Una de mis pelis favoritas es 'El hombre tranquilo' de John Ford, con John Wayne y Maureen O'Hara. Wayne interpreta el papel de Sean Thornton, un hombre que ya en la madurez de su vida regresa a Innisfree (Irlanda), su pueblo natal, tras haber pasado por una experiencia frenética en EEUU. Allí se lamerá sus heridas junto a sus amigos de la niñez, y volverá a ser feliz. En este caso junto con Mary Kate, interpretada por Maureen O'Hara.
Para mí, Serrano es nuestro hombre tranquilo particular. Un buen hombre que, después de haber vivido una experiencia política que se podría calificar de frenética, vuelve a su profesión de toda la vida. Alejado el foco y del mundanal ruido.
José Antonio Serrano es una debilidad personal, aunque les reconoceré que juego con ventaja, pues lo conocí junto a mi familia, antes de que se embarcara en política. Precisamente, ejerciendo como médico de Urgencias del Morales Meseguer. No se si él pensará que de donde nunca debió haber salido, pero adonde, por suerte para sus pacientes, vuelve para quedarse porque su trato para con ellos es impagable. Y lo digo por propia experiencia.
El exalcalde de Murcia es un hombre tranquilo y les añadiré que valiente. Pues hay que serlo y mucho, para no dejar pasar por delante de sus narices una inversión como los fondos Next Generation, sin traérselos a Murcia para mejorar la vida de las generaciones futuras del municipio. Aún a sabiendas de que a corto plazo le iba a costar un más que probable batacazo electoral, con la ciudad patas arriba durante toda la campaña.
Ningún político que se precie mosquea a sus vecinos con zanjas por doquier, un cuarto de hora antes de que vayan a las urnas a votar. Pero es que Serrano no es un político en el término más peyorativo de la palabra, es un médico metido temporalmente al servicio púbico. Y eso es lo que es el Plan de Movilidad, vocación de servicio público.
Prácticamente, ningún político del panorama actual antepone ya el interés general por encima del particular. Nadie se atreve a tomar decisiones impopulares por muy necesarias que resulten. Por contra, lo más normal es que el político de turno esté más obsesionado con las próximas eleciones que en el bienestar de las siguientes generaciones.
Serrano fue también, por cierto, el hombre que sacó de un cajón y desempolvó el proyecto del tranvía. Él sabía que no se podía activar un Plan de Movilidad como el que acometió sin implementar el más que deficiente transporte público de la ciudad. Aunque por desgracia, parece que el proyecto de vertebral la ciudad a través del tranvía que rescató ha vuelto al cajón en el que durante tantos años había estado. Y me temo que ahí seguirá.
El tiempo dirá si su gestión fue acertada, pero les diré una cosa, solo los valientes transcienden. Puede que dentro de veinte años se hable del Plan de Movilidad de Serrano y se ponga como ejemplo de cambio de modelo de ciudad, que nos metió definitivamente en el siglo XXI.
Obviaré que tuvo que soportar como “plataformas y movimientos vecinales” le montaban el “dos de mayo” a cada paso que daba. Los mismos que curiosamente a día de hoy callan y transigen. ¡Qué cosas!
P.D. Creo que no podía haber elegido un mejor artículo para despedirme como colaborador de elDiario.es Región de Murcia. Agradecer a Elisa Reche, a la que ya considero una amiga, por su confianza y por aguantarme. Pero me es materialmente imposible seguir escribiendo dos artículos a la semana. Y en el otro medio empecé primero. Nobleza obliga.
Un fuerte abrazo a todos, y hasta siempre.
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