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Opinión - España: una democracia atascada. Por Rosa María Artal

La coalición de las derechas contra Sánchez retrata a Ciudadanos con Vox y recibe menos apoyo del esperado

Santiago Abascal, Pablo Casado y Albert Rivera, en la protesta de este domingo en Madrid.

Iñigo Aduriz

La concentración contra el Gobierno de Pedro Sánchez convocada por PP, Ciudadanos y Vox, que este domingo reunía en la Plaza de Colón de Madrid a varias decenas de miles de personas –50.000 según el Gobierno y unos 200.000 según el segundo cálculo de los convocantes, menos en todo caso de las esperadas, ya que no lograron la asistencia de otras grandes movilizaciones promovidas por los populares– deja una foto inédita que confirma la alianza de las tres derechas contra Pedro Sánchez y la izquierda en el ciclo electoral que viene.

Por primera vez aparecieron juntos el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y el de Vox, Santiago Abascal, que ni siquiera se habían sentado a la misma mesa para negociar el Gobierno andaluz, junto al líder del PP, Pablo Casado, que no tiene problema alguno en dejar patente sus tratos con Ciudadanos y Vox.

Hasta este domingo Ciudadanos y su presidente habían intentado evitar esa imagen conjunta con el máximo jefe de la formación de extrema derecha a pesar de su coincidencia en el “bloque de centro derecha” pilotado por Casado que permitió la elección de Juan Manuel Moreno Bonilla como presidente de la Junta de Andalucía después de 36 años de hegemonía socialista y que pretende desbancar a la izquierda del poder en más más administraciones tras las municipales y autonómicas de mayo.

PP, Ciudadanos y Vox habían decidido además que la protesta de la Plaza de Colón estuviera protagonizada por la “sociedad civil”, por lo que dejaron la tarea de la lectura del manifiesto en manos de los periodistas María Claver, Carlos Cuesta y Albert Castilló.

Las negociaciones previas a una marcha que corrieron a convocar al calor de los titulares sobre la negociación de Sánchez con los independentistas tanto Casado como Rivera –el PP llegó 10 minutos antes al registro de la Delegación del Gobierno– evidenciaron que Ciudadanos sigue sintiéndose incómodo con la compañía de Vox y se zanjaron con la solución de que ningún político estuviese en la lectura del manifiesto, aunque todos hicieran declaraciones antes de la protesta.

Al finalizar el acto, que duró 25 minutos de reloj, los presentadores sin embargo llamaron a subir al escenario a todos los partidos convocantes. Y ahí Rivera no pudo evitar la foto con Abascal, si bien a ambos dirigentes no se les pudo ver codo con codo, ya que para las tomas de las cámaras entre ellos se colocaron cinco personas en medio, incluidos el propio Casado, el líder de UPyD, Cristiano Brown, y la candidata a la alcaldía de Madrid de Ciudadanos, Begoña Villacís.

“Punto de inflexión”

La lectura que hicieron de la protesta los líderes de los partidos convocantes fue coincidente: la movilización de Colón es “un punto de inflexión” que debe forzar a Pedro Sánchez a romper sus “negociaciones” con las fuerzas independentistas y a adelantar las elecciones generales. Las exigencias de la derecha sonaron algo anacrónicas apenas dos días después de que el Ejecutivo anunciara a través de la vicepresidenta, Carmen Calvo, la ruptura del diálogo con los partidos secesionistas porque éstos no aceptaron el marco para la negociación planteado por Moncloa.

Los convocantes de la marcha mantuvieron, sin embargo, intacto su manifiesto, que incluía afirmaciones falsas, como que Sánchez “cedió al aceptar las 21 exigencias del secesionismo” o que “cedió al iniciar unas negociaciones para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, ofreciendo a cambio la soberanía nacional”. El texto también destacaba que “la unidad nacional no se negocia” y exigía la “convocatoria inmediata de elecciones generales para que los españoles puedan decidir su futuro”.

Los líderes de PP, Ciudadanos y Vox dieron por finiquitada la legislatura. “Desde el PP lo que pedimos son elecciones inmediatas tal y como se comprometió Sanchez. No podemos seguir intentando integrar a los que quieren desintegrarnos. Ya no cabe más rendición socialista. Que cese inmediatamente el dialogo con aquellos que quieren romper España y los gestos como los acercamientos de presos”, proclamaba Casado en declaraciones a la prensa. El líder del PP era recibido con un tibio aplauso por los asistentes.

“Hay un antes y un después. Sánchez debe convocar elecciones porque miles de españoles le han dicho no y han dicho sí a España”, sostenía en la misma línea Albert Rivera, que también recibía un frío aplauso de los manifestantes, e incluso algunos silbidos. El líder de Ciudadanos destacaba que lo que exige su partido es “lo más básico en una democracia: coger el voto, ir a una urna y votar”. “Que Sánchez tome nota y convoque elecciones. Este es el final de una legislatura agotada”.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, el dirigente político más aclamado durante la protesta, señalaba, por su parte, que “el pueblo debe ser llamado a las urnas urgentemente”.

“Tiempo de elecciones, no de manipulaciones”

Las tres formaciones políticas obviaron en sus valoraciones que la convocatoria no logró el clamor deseado tras haber llamado a la movilización contra “una alta traición a España” y contratado autobuses para que todo español descontento con Sánchez pudiera trasladarse a Madrid de forma gratuita. Pese al ruido de los últimos días, la unión de toda la derecha, la que se presenta a las elecciones y algunos grupos ultra y antisistema como Hogar Social Madrid y España 2000, durante la media hora escasa que duró el acto la Plaza de Colón no solo no se abarrotó sino que registró calvas evidentes.

Pese a ello, la dirección nacional del PP llegaba a hablar el domingo por la tarde del “espíritu de Colón” para reclamar el adelanto electoral.

“Hoy [por este domingo] Colón le ha dicho 'no' a Pedro Sánchez. Ha dicho basta a tanta mentira, a tanta humillación. Hoy Colón le ha dicho a Sánchez que con la democracia española no se juega, que la unidad nacional no se trocea para venderla al mejor postor. Hoy Colón ha demostrado, una vez más, que los españoles están muy por encima de su Gobierno”, apuntaban fuentes de Génova.

El equipo de Casado considera que “por mucho que el Gobierno trate de manipular y minimizar la concentración, por mucho que el CIS diga que fueron cuatro los concentrados en Colón y emplee todas sus herramientas de manipulación para reducir lo vivido, lo cierto es que en Colón se ha escuchado un clamor que le dice a Sánchez que es tiempo de elecciones y no de manipulaciones”. La dirección de Casado insiste en que “si aún queda algo de respeto en Moncloa, el presidente del Gobierno debería salir hoy mismo a pedir disculpas por sus pactos humillantes y anunciar la convocatoria inmediata de elecciones”.

Durante la protesta se escucharon algunas de las proclamas habituales de las manifestaciones de las derechas, con 'vivas' a España y el rey, pero también a las Fuerzas Armadas, la Guardia Civil, la Policía Nacional, e incluso la municipal arengadas desde el escenario.

Entre los asistentes hubo otras proclamas menos políticamente comprensivas como “Puigdemont al paredón” o gritos de “¡Queremos votar!”, al estilo del “volem votar” (queremos votar) que se escucha en las movilizaciones de los independentistas catalanes en favor de un referéndum de autodeterminación.

Los convocantes avisan de que si Sánchez convoca elecciones en las próximas semanas habrá hecho lo “correcto”. Si no lo hace, habrá más concentraciones como las de este domingo que logran unir sobre el mismo escenario a los dirigentes de las tres formaciones políticas de la derecha, hoy más fragmentada que nunca.

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