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Las víctimas españolas del nazismo se buscan en el archivo Arolsen: “Conocer el pasado no basta como vacuna contra la extrema derecha”

Más de 9.300 españoles y españolas fueron deportados a los campos de concentración nazis.

Carlos Hernández

5 de mayo de 2024 21:45 h

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Este domingo se conmemoró el 79º aniversario de la liberación de Mauthausen. Una fecha en la que se celebra en nuestro país, desde que así lo aprobara el gobierno en 2019, el Día de Homenaje a los Españoles Deportados a los Campos de Concentración Nazis y a todas las Víctimas del Nazismo. Coincidiendo con esta efeméride, los Archivos Arolsen, que salvaguardan el grueso de los documentos originales relacionados con las víctimas del nacionalsocialismo, han hecho balance de las peticiones recibidas durante el pasado año.

“No sabemos exactamente por qué, pero el número de solicitudes de información y documentación, así como la consulta de nuestro archivo online se han incrementado mucho a nivel mundial”, afirma a elDiario.es Floriane Azoulay, directora de los Archivos Arolsen. “No se puede saber con seguridad si la situación actual y la sensación de inseguridad causada por acontecimientos como la agresión rusa contra Ucrania y la amenaza a los valores democráticos en muchos países del mundo influyen de manera adicional en este incremento”.

En 2023, esta institución con sede en Alemania recibió más de 20.000 peticiones interesándose por la suerte de unas 28.000 víctimas de Hitler. Un dato que supone un incremento del 30% respecto a 2022. La subida es aún mayor cuando vemos las cifras de las consultas que se han hecho a su completísimo archivo online: cerca de 700.000, un 43% más que el año anterior. Otra de las tareas relevantes que recae en los Archivos Arolsen es la de encontrar a los descendientes de los dueños de relojes, anillos y otras pertenencias que los nazis arrebataron a sus víctimas. El trabajo de los voluntarios vinculados a esta institución permitió el año pasado entregar 180 sobres con objetos personales de otros tantos prisioneros de los campos de concentración nazis. Es una cifra récord que duplica la alcanzada en 2022.

En clave española, las cifras totales están muy por debajo de las solicitudes que llegan desde Polonia, Francia o Alemania, naciones que contaron con un número de víctimas del nazismo mucho mayor. Sin embargo, proporcionalmente, el incremento del interés de los españoles en este tema está un poco por encima de la media: “Tuvimos un 34% más de peticiones que en 2022”, resume Floriane Azoulay. “Recibimos 179 consultas directas sobre 333 víctimas españolas del nazismo y más de 7.500 usuarios del archivo online procedían de España, lo que también demuestra el creciente interés. También podemos ver que el número de seguidores españoles en nuestros canales de redes sociales aumenta continuamente”, detalla.

Ni siquiera una visita a un campo de concentración actúa automáticamente como una vacuna contra las ideologías de la extrema derecha. Es una enorme tarea social luchar contra la desinformación, la discriminación y el odio

Floriane Azoulay

La directora de los archivos que atesoran el triste legado del nacionalsocialismo atribuye parte del éxito a que su exposición itinerante #StolenMemory (Memoria Robada) está siendo exhibida en varias ciudades españolas: “Ahora se nos conoce más como institución que hace unos pocos años”. Azoulay incide también en la importancia de conocer el pasado, aunque solo como una herramienta más para hacer frente al auge de la ultraderecha en todo el planeta: “Es importante que miremos hacia atrás para comprender mejor el presente y reconocer los peligros que acechan a la democracia. Pero ni siquiera una visita a un campo de concentración actúa, automáticamente, como una vacuna contra las ideologías de la extrema derecha. Es una enorme tarea social luchar contra la desinformación, la discriminación y el odio. Consideramos que nuestra misión es hacer accesible el conocimiento histórico sobre la persecución nazi y transmitirlo de tal manera que los jóvenes puedan reflexionar, recopilar conocimientos y así construir un puente hacia los problemas de la sociedad actual”.

Estudiantes españoles en los Archivos Arolsen

En España, aunque no son mayoría, cada vez hay más centros educativos que animan a sus estudiantes a investigar y conocer la historia de sus compatriotas que acabaron en campos de concentración nazis. Desde hace años, asociaciones como la Amical de Mauthausen o Triángulo Azul trabajan el tema con los institutos y organizan viajes para que los alumnos visiten el campo de concentración de Mauthausen-Gusen. Un ejemplo más reciente es el del I.E.S. Tirso de Molina de Madrid en el que los estudiantes participan en un proyecto desarrollado por el departamento de Geografía e Historia llamado “Españoles en campos de concentración durante la II Guerra Mundial”.

Uno de los profesores implicados es José Ángel Romera: “En este proyecto, el alumnado de 4º de la ESO busca información sobre personas desconocidas que estuvieron en estos campos, acerca de conceptos como holocausto o genocidio y también sobre las asociaciones de víctimas que existen. Es una obligación nuestra como docentes hacer valer nuestras clases para que el alumnado conozca vidas de hombres y mujeres que no aparecen en la historia oficial, pero que también lucharon por conseguir los valores democráticos en Europa. Sin estos personajes y su testimonio, sin esos rostros y nombres, no se construye la historia, y es justo devolverles su papel en el relato de nuestro país”.

A comienzos de este curso, una de sus alumnas, Gisell Marian Vallejos, le planteó por primera vez un reto diferente que le hizo descubrir el valor de los Archivos Arolsen: “Nos comentó que un tío abuelo de su pareja había estado en un campo de concentración. Esta chispa nos hizo investigar a ese hombre: Antonio Cortés Maya”. Consultando diversas bases de datos descubrieron que, con solo 21 años, ese granadino nacido en las cuevas del Sacromonte había sido asesinado en Gusen, el Matadero de Mauthausen.

Otro profesor les habló entonces de los Archivos Arolsen y así, en su web, encontraron los primeros documentos originales de la época nazi en los que se citaba a Antonio Cortés: “Después contactamos por email con Arolsen por si tuvieran más ficheros que no estuviesen digitalizados. A las dos semanas nos mandaron más documentos sobre Antonio: listas de ingreso al campo de concentración, registro de traslados, certificados de defunción, fecha de su incineración en el crematorio de Gusen… Pese a que todavía hay lagunas, hemos podido conocer algo más de su recorrido por los campos alemanes y le hemos rescatado del olvido”.

La experiencia no ha sido solo gratificante para Gisell y el resto del alumnado, sino también para el profesorado: “Para mí ha supuesto abrir nuevos espacios en mi trabajo: el proceso de investigación histórica y el acceso y búsqueda de fuentes primarias en archivos, algo con lo que trabajamos muy poco en Educación Secundaria y Bachillerato”, afirma José Ángel. “Ello ha permitido mejorar la competencia digital del alumnado, enseñándoles a buscar fuentes primarias con un criterio histórico y ético. A la vez, ha servido para desarrollar la búsqueda sobre personajes ignorados de nuestra historia reciente y que deben ser valorados y mencionados para mejorar nuestra memoria democrática”.

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