Domingo por la mañana, me despierto, quito el modo avión y saltan las notificaciones en mi móvil, un amigo me advierte del discurso racista, franquista, xenófobo e islamófobo que acaba de hacer un locutor y supuesto periodista de una emisora de radio desde Madrid. Mi amigo está dolido porque la realidad que él observa cada día en el colegio donde trabaja no tiene nada que ver con lo que ese sujeto dice delante del micrófono, entonces me pregunto cuándo va a parar esto, últimamente me llegan mensajes similares de quienes trabajan con personas de origen migrante, “¿qué hacemos?”, efectivamente les descoloca que todavía haya tanto facha en la Región de Murcia y en España, como a mí, se puede ser conservador, de derechas, claro que sí, pero el nivel “facha franquista” debería haber desaparecido, es una epidemia.
Hay que seguir trabajando con la cabeza fría y ánimo constructivo, quienes apoyan a los nostálgicos del dictador van a estar entorpeciendo la convivencia pacífica unos años más. Por desgracia crecieron en un marco mental muy estrecho donde no cabe la diversidad, hay que explicarles que aquí habitan hoy emigrantes de más de un centenar de países que merecen un trato conforme a los derechos humanos, que las migraciones aumentarán debido a las guerras, el cambio climático y el hambre que provoca el capitalismo salvaje, que si no vienen ellos a cortar pimientos los pimientos se quedan en el bancal, que nuestras madres y nuestros padres tendrán una vejez de mierda si no vienen ellas a cuidarlos.
La parte buena es que España no es lo que era cuando vivía Franco ni volverá a serlo. No veas la cultura, gastronomía y geografía que estamos aprendiendo sin salir del barrio, con el árabe magrebí como primera lengua de nuestros vecinos, seguida por el español de América, el ucraniano, el francés subsahariano, otros idiomas africanos y hasta el inglés. He estado hace poco en Barcelona y se parece a Murcia, he vuelto encantado de la realidad diversa de sus barrios y calles, con chinos y pakistaníes regentando bares y comercios, también andaluces y murcianos, con colombianos, marroquíes, todos esos colores y acentos mezclados, con el catalán por momentos oculto en semejante crisol, catalán que reivindico como lengua española igual que el euskera y el gallego.
¡Ah!, ni rastro de la Cataluña antipática y enemiga que pinta la ultraderecha y su jauría mediática. En resumen, no hay que preocuparse porque los fachas tengan emisoras de radio y televisión y redes sociales y las usen para comunicarse con los suyos y digan disparates, hay que alegrarse, eso es normal en democracia, y debe existir, lo que no podemos permitir es que se riegue de odio nuestra tierra con impunidad para la tribu de falsos periodistas y patéticos políticos que lo hacen. Tampoco consentir cacerías al periodismo real y comprometido, necesitamos más Rosas, no debemos dar ni un paso atrás en lo logrado hasta la fecha, que bastante les costó a nuestros padres, madres, abuelas y abuelos allanarnos el camino con la Constitución de 1978 para disfrutar de una Región y un país donde merece la pena vivir. Lo dice alguien a quien Murcia le duele.
A seguir trabajando con todo nuestro amor por las personas que más lo necesitan desde todos los ámbitos profesionales. Las malas noticias son para los fachas, verán a más personas llegar para ganarse un futuro y permitirnos mantener un nivel de vida privilegiado comparado con el resto del planeta. Se me ocurre sugeriros que recordéis a vuestro cuñado o vecino facha que buena parte de las palabras que pronuncian, la comida que comen, y hasta la sangre que corre por sus venas tienen origen árabe y musulmán, igual que una de las expresiones más representativas de lo español, “Olé”, palabra que procede de “Alá”, el nombre que nuestros antepasados daban a su Dios.
Lo del lenguaje y los idiomas da para mucho, tiene delito que no se enseñe ni una palabra de árabe en nuestras escuelas aprovechando el acerbo cultural que nos une y teniendo un Área de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad de Murcia además de una Escuela de Idiomas. Si de la profesión periodística hablamos y miro al sur, a Marruecos sin ir más lejos, me muero de la vergüenza, tengo colegas allí que además de publicar noticias en árabe, lo hacen en español, francés e inglés con una soltura envidiable. No es raro encontrar a migrantes que vienen con al menos dos idiomas y le suman el español como tercera lengua, sí, esos a los que el facha mira por encima del hombro le dan sopas con honda.
Martínez El Facha está al borde del infarto porque ve que su pensión, su futuro, el futuro del Ejército y las policías que tanto adora están en manos de esa juventud políglota que vino de fuera o nació aquí y ganará más presencia en la sociedad, jóvenes que no se van a ir, se quedan, porque han nacido aquí, no han venido de Marte, solo conocen España, Murcia es su Región, con una capital fundada por un musulmán hace 1.199 años. Una Murcia que a paso lento pero seguro recupera sus monumentos islámicos, su identidad, muy malas noticias para los fachas, a los que no damos por perdidos, ni mucho menos, vamos Martínez lleva a tus nietos y nietas a un colegio público, sin miedo, de pronto descubrirán a las mejores maestras, a los mejores maestros, y una diversidad en el patio del recreo que refleja la Murcia real, una mezcla preciosa, valiosa y pacífica, venga Martínez, ya pasó, anímate, bienvenido al siglo XXI.
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