuló para su directiva, como el emergenciólogo y tertuliano César Carballo; o representantes sindicales como Ángela Hernández, secretaria general de Amyts y compromisaria de Merina.
“Sellés debió haber dimitido cuando se fueron cinco miembros de su directiva [hace más de tres años], pero no lo hizo. Si ahora sigue tan insistente es porque algo tiene que tapar o sus intereses exceden lo ordinario: se aferran al Colegio como garrapatas”, ha sentenciado Hernández al término de la manifestación, en declaraciones a Somos Madrid. El sindicato médico mayoritario en la región apoyó desde el inicio a Tomás Merina, lo que le valió a este último la etiqueta de “el candidato de Amyts”.
Frente a los medios de comunicación, el ganador de las elecciones reiteró tras su discurso de este miércoles la “evidencia” de la vinculación de Sellés con el secretario de la Comisión de Recursos que determinó su salida. Aunque el segundo niega que este conste como compromisario en su candidatura, fuentes del Icomem ajenas a la candidatura de Merin (además de su propio equipo) aseguran que la información interna permite corroborar que Jesús Castellano Alarcón es uno de los cinco miembros de este órgano, además de compromisario del actual presidente.
Tras el discurso de Merina frente a la sede del Colegio de Médicos abrió la puerta una de las vocales de la dirección actual, María Cordón. Durante unos minutos y frente al público asistente, ambos mantuvieron una conversación privada en la que, según lo que ha trascendido después, esta le recordó al líder de Icomem Para Todos que su junta “solo trata de defender la legalidad”, en referencia a que el comunicado emitido desde el Colegio —y por el que se anulaba su toma de posesión— no era más que una consecuencia de la decisión de un tercero, la Comisión de Recursos.
Las turbulencias en el seno del Icomem también han llegado a los tribunales. Los de Tomás Merina han depositado sus esperanzas en un recurso que han presentado ante el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Madrid, solicitando medidas cautelarísimas para congelar la decisión hasta que se resuelva si verdadermente es correcta esta resolución. Ana Galán, una de las compromisarias del ganador en las elecciones y asistente a la protesta de esta tarde tiene claro cuál fue, en su caso, el punto de inflexión para meterse de lleno en la política interna: “Aún recuerdo cuando la actual directiva apoyó al Gobierno regional en la huelga de atención primaria y pediatría [de 2022]. Me pareció una vergüenza y entonces me decidí: esto no podía ser”.