¡Echa por la sombra! de Isidoro Válcárcel en la UMU
- La exposición del último premio Velázquez de Artes Plásticas se ofrece en la sala de la Capilla de la Universidad de Murcia
Cuentan que “¡Echa por la sombra!”, le decían a Isidoro Valcárcel Medina cuando cruzaba el puente desde su casa de la calle Ricardo Gil, en el barrio del Carmen, lugar donde nació y pasó su infancia y juventud. La sombra del edificio de la Convalecencia, proyectada en la calle Escopeteros, a su espalda, hacía más llevadero el sempiterno calor de Murcia.
Ahora este reconocido artista, último premio Velázquez de Artes Plásticas –equivalente al Cervantes en Literatura- se refugia en la sala de la Capilla de la Convalecencia, en el Rectorado de la Universidad de Murcia, para exponer su última apuesta artística, organizada por el Aula de Artes Plásticas y Visuales de la UMU y el Ayuntamiento de Murcia.
La sala de la Capilla fue seleccionada por el propio artista para realizar la exposición que se le solicitó por las múltiples connotaciones que posee y por adaptarse plenamente a sus intenciones.
La muestra que ha sido comisariada por Isabel Tejeda, contiene una pieza sonora con referencias a su propia biografía y documentos sonoros que recogió en su momento –como los auroros-, pero también otras músicas y sonidos.
El artista ha pensado la muestra para “escuchar la música con la partitura ante él, aunque no se trata de una partitura musical al uso” según indica “se trata de una exposición sonora en la que el sonido va acompañado de la partitura de ese sonido”. “Intento poder ofrecer al espectador tanto la imagen plástica como la sonora, de manera que si alguien lo intentara podría seguir el sonido a través de la imagen, y también al revés”, dice Isidoro Valcárcel. “Sala y sonido enseñoreándose de todo el espacio”, comenta.
Su pretensión: “ofrecer al espectador una especie de semblanza de lo que era este edificio para mí”, pero también “ofrecer un remedo de lo que es la universidad para mí, de mi aversión a la Universidad tal y como está montada”. Y cita el hecho de que “el propio Rectorado está situado en medio de la ciudad, pero la universidad de verdad, la educación, está a cien leguas”. “Intento hacer una crítica sobre lo que se ha convertido la enseñanza de la cultura”.