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“La mayoría de profesores universitarios tenemos más de 50 años, se ha hecho un tapón para los jóvenes”

Juan Castellanos.

Daniel Sánchez Caballero

La Asociación para la Transparencia Universitaria (ATU) nació después de que en la Universidad Politécnica de Madrid aparecieron miles de diplomas falsos otorgados por academias privadas, pero avalados en teoría por la UPM, aunque la universidad no sabía nada al respecto. Desde ese año 2000, Juan Castellanos, su secretario y fundador, profesor en la Facultad de Informática que se vio en medio del escándalo, batalla desde ATU contra la corrupción en la universidad, que conoce bien tras 33 años como profesor, y por la transparencia como remedio de casi todos los males. Tras el caso máster de la URJC y su desempeño activista en los últimos años, ATU se ha convertido en un pequeño refugio al que acuden trabajadores de universidades de toda España, en su mayoría profesores, cuando se sienten víctimas de una injusticia o una irregularidad en su universidad.

¿Está tan mal la universidad como podría parecer leyendo la prensa?

El escándalo ahora es la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), que ha sido el acabose de la utilización de la universidad para el beneficio propio, obtener dinero, dar títulos falsos... Lo que ha habido siempre en la universidad es una lucha de grupos, de influencia entre unos y otros. Pero con el tiempo se han acentuado mucho las cosas. Cuando salió el caso de los diplomas falsos en la UPM ya no hubo más porque lo arreglaron: dijeron que quien quisiera acuerdos con academias que los haga y pague un canon a la universidad. Ya no había diplomas falsos, sino legalizados.

Un problema grave que tiene la universidad, acentuado últimamente, es que necesita dinero para sobrevivir, para investigar. Y ahora los gobiernos van quitando dinero, pero quieren que se obtenga dinero por otros medios diferentes a la financiación pública: acuerdos con empresas, buscar financiación para la investigación... Todo esto ha permitido los chiringuitos, como el de la URJC y otros que habrá, que han provocado los abusos.

También influye la falta de transparencia. Si hubiera más, que ya la hay, las cosas se van denunciando, solucionando, corrigiendo.

¿Cuál son las formas más típicas de corrupción universitaria, en vuestra experiencia?

Aquí hay una parte importante intrínseca en el sistema. La endogamia y contratar a profesores de dentro con menos méritos que otros de fuera siempre se ha dado. Cuando hicimos el segundo congreso contra la corrupción, salió en El País una página entera hablando del tema. Nos preguntamos qué pasaba. Pues que el PSOE iba a hacer una nueva ley de universidades con la bandera de que iba a acabar con la endogamia. Muy bien. Pero la nueva ley del PSOE no quitó la endogamia, si no que la multiplicó. Ahora el sistema de acceso a las plazas depende de cada universidad, que pone las normas que cree conveniente. Respecto a la corrupción de tipo diplomas falsos o chiringuitos como el de la URJC, esa no está generalizada. Las universidades, al tener autonomía, son las responsables de sus gastos y de eso oficialmente se da cuenta. Algo se escapa al control, pero las universidades controlan todo.

Financiación. Las universidades se han tenido que buscar la vida, por ejemplo en la contratación de profesores porque la administración no les dejaba. Entonces se inventan esto de contratarlos como visitantes, etc. ¿Se han visto, digamos, 'obligadas' las universidades a manejarse de manera irregular?

Cómo gestionan la escasez depende de cada universidad. En mi universidad no se puede contratar a un visitante, por ejemplo, si no cumple todos los requisitos. Esto es una cosa de la URJC y de la UC3M, el resto apenas tiene. El contrato de visitante que están utilizando es en fraude de ley. La contratación es discriminatoria, se contrata más o menos directamente, con un concurso de méritos que hará el rectorado de la universidad como sea... De esta manera, de alguna forma se crea un sistema clientelar por el que si te han contratado y dependes del rector, por supuesto que vas a votarle. En la URJC está claro lo que ha pasado. Pero no ha sido igual en todas las universidades.

¿Cuánta responsabilidad tienen los profesores en que les hagan contratos fraudulentos? Para bailar hacen falta dos.

Claro. Hay que tener en cuenta que cada universidad pone sus normas y tienen en cuenta los méritos científicos y académicos. Lo que pasa es que en algunos departamentos se pasan y cuando sacan una plaza parece que está dirigida para una persona concreta, por tantos apellidos que tiene. Generalmente no pasa, pero sí se da. Esto hay que denunciarlo y hacerlo público.

Dice que generalmente no pasa, pero hay un dato circulando por ahí que dice que el 70% de los profesores universitarios estudiaron en el mismo centro en el que dan clase.

Digo que una cosa es que una plaza tenga uno o dos perfiles [especialidades o asignaturas que ese profesor deberá impartir], otra es que le pongan cinco o seis asignaturas. Eso es abusar.

¿Por qué se da la endogamia? No puede ser que la mayor parte de los profesores universitarios tengamos más de 50 o 55 años. Se ha hecho un tapón muy grande para los jóvenes. Cuando se abre un poco ese tapón todo el mundo aprieta un poco para que los suyos se puedan quedar. En parte es culpa del sistema, que no permite que no exista una carrera universitaria. En otros países cuando empiezas en la universidad sabes los méritos que necesitas para ir ascendiendo. Aquí, no. No ha habido nada, ha habido un tapón muy grande y la gente ha estado mal contratada, cobrando muy poco, dando muchas clases, cogiendo muchos méritos, que hacen falta. Y esto ha hecho que apriete mucho el sistema. Y luego la ley que hizo el PSOE para acabar con la endogamia.

¿Qué cambió el PSOE en la ley que aumentó la endogamia?

Antiguamente el sistema de acceso era más o menos de oposición y era público. La LOU ha dado mucho pie para que la universidad haga lo que quiera, que para su autonomía está bien, pero a la vez hay que vigilar a los centros para que hagan las cosas bien. Como siempre: la transparencia debe ser que digan qué pasa, qué normas tienen. En mi universidad hace ya ocho o diez años que los concursos ya están más o menos regulados. Antes no, no estaban regulados los baremos (tanto por ciento de investigación, tanto por ciento de docencia, etc.), era al libre albedrío de un tribunal, que podía decidir si pesaba más la investigación o la docencia, y luego el hermano gemelo de ese tribunal ponerlo al revés, según le interesara. Ahora creo que esto se ha corregido en muchas universidades.

Ha mencionado un par de veces la autonomía universitaria. Ninguna administración se responsabiliza de lo que pasa en las universidades. Sin enmendar la totalidad, ¿cree que las universidades se aprovechan de ella para a veces no rendir cuentas?

Es bastante importante porque hay que administrar una universidad, pero el abuso de eso lleva a que un rector hace lo que quiere. Si hay un abuso de autonomía y por eso tenemos que contrariarnos, no es real. Tiene que ser transparente y todos deben ser responsables. Como antes no decían nada de lo que hacían y cómo estaban las cosas se hacían las cosas “porque lo digo yo”. También sucede que muchas veces los jueces dicen: “Si lo dicen los rectores, tendrán razón”. La autonomía universitaria es mejorable, pero necesaria.

¿Cuánto impacto tuvo el caso de la URJC en las universidades? ¿En su universidad, por ejemplo, hubo algún cambio específico para evitar posibles situaciones similares?

Oficialmente, que yo sepa, no [se ríe]. Pero seguramente el equipo rectoral habrá mirado alguna cosa. Lo de la URJC ha sido un aldabonazo, la UPM y la UCM son universidades enormes y lo habrán mirado. Aunque desde que nosotros revelamos en 2002 nuestro caso de los diplomas falsos ya se aplicó mucho nuestro rectorado, porque aquello fue un escandalazo. En ese sentido sí ganamos. Imagino que en la URJC se pondrán las pilas para denunciar las cosas. Ya no es solo a nivel judicial, que es muy bonito de cara a la sociedad, aparte hay que ver que existen buenas praxis dentro, entre nosotros, los profesores, los alumnos, que los estudiantes participen en el funcionamiento de la universidad. Hay muchas cosas que no son denunciables a los jueces, pero hay que hacerlas también con una ética universitaria.

Los centros privados adscritos a universidades públicas, ¿siguen teniendo sentido?

En mi universidad ha habido alguno, pero no los entiendo mucho. Quizá específicamente para desarrollar una enseñanza concreta en una universidad en la que no se podía crear una facultad por determinadas razones podía tener sentido. Pero creo que no hay demasiado control de estos centros. Se han quedado un poco desfasados. Está bien mientras estén controlados, pero hay algunos por ahí que no han tenido control.

¿Qué le parece la gestión que se hizo de todo el caso URJC?

Fue vergonzoso. Ningún rector salió diciendo que aquello no podía ser. Los rectores de nuestras universidades son muy flojitos, no se ponen a la cabeza de la defensa de la universidad. Tienen que decir más y defender la universidad. Si se pusieran a cabeza de la defensa de la universidad tanto a nivel de dinero, de investigación, etc. otro gallo cantaría. Es su obligación, pero no lo hacen. Son tan tímidos que parece que hacen los contrario, no defenderla, cuando un rector está elegido específicamente para eso, para defender la universidad como tal.

¿Cree que la CRUE no cumple con su cometido en ese sentido?

La CRUE es una asociación privada de rectores, no es un organismo oficial. El organismo oficial es la Conferencia de Rectores, ligada al ministerio. Pero el actual presidente de la CRUE [Roberto Fernández] dice ahora que hay que hacer una ley de universidades y la tienen que hacer ellos y el ministerio y nadie más. No, señor. Habrá que hacerla entre todo el mundo, toda la comunidad universitaria, la universidad es un servicio para la sociedad, no un negocio. Lo que tienen que hacer es defender la universidad, no los intereses de las universidades privadas y que se llegue a acuerdos entre todos. Porque sí que hace falta una nueva ley de universidades, que esta sea un servicio a la sociedad, no un negocio en el que los alumnos son clientes. Por ejemplo, las tasas tienen que bajar. En Alemania son gratis, en Francia, testimoniales. ¿Qué pretenden? Que solo estudien quiénes tienen que estudiar y el resto a estudiar Formación Profesional. Pero no porque la FP sea mala, sino que quieren que vaya ahí quién no se pueda pagar la universidad. Están poniendo unas tasas impensables de pagar para las familias, que lo están pasando mal porque son muy caras. Es una vergüenza que la universidad no sea accesible para todo el mundo.

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