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ENTREVISTA
Diana Raznovich

La autora de la viñeta retirada en Palma: “Se censura cuando hay intolerancia y el humor es lo primero que cae”

Diana Raznovich, humorista gráfica y dramaturga.

Marta Borraz

1 de abril de 2022 22:43 h

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“Es una desmesura y un ejercicio de poder fuera de lugar”. Con estas palabras califica la dramaturga y humorista gráfica Diana Raznovich (Buenos Aires, 1945) la retirada de su viñeta de la exposición de Palma en la que ponía el foco sobre el machismo en la justicia. El Govern balear tomó la decisión tras las quejas de las principales asociaciones de jueces, de la ministra de Justicia y del propio Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que no pidieron explícitamente la retirada, pero criticaron que la pieza devuelve una imagen de la justicia “falsa” y “estigmatizante”. La reconocida artista, exiliada en España desde 1976, reclama su restitución y asegura que haberla retirado “sienta un precedente peligroso”.

La viñeta muestra a un juez frente a una mujer con el brazo en cabestrillo a la que le dice: “¡¡Cómo voy a creer que su marido la maltrata si usted está viva!!”. Forma parte de una exposición más amplia contra la violencia machista impulsada por el Institut de la Dona y financiada con fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, por lo que cuenta con el logo del Ministerio de Igualdad. “Me tuve que exiliar porque la dictadura argentina había prohibido mis obras y mi humor, la diferencia es que ahora proviene de una democracia”, lamenta Raznovich, que fue viñetista del periódico Clarín y ha visto traducidas sus obras a múltiples idiomas.

¿Qué le ha parecido la decisión?

No tiene otro nombre que censura. Si una institución retira una viñeta de una exposición porque un grupo se siente ofendido y decreta con su poder quitarla, ¿cómo se puede llamar a eso? El humor es lo primero que cae cuando hay intolerancia. En mi país, lo primero que prohibió la dictadura fue el humor y Quino tuvo que exiliarse a España con su Mafalda. Yo misma también. Es un precedente peligrosísimo.

¿En qué sentido?

Es muy mal síntoma que se censure el humor. El humor de por sí es irreverente porque si los humoristas nos vamos a pasar haciendo reverencias a todo el mundo, desaparecemos. Además, el humor de género escasea y no hay espacio para humoristas mujeres en prensa. Que lo poco que se aborda, se censure, me parece un precedente horrible. A mí me queda prohibido expresarme sobre un juez que no crea a la maltratada, pero además, ¿dónde están amparadas las demás humoristas que intenten cuestionar algún aspecto del poder judicial?

El Govern ha pedido disculpas a quienes se hayan podido sentir aludidos. ¿Y usted?

No tengo que pedir ningún perdón. Estoy haciendo humor con la verdad acerca de jueces que no creen a la víctima, que es algo de dominio público. No sobre todo el estamento judicial ni todos los jueces. Sé que hay grandes jueces y juezas que hacen un gran trabajo con la violencia machista, pero no tengo que pedir disculpas. ¿Qué le tengo que pedir perdón al juez del voto particular de la La Manada que vio jolgorio y regocijo en la violación y expresiones de placer en la víctima?

¿Cuál era su objetivo con esta viñeta? ¿Qué quería mostrar?

La hice precisamente cuando se hizo público el voto particular del juez Ricardo González. Hay casos aislados en los que los jueces no creen que hay delito y presuponen que son las víctimas las que han provocado la violación. Es una realidad que en todas las instituciones hay personas sexistas, misóginas y machistas. Es como si hablo de un maltratador. No estoy diciendo que todos los hombres sean maltratadores, pero no vamos a negar que hay incluso peticiones de organismos internacionales que reclaman que España revise los aspectos machistas de la justicia.

Ha habido un avance enorme en la justicia, hay muchísimos jueces y juezas formadas y que tienen perspectiva de genero, pero eso no excluye las excepciones.

La pieza se volvió viral de forma aislada, pero es parte de una exposición. ¿En qué consiste?

La exposición tiene 32 viñetas y el tema que las aúna es la violencia machista en todos sus aspectos. Esta es la única que hace alusión a la no credibilidad de la maltratada por parte de un juez, pero la muestra cuestiona también la pornografía, la prostitución y la explotación sexual o la violencia machista en el ámbito privado, entre otras.

La exposición cuenta con apoyo institucional y este ha sido uno de los motivos que más ha indignado a los jueces.

El apoyo a la cultura es fundamental. Si no se apoya la cultura, el arte, la creatividad, la inteligencia y el cuestionamiento, ¿para qué sirven los fondos públicos? La única posibilidad de eliminar la violencia es a través de la cultura, cambiando los parámetros culturales.

¿Es un retrato injusto con los avances que se han dado en la justicia en los últimos años, como afirmaron las asociaciones?

Ha habido un avance enorme en la justicia, hay muchísimos jueces y juezas formadas y que tienen perspectiva de género, pero eso no excluye las excepciones. Hace dos años me dieron el premio Meninas en la Comunitat Valenciana por mi lucha desde el arte contra la violencia machista y ese día compartí espacio con una enorme cantidad de policías que hacen lo mismo, fue una emoción y un orgullo. Pero hace unas semanas un policía mató a su mujer a tiros con el arma reglamentaria. Si hago una viñeta sobre este hecho, no puede salir todo el cuerpo a decirme que se siente ofendido. Es un despropósito.

Los jueces emitieron las quejas, pero finalmente fue el Govern el que decidió la retirada...

Sí, no sé por qué se ha sometido a este dictamen. Ha temblado ante esta opinión. Yo lo que pido es la restitución de la viñeta. Estamos hablando de una viñeta. Es como David y Goliat... Ellos tienen todo el poder de quitarla, pero yo tengo el poder del humor.

El humor es hiperbólico, es paradojal, cuestionador y crítico cuando se hace pensante.

¿Es una viñeta exagerada?

El humor es hiperbólico, es paradojal, cuestionador y crítico cuando se hace pensante.  

De las 46 mujeres asesinadas en 2020, más del 80% no había presentado denuncia. ¿Su viñeta puede contribuir a desincentivar que las víctimas se acerquen al sistema judicial?

Eso me ha ofendido mucho. Yo vengo haciendo campañas para que las mujeres denuncien desde hace muchísimo tiempo. Sin ir más lejos, hace unos meses sacamos aquí en Alicante una que se llama manual de instrucciones para mujeres maltratadas, con viñetas y un vídeo con recursos para las víctimas, que ahora está en los autobuses de Elche. Denunciar no es fácil, pero no por mi viñeta. Primero, porque las víctimas tienen pánico y después porque los trámites judiciales son engorrosos. No está facilitada la denuncia desde el punto de vista de todos los pasos que hay que dar.

¿Esta viñeta se ha expuesto en otras ciudades?

En Alicante estuvo hace seis meses, también con fondos públicos y del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, en la sede de la subdelegación del Gobierno. También en el Palau de Les Arts de Valencia. La exposición fue solicitada en 2019 por el Ayuntamiento de Xirivella (Valencia), que fue quien primero la encargó y pagó. Desde entonces ha estado girando en escuelas, ayuntamientos, casas de mujeres... Se usa como herramienta. Ahora me la están pidiendo de Granada.

¿Alguna vez le había pasado algo similar a lo largo de su trayectoria?

Me tuve que exiliar a Madrid por la dictadura argentina en 1976 porque habían prohibido mis obras de teatro y mi humor. Yo en ese momento tenía una prohibición, pero provenía de una dictadura y ahí sí que tuve miedo. La diferencia es que ahora proviene de una democracia y no tengo ningún miedo porque las ciudadanas y los ciudadanos tenemos derecho a expresarnos y los y las humoristas también. Hay libertad de expresión. Desde entones, hubo otra vez en el Ayuntamiento de Oviedo que estuvo expuesta una viñeta mía similar a esta y una jueza pidió que la retiraran, pero el consistorio se negó.

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