Los avisos de la Aemet provocan cierres “abruptos” en una guardería ubicada junto a los jardines del Alcázar de Sevilla

Sara Rojas

Sevilla —
15 de marzo de 2025 21:11 h

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Cada vez que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) anuncia un tiempo marcado por la lluvia o el viento como el de esta semana, la “incertidumbre” inunda a las familias que llevan a sus hijos e hijas a la escuela infantil María Inmaculada, ubicada en el interior de los Jardines de Murillo, junto al Alcázar de Sevilla. En caso de aviso amarillo, el Centro de Coordinación Operativa (Cecop) del Ayuntamiento hispalense decreta el cierre preventivo de parques y jardines, provocando “la evacuación inmediata” de esta guardería pública que pertenece a la Junta de Andalucía. 

Ese cierre supone dejar “sin servicio esencial a 42 niños y sus familias”, como denuncian los padres y madres afectados, que han solicitado al Ayuntamiento y a la Consejería de Desarrollo Educativo medidas “urgentes” para garantizar “la continuidad del servicio de la escuela pública infantil en circunstancias de alerta meteorológica, sin poner en riesgo la seguridad de los menores y del personal, y que permitan a las familias mantener el equilibrio laboral y cotidiano”, según recoge el escrito que han presentado ante registro.

El problema que denuncian las familias es que la decisión de cerrar los jardines –y, por ende, la guardería– se comunica a los progenitores con escaso margen de antelación: “Nos avisan la noche anterior o el mismo día por la mañana, e incluso nos han llegado a llamar en pleno horario lectivo para que vayamos a recoger a los niños”, traslada una de las madres afectadas. El “caos” que viven los días de alerta meteorológica también se debe a que, en ocasiones, se toman medidas “sin sentido”, como mantener cerrados los jardines todo el día cuando la alerta comienza a partir de la tarde.

Por eso, piden que “se hagan excepciones dentro de la seguridad” y se evalúen alternativas para evitar el cierre total en situaciones de bajo riesgo. Desde el gobierno local se indica que los criterios del cierre de parques se rigen por uno de los anexos del plan de emergencia municipal que establece que “si hay aviso amarillo, hay que cerrar”. Dado que esa decisión afecta directamente a los niños de la guardería enclavada en los Jardines de Murillo, fuentes municipales explican a este diario que corresponde al centro y a la delegación territorial contemplar este escenario en su plan de protección para que los pequeños puedan seguir accediendo a la escuela cuando no exista un riesgo extremo para su seguridad, como solicitan padres y madres.

En estudio un “corredor seguro” a través del Alcázar

Las familias recuerdan en su escrito –al que ha tenido acceso este periódico– que el cierre repentino de la escuela infantil “ocasiona alteraciones en la rutina diaria de los menores”, afectando “tanto a su bienestar como a su desarrollo emocional y físico”. Esta situación también genera un impacto en los padres y madres, especialmente en aquellos que no cuentan con redes de apoyo ni flexibilidad laboral, pues al suspenderse el servicio de guardería se ven obligados a buscar soluciones de emergencia, como ausentarse de sus trabajos o recurrir a familiares para el cuidado de los niños.

“Hay padres que estamos verdaderamente afectados”, comenta una madre que se está replanteando matricular a su bebé el próximo curso. “Es una pena porque es una guardería preciosa que linda con los jardines del Alcázar y es el único foco de vida que tiene un barrio tan turístico como el casco antiguo, pero se la están cargando”, lamenta en referencia a que los cierres recurrentes repercuten en la propia viabilidad de la escuela. La situación se agrava por “la falta de alternativas cercanas” para las familias que residen en el Casco Antiguo.

Por ello, proponen que se habilite una vía de acceso exclusiva para el personal y los menores cuando exista aviso amarillo con bajo riesgo. En concreto, solicitan un “corredor seguro” hasta la guardería, que sirva de alternativa para que los días de alerta meteorológica los niños no tengan que ver alterada su rutina diaria y las familias puedan conciliar. Como la entrada principal implica pasar junto a un ficus de gran porte, que entraña un peligro en caso de fuertes rachas de viento, las familias proponen acceder desde la avenida Menéndez Pelayo, a través de un portón del Real Alcázar que da al patio de la escuela.

El escrito, respaldado por la firma de unas 40 familias, sugiere que esta medida se aplique los días de aviso amarillo y que el cierre total se reserve para situaciones de alerta roja o de riesgo extremo. Desde el Ayuntamiento se informa de que el asunto está en manos de la delegación territorial de Educación y la dirección del centro, que ha elaborado un informe con la propuesta.

Una vez que se incorpore al plan de autoprotección, “no habría problema por parte del ayuntamiento en abrir esa puerta del Alcázar”, según avanzan fuentes municipales consultadas por este diario. Mientras tanto, las familias seguirán revisando a diario la previsión meteorológica, con la incertidumbre de si podrán o no llevar a sus hijos a la guardería, que consideran un elemento esencial para el barrio.

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