La 'carta a los Reyes' del Papa: abolir la pena de muerte y la deuda externa y usar dinero de las armas contra el hambre
“Utilicemos al menos un porcentaje fijo del dinero empleado en los armamentos para la constitución de un fondo mundial que elimine definitivamente el hambre y facilite en los países más pobres actividades educativas dirigidas a promover el desarrollo sostenible, contrastando el cambio climático”. El Papa Francisco ha lanzado este jueves un llamamiento a la comunidad internacional para lograr, durante el Jubileo 2025, que se condone la deuda externa, se acabe con la pena de muerte y se utilice parte del dinero invertido en la industria armamentística en acabar con la pobreza en el mundo.
En su tradicional mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, que se celebra el próximo 1 de enero, Francisco invita a los líderes mundiales a “escuchar el grito de la humanidad amenazada” por la guerra, la injusticia climática, el hambre y la polarización, y así “superar los errores del pasado para construir nuevos caminos de paz”.
“Debemos buscar que se elimine todo pretexto que pueda impulsar a los jóvenes a imaginar el propio futuro sin esperanza, o bien como una expectativa para vengar la sangre de sus seres queridos”, recalca Francisco en su escrito, en el que propone “tres acciones posibles” que permitan, con la excusa del Año Jubilar lanzado por la Iglesia para conmemorar los 1.700 años del Concilio de Nicea, “restaurar la dignidad en la vida de poblaciones enteras y volver a ponerlas en camino sobre la vía de la esperanza, para que se supere la crisis de la deuda y todos puedan volver a reconocerse deudores perdonados”.
En primer lugar, la condonación de la deuda, y “el desarrollo de una nueva arquitectura financiera, que lleve a la creación de un Documento financiero global, fundado en la solidaridad y la armonía entre los pueblos”. En segundo término, “un compromiso firme para promover el respeto de la dignidad de la vida humana”, con un gesto que va más allá de la tradicional oratoria contra el aborto o la eutanasia, reclamando “la eliminación de la pena de muerte en todas las naciones”. Finalmente, la creación de un fondo, cuyo importe se cobre a la industria armamentística, que vaya destinado a una estrategia global para erradicar el hambre en el mundo.
“Como las élites en el tiempo de Jesús, que se aprovechaban de los sufrimientos de los más pobres, así hoy en la aldea global interconectada, el sistema internacional, si no se alimenta de lógicas de solidaridad y de interdependencia, genera injusticias, exacerbadas por la corrupción, que atrapan a los países más pobres”
“También nosotros nos sentimos llamados a ser voz de tantas situaciones de explotación de la tierra y de opresión del prójimo” señala el Papa, quien denuncia la “complicidad extendida” en el mundo, y que se traduce en “el trato deshumano que se da a las personas migrantes, la degradación ambiental, la confusión generada culpablemente por la desinformación, el rechazo de toda forma de diálogo” o “las grandes inversiones en la industria militar”.
“Vivimos en una lógica de explotación, donde el más fuerte pretende tener el derecho de abusar del más débil”, añade. “Como las élites en el tiempo de Jesús, que se aprovechaban de los sufrimientos de los más pobres, así hoy en la aldea global interconectada, el sistema internacional, si no se alimenta de lógicas de solidaridad y de interdependencia, genera injusticias, exacerbadas por la corrupción, que atrapan a los países más pobres”, denuncia Francisco, quien vuelve a repetir que “la deuda externa se ha convertido en un instrumento de control” con el que los países más ricos “no tienen escrúpulos de explotar de manera indiscriminada los recursos humanos y naturales de los países más pobres”.
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