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En plena ola antipantallas, el profesorado y las familias creen que la escuela falla al enseñar el uso y los riesgos de la IA

El uso de la IA entre estudiantes y profesorado está extendido.

Daniel Sánchez Caballero

26 de marzo de 2025 12:59 h

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Profesorado, familias y también el alumnado creen que la escuela enseña poco y mal el (buen) uso de la Inteligencia Artificial (IA) y sus riesgos, pese a que todos los colectivos opinan que esta herramienta mejora su desempeño educativo y además sostienen que está muy presente en el sector. También existe cierta preocupación entre los docentes porque la IA reduzca la capacidad de esfuerzo del alumnado o les haga dependientes de su uso.

Son algunas de las principales conclusiones que arroja el 6º estudio de Empantallados, Educar en la era de la IA, publicado este miércoles, que muestra que un 78% del alumnado cree que utilizar la IA en la educación impacta de manera positiva o muy positiva en su aprendizaje, mayoría que entre el profesorado es del 61% y entre las familias alcanza el 59%. Los porcentajes suben entre quienes utilizan la herramienta de manera habitual.

Este dato contrasta de alguna manera con la corriente antipantallas que recorre España estos meses, que se está articulando en torno al veto sin matices. A la prohibición generalizada del uso del móvil que primero llevaron a cabo muchas comunidades autónomas y luego generalizó el Gobierno se ha unido ahora el veto a cualquier dispositivo de uso individual, un camino que abrió la Comunidad de Madrid la semana pasada y ha continuado la Región de Murcia ahora.

El estudio, elaborado por Gad3, también refleja que seis de cada diez estudiantes creen que no reciben la suficiente formación en el ámbito educativo por parte de su profesorado, que además opina igual, pero de manera más mayoritaria: siete de cada diez docentes (69%) consideran que no están proporcionando “suficiente formación” al alumnado en el uso de la IA.

Con carácter general, dicen los actores educativos, la escuela no enseña correctamente el uso de la Inteligencia Artificial y cómo aplicarla en tareas. Por grupos, así opina el 63% del alumnado, el 55% de los padres y el 61% del profesorado, y especialmente los padres creen que debería hacerlo más. De nuevo, esta corriente choca con las medidas que algunas administraciones están implementando.

Un uso asentado y habitual

Y eso pasa pese a que el uso de la herramienta está bastante asentado entre estudiantes y docentes: dos de cada tres alumnos utilizan la IA varias veces a la semana y hasta un 86% lo hace como poco una vez cada siete días.

El alumnado usa la Inteligencia Artifical sobre todo para buscar información (80%), para pedir ayuda puntual para inciar o estructurar trabajos (68%) o para preparar exámenes o mejorar su aprendizaje (58%). Con carácter general creen mayoritariamente (entre un 70% y un 75%) que es un ayudante (o copiloto) que mejora lo que pueden hacer, un recurso para aprender cosas nuevas de manera más eficiente y una realidad que está cambiando su forma de trabajar o estudiar.

Entre el profesorado también está extendido su uso. La mitad de ellos asegura que utiliza la IA para elaborar planes de sus asignaturas o automatizar tareas administrativas, como planificar horarios o asignar la utilización de espacios).

Los riesgos

Gad3 también ha indagado sobre los riesgos que profesorado y familias ven en la Inteligencia Artificial. Que el alumnado reduzca su capacidad de esfuerzo, que se hagan excesivamente dependientes de la herramienta o que afecte a sus habilidades críticas o creativas son las tres principales preocupaciones de ambos colectivos, seguidas de la desinformación. En todas las categorías mencionadas los docentes muestran una mayor preocupación que los padres o madres.

La cierta coincidencia que existe en torno los riesgos se disipa más cuando se pregunta por cómo afrontarlos. Fomentar que los alumnos razonen y conecten ideas más allá de las respuestas generadas por la IA, enseñar al alumnado a evaluar críticamente las respuestas generadas por la IA, introducir formación sobre el uso ético y responsable de la IA en el aula o promover actividades que no dependan de herramientas tecnológicas son algunas de las propuestas, pero con tasas de apoyo cada una de ellas que no llega al 40%. Las ideas, aquí, difieren más.

La encuesta también ha preguntado específicamente por la desinformación, uno de los principales riesgos de la IA. Algo menos de la mitad del estudiantado, familias y profesores dice ser capaz de detectarla de una manera muy o bastante fácil. Sin embargo, o precisamente porque creen ser capaces de detectar las incorrecciones, apenas llega al 50% el porcentaje de personas que corroboran las respuestas que ofrecen las inteligencias artificiales, aspecto en el que destaca el profesorado, colectivo en el que siete de cada diez lo hace.

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