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La batalla del relato de la contaminación del Mar Menor se recrudece: informes científicos, bulos y la reforma de la ley

El vicepresidente de la Región de Murcia, José Ángel Antelo, (Vox) saluda a defensores de la Fundación Ingenio en la puerta de la Asamblea Regional durante las protestas del pasado 17 de abril |  Ilustración de David Velasco

Elisa M. Almagro / Elisa Reche

Murcia —
29 de mayo de 2024 22:18 h

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“Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. Es increíble que una cita del ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels resuma a la perfección la situación del Mar Menor. No debería ser una verdad negociable que al Mar Menor lo están matando, principalmente, los vertidos agrícolas y, sin embargo, el 32,5% de los murcianos cree que la contaminación proviene de los residuos urbanos de los municipios ribereños, según datos del barómetro de primavera del Centro de Estudios Murcianos de Opinión Pública (CEMOP). Una cifra que se eleva al 63,5% si sumamos las personas que culpan a los vertidos municipales y agrícolas por igual.

“El discurso de Vox se está imponiendo sobre el discurso oficial. Dicen que lo que ha ocurrido con el Mar Menor tiene que ver principalmente con los residuos urbanos. De esa manera se salva la agricultura, que ellos no quieren que se toque”, concluye Juan José García Escribano, codirector del CEMOP.

Vox ha tratado a toda costa de exculpar a la industria agroalimentaria de la contaminación de la laguna. El pasado abril el partido de Abascal llegó a presentar una reforma de la ley que protege este espacio, donde proponía ablandar los controles agrarios y endurecer los controles sobre las aguas pluviales y urbanas: “Nuestra ley eleva la responsabilidad de los municipios, porque es inconcebible que, a día de hoy, haya tuberías que lleguen directamente al Mar Menor”, argumentaba el portavoz de Vox en la Asamblea Regional, Rubén Martínez Alpáñez.

“No existe ninguna evidencia científica que apunte que la eutrofización del Mar Menor proviene de los vertidos urbanos”, expone Pablo Rodríguez Ros, ambientólogo y doctor en Ciencias del Mar, que ha formado parte del equipo asesor del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco). “La laguna sufre un proceso de eutrofización persistente que se debe principalmente al vertido continuado y masivo de nutrientes de origen agrícola, tanto por vías superficiales como subterráneas”, detalla.

“Cambio radical” en las tesis de Vox sobre el Mar Menor

El discurso de los de Abascal contra los vertidos urbanos es relativamente nuevo: “En Vox tuvimos un cambio radical de las tesis sobre el Mar Menor en un momento dado”, apunta una fuente cercana que prefiere no ser identificada. “Al principio defendíamos que eran los técnicos quienes tenían que resolver el problema de la laguna y hubo un momento en que Luis Gestoso [portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Murcia y miembro de la Ejecutiva Nacional del partido de ultraderecha] comenzó a aparecer en fotos con representantes del agro murciano, sobre todo, con el expresidente de Sacyr y regante del Campo de Cartagena, Luis del Rivero, y se empezó a asumir la tesis de los residuos urbanos hasta ahora”, añade.

El nacimiento de la nueva política medioambiental de Vox puede resumirse en tres instantáneas. Tal y como adelantó el diario El Español, en la Navidad de 2020 Santiago Abascal tuvo un almuerzo con múltiples representantes del agro español [entre los que se encontraban el presidente del lobby agrario Fundación Ingenio, Adolfo García Albaladejo], con Luis del Rivero presidiendo la mesa. En marzo el empresario fue visto en la céntrica Puerta de Alcalá, acompañado por los que entonces eran diputados de Vox: Macarena Olona y Víctor González. Ese mismo año, compartió mesa con Jorge Buxadé, vicepresidente de Vox, y el presidente autonómico del partido, José Ángel Antelo.

Con una carrera cimentada en las concesiones de infraestructuras, el empresario murciano Luis del Rivero es un viejo conocido de la política española: militó en Alianza Popular, al cambio de siglo estuvo respaldado por Zapatero, cuando en 2005 lanzó una OPA para hacerse con el mando del BBVA. Y ahora, se ha acercado a Vox: “Cambiar todas esas infraestructuras suponen contratos de mucho dinero público”, apunta la fuente próxima a Vox.

El empresario ha aludido directamente a la construcción de nuevas infraestructuras como solución a la contaminación del Mar Menor: Luis del Rivero ha dicho que el Mar Menor es una “bahía en fase de colmatación” y que la solución a su degradación está en ejecutar obras para el “saneamiento separativo” de las aguas y mejorar las depuradoras, por un lado, y en desviar las ramblas y abrir las golas para ampliar la circulación del agua, por otro.

Diseño del trasvase y compra de hectáreas

“Del Rivero fue quien insistió para que Alberto Garre [expresidente regional del PP que abandonó el partido y denunció la corrupción, al tiempo que rompió la disciplina de voto en 2008 por entender que se ponía en riesgo la agricultura murciana y la continuidad del trasvase Tajo-Segura] entrase como diputado autonómico en Vox”, apunta una fuente conocedora de la situación. El propio expresidente de Sacyr fue uno de los ingenieros que diseñó parte del canal de dicho trasvase en los ochenta y, posteriormente, hizo lo mismo con la infraestructura de tuberías que distribuyen el agua en el Campo de Cartagena.

Las licitaciones públicas no son los únicos intereses de Del Rivero. El empresario aparece en dos sociedades en distintos niveles de responsabilidad. Sólo en la comunidad murciana, suman más de 1.464,32 hectáreas de terrenos de secano y de regadío, distribuidos por Lorca, Moratalla, Murcia, Torre Pacheco y Cartagena. En Actividades Inmobiliarias y Agrícolas, donde concentra 507,92 hectáreas, figura como presidente. Sus hijos se reparten distintos puestos de responsabilidad en la vicepresidencia o como consejeros.

El resto de los terrenos los retiene en Opera Bona –956,4 hectáreas– una sociedad con la misma actividad pero donde preside su hijo mayor y Del Rivero aparece como consejero. Luis del Rivero hijo también está involucrado con la empresa Cítricos del Sureste, con hectáreas en el Campo de Cartagena y San Pedro del Pinatar junto con Almería. Nadie con intereses en la agricultura intensiva murciana quiere vincular su actividad con la contaminación del Mar Menor. elDiario.es ha intentado recabar el comentario de la familia Del Rivero contactando con Cítricos del Sureste.

Pero Del Rivero no es la única voz que susurra a los de Abascal. La Fundación Ingenio está siendo especialmente explícita en su postura sobre el Mar Menor, defendiendo a ultranza que la contaminación de la laguna proviene de los vertidos urbanos. De hecho, la propia comunidad de regantes del Campo de Cartagena aportó a Ingenio 2,4 millones de euros el verano pasado.

“Eso es lo que sabemos, otra cosa es lo que puedan estar aportando, además, las empresas privadas por su cuenta, Inicialmente tenía una posición, digamos, políticamente no tan pronunciada. Cada vez se ha ido acercando más a los postulados, no ya de la derecha, sino de la extrema derecha”, apunta una fuente próxima. “Sus inicios están ligados a las subvenciones de la Política Agraria Común (PAC). Nació para mantener el modelo de la agroindustria y seguir recogiendo cuatro cosechas al año. Cuando ya no dure más la situación, cerrarán el chiringuito y se irán”, añade.

Marcos Alarcón, secretario de Organización de UPA (Unión de Pequeños Agricultores) Murcia, por su parte, cree que la Fundación ha ido errando en la evolución de sus funciones: “Este organismo se ha ido alejando de lo que era la actividad propia de una fundación. Si en sus comienzos nos pareció interesante para que la sociedad no nos viera a los agricultores como únicos responsables de las crisis del Mar Menor, Ingenio ha pasado a hacer campañas muy agresivas, se ha planteado formar partido político, y ha fomentado la plataforma SOS Rural. Esa no es su misión”.

Un informe que culpa a la depuradora de Torre Pacheco

Este mayo la Universidad Rey Juan Carlos ha publicado un estudio que denuncia que en la depuradora del municipio murciano de Torre Pacheco se producen vertidos a la laguna, que “pueden causar daños sustanciales y contribuir a la calidad ambiental de las aguas del Mar Menor, incluyendo flora y fauna”. El informe fue financiado por Ingenio con una cuantía de 58.000 euros. La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) avaló, en cambio, el funcionamiento de esta planta y denunció “el escaso rigor” de este estudio.

“Estamos hablando de un nuevo bulo pagado de la Fundación Ingenio. De la Estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Torre Pacheco no sale ninguna gota de agua sin depurar y regenerar, ni en tiempos de lluvia ni en tiempos secos”, apuntan también desde la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, en manos del PP. “Las depuradoras de la Región de Murcia cumplen sobradamente con la legislación vigente. La Región de Murcia es una de las Comunidades Autónomas de España y de las pocas de Europa que cumple sobradamente con la Directiva Europea 91/217 de tratamiento de aguas residuales”, defienden.

La experta en urbanismo y sostenibilidad Ángeles Micol apunta a que inicialmente muchos Ayuntamientos de la Región apostaron por los tanques de tormentas, en lugar de las EDAR y lo considera “una decisión equivocada” porque las primeras vierten “el detritus de nuevo al mar”. Micol también critica que la capacidad de algunas depuradoras de los consistorios ribereños no han estado adaptadas a la cantidad de personas que pueblan estos municipios en los meses de verano, aunque admite que en los últimos años “se han redimensionado”.

Julia Martínez, directora técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua, apunta que Ingenio “lleva un ritmo impresionante de pagar informes de parte a supuestos expertos que, en principio, no han investigado nunca el Mar Menor propiamente dicho. Dos millones y medio de euros al año da para muchos informes y para mucho aparato mediático. Es imposible seguir el ritmo de este aparato de intoxicación masiva”.

“Responsabilidad de los medios de comunicación”

La noticia del estudio se publicó en numerosos medios regionales. No es la primera vez que Ingenio utiliza a los medios de comunicación para difundir sus intereses: “Fundación Ingenio pide tener en consideración las investigaciones científicas que concluyen que las aguas residuales son responsables de la contaminación del Mar Menor”, “Fundación Ingenio denuncia la ilegalidad del mantenimiento de las medidas cautelares en la masa de agua subterránea del Campo de Cartagena”. Estos son titulares de artículos publicados en prensa local, algunos están incluso catalogados como publirreportajes, lo que significa que para su publicación el medio de comunicación ha recibido algún tipo de compensación económica: “Algunos medios locales están muy mediatizados y subvencionados por la Fundación Ingenio”, apunta Escribano.

“Se trata de instalar un mensaje para al final quitarle la responsabilidad al sector agrícola, que es lo que quiere la modificación de la ley presentada por Vox”, continúa el codirector del CEMOP.

“Es importante la responsabilidad de los medios de comunicación. Tienen que estar especializados en periodismo científico. Es muy importante tener a profesionales formados que contrasten la información con expertos”, explica Leonarda García Jiménez, doctora en comunicación, profesora titular en la Universidad de Murcia (UMU) y profesora afiliada en la Colorado State University (EEUU).

“Hace falta una alfabetización mediática de la población, potenciar el espíritu crítico en institutos y universidades, que puedan contrastar una noticia y una información”, explica. “Las instituciones académicas, las universidades y centros de investigación no han promovido una culturización científica y ambiental de la sociedad del Campo de Cartagena durante los últimos 30 ó 40 años. No solamente no lo han promovido, sino que incluso desde instituciones académicas hay colaboraciones con determinadas entidades privadas que se dedican, precisamente, a verter mentiras”, denuncia el ambientólogo Rodríguez Ros.

Desde la Fundación Ingenio defienden que son una “entidad privada” y no tienen “la obligación” de revelar qué cantidad de dinero invierten en contenidos patrocinados, aunque señalan que, en todo caso, la “cantidad es ínfima si se compara con la publicidad institucional que invierten los gobiernos y partidos políticos”.

Un estudio del Gobierno Regional

Otras voces más institucionales también defienden la coexistencia entre el Mar Menor y la agricultura expansiva actual que impera sobre el Campo de Cartagena. En el informe anual del Grupo de Ecología liderado por el catedrático en Ecología de la Universidad de Murcia, Ángel Pérez Ruzafa, propone extraer agua del acuífero y reutilizarla en la agricultura, para así bajar su nivel freático.

El estudio califica de “imprescindible” disponer de infraestructuras que permitan la “gestión del agua y la anticipación de los problemas, el control de las aguas de escorrentía y la separación de urbanas y pluviales, su extracción del freático, su tratamiento y reutilización de modo que se optimicen los recursos hídricos y se eviten las entradas al Mar Menor”.

También aboga por “los protocolos de retirada de biomasa”, que solicita que “estén previstos desde el invierno y que operen con eficacia antes de que dichos materiales se descompongan”. Desde Ecologistas en Acción califican a estos protocolos como “cosméticos” que “no van a la raíz del problema, que es el vertido de nitratos”.

Además, vincula los nitratos a la agricultura y los fosfatos a los vertidos agrícolas: “Una parte importante del fósforo puede tener una explicación clara de origen en la agricultura por la pérdida de suelo a través de la erosión y las escorrentías que se están produciendo”, contrasta Jorge Sánchez, biólogo de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE). “A nivel técnico no hay experiencias de desnitrificación a tan alta escala”, añade Martínez.

Rodríguez Ros critica que no se hagan convocatorias de proyectos abiertas a todos los grupos de investigación, a nivel regional y estatal, interesados en la cuestión, “en lugar de regar con dinero a personas y grupos concretos durante décadas”. Cree necesaria la obligación de que estos estudios sean publicados en revistas revisadas especializadas de revisión por pares, para garantizar su calidad.

Vertidos agrícolas, del 80% al 90%

El Ministerio para la Transición Ecológica sitúa la cifra en 3.580 toneladas de nitratos vertidos al año en la totalidad del ecosistema: “Los estudios científicos vienen diciendo que del 80% al 90% de los nutrientes en exceso que hay en la laguna son de origen agrícola. Queda un 10% restante de todo lo demás, no solo procedente de las aguas residuales, sino de todo lo demás”, incide Ros.

“Que ha habido contaminación urbana se sabe desde el principio y en los propios modelos que hicimos la Universidad de Murcia estuvimos incorporando todas las fuentes de contaminación, tanto de origen urbano como de origen agrario en el peso relativo de uno y otro. Nos salió que en torno al 15% era de origen urbano y el 85 de origen agrícola”, incide la investigadora Julia Martínez.

“Aquí hay una cuenca agraria intensiva, como en otros muchos lugares del mundo y aquí hay procesos de eutrofización, como en otros lugares del mundo”.

Para el ambientólogo, a la población se le está “vendiendo la moto” a través de afirmaciones que apuntan a un problema multifactorial: “Se les está dando a entender que todos esos factores pesan lo mismo en la ecuación”.

Una mentira construida durante décadas

“Las mentiras que se están diciendo ahora son las mismas o muy semejantes a las que se llevan diciendo desde el Gobierno de la Región de Murcia desde hace décadas”, subraya Rodríguez Ros. Antonio Cerdá, exconsejero de Agricultura del Gobierno murciano desde 1999 hasta su dimisión en 2015, insistía en que “una lechuga es más ecológica que un pino”. Vox no se constituyó hasta 2013.

En 2017, López Miras declaró que el Mar Menor había recuperado “la transparencia de hace 20 años”. Más tarde, en el 2019, la primera vez que la laguna salada expulsó toneladas de peces muertos a su orilla por un episodio de anoxia, el presidente aseguró que “la sociedad en su conjunto en los últimos 60 años ha provocado la situación actual ejerciendo presiones de toda índole”. La Fundación Ingenio no nació hasta 2020. “Ha habido un negacionismo institucionalizado durante décadas. Así que cuando llegó la Fundación Ingenio a decir mentiras más burdas aún, la sociedad fue mucho más propensa de creérselas”, explica el ambientólogo.

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