El aeropuerto de Corvera fue una ambiciosa infraestructura que nació gafada. Al galimatías que supuso su financiación se le unió después la polémica suscitada por el nombre que se le quiso asignar: Juan de la Cierva. Envuelto en un guirigay de contenciosos en los tribunales, todo apunta a que ese aeródromo sí va a costar más de un euro a los contribuyentes de la Región de Murcia, contradiciendo a lo expresado en su día por el entonces presidente de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel.
El de Corvera vio la luz cuando el aeropuerto de San Javier se consolidaba con más de un millón de pasajeros que llegaban anualmente a su terminal. A poca distancia, el de Alicante, en El Altet, reformado y ampliado, podría haber completado perfectamente el servicio que precisaba esta Región. Sin embargo, el sentido potestativo que el Estado autonómico otorga a sus gobernantes motivó que todos quisieran tener su propia instalación. Así las cosas, España cuenta, en la actualidad, con un total de 46 aeropuertos, distribuidos por sus 17 comunidades y dos ciudades autónomas.
En enero de 2019, en vísperas de que el Rey inaugurara las pistas de Corvera, rodamos un reportaje para TVE en sus instalaciones previa autorización pertinente. Subimos a la torre y tuvimos ocasión de entrevistar a algunos de los controladores aéreos. En un momento de la conversación, irónicamente, le comenté a uno de ellos que seguro que allí tendrían menos estrés que el que soportan en periodo vacacional sus compañeros en el mallorquín de Son Sant Joan. No había que ser pitoniso para intuirlo.
Fuentes de la oposición socialista en la Asamblea Regional cifran el coste final del aeropuerto de Corvera en unos 300 millones de euros. Y con un 30% menos de pasajeros que el que registraba el de San Javier. Desde Podemos denuncian, además, que el Gobierno regional ha favorecido a los socios de la concesionaria originaria del mismo, Aeromur, perdonándoles con su inacción el importe de la liquidación de esta infraestructura aeroportuaria, una cantidad que superaba los 36 millones de euros. Los nombres y apellidos de murcianos como el expresidente de Sacyr, Luis del Rivero, y de las familias Fuertes o Montoro Muñoz, subyacen en todo esto.
A partir de las 9 de la mañana del próximo miércoles se constituirá en el Parlamento autonómico una comisión de investigación sobre el aeropuerto de Corvera, una iniciativa que apoyan el PSOE, Vox y Podemos. Los de Abascal la han respaldado tras un divorcio traumático con el PP en el seno del Ejecutivo regional. Se pretende esclarecer el proceso y los sobrecostes que ha supuesto su entrada en funcionamiento. Hasta dos préstamos por valor de 182 millones de euros, avalados por la Comunidad Autónoma; casi 33 millones pagados en expropiaciones de terrenos y más de 26 millones abonados, hasta este año, en concepto de intereses.
Tras la fallida Aeromur, es Aena la actual concesionaria de una infraestructura proyectada en su día para recibir más de cuatro millones de pasajeros y que apenas llega a los 800.000. Esta empresa pública gestiona un proyecto no solo deficitario sino más bien ruinoso que, de no hacerlo ella, estaría abocado al cierre definitivo. Y no solo de sus vuelos por efecto de las inclemencias meteorológicas, precisamente.
La de este miércoles será la segunda comisión de investigación que se constituya en la Asamblea Regional, tras la creada en 2016 -luego de perder el PP, por primera vez desde 1995, su mayoría absoluta en la cámara legislativa- y cuyas conclusiones resultaron poco menos que de aurora boreal. Ya lo advirtió Juan Domingo Perón: “Si queremos que algo no funcione, creemos una comisión”. Cuando los componentes de esta (integrada por miembros del PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos) visitaron el aeropuerto, cuya obra estaba finalizada desde 2012, aunque permanecía cerrado, el entonces diputado de la formación morada, Óscar Urralburu, expresó en voz alta un pensamiento tan ocurrente como revelador cuando dijo que, efectivamente, teníamos un aeropuerto en el que los aviones no volaban, aclarando que allí lo único que volaban eran los euros. Es evidente que, para desgracia de todos, casi nueve años después, todo sigue igual. Lo que vuela es el dinero público, pero no muchas aeronaves.
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