Empleados de Amazon denuncian que la multinacional trampea las emisiones contaminantes de sus centros de datos
El aumento exponencial del consumo energético que ha traído consigo la inteligencia artificial ha puesto el foco en el impacto medioambiental de las multinacionales que gestionan centros de datos. Google y Microsoft reconocen que esta tecnología ha disparado sus emisiones contaminantes, alejándolas de su objetivo de basar todas sus operaciones en energías renovables para 2030. Amazon, por su parte, asegura en su informe de sostenibilidad de este año que ya ha logrado ese reto. Desde dentro, un grupo de sus empleados acusan a la multinacional de falsear los resultados.
“El progreso es probablemente más fácil de notar en nuestro negocio de comercio online. Nuestros clientes nos hacen saber que sus paquetes de Amazon ahora llegan a sus puertas más rápido, con menos embalaje y entregados por más vehículos eléctricos de reparto que nunca antes”, asegura el informe, publicado recientemente.
“En cuanto a la energía renovable, establecimos un objetivo ambicioso de igualar el 100% de la electricidad consumida por nuestras operaciones globales con energía renovable para 2030, y alcanzamos ese objetivo en 2023, siete años antes”, presume el documento, firmado por su directora de Sostenibilidad, Kara Hurst. Se trata de un objetivo que fijaron todas las grandes tecnológicas y buena parte de la industria digital a comienzos de esta década.
Pese a estas declaraciones, la letra pequeña del informe revela otra realidad. Amazon arrojó a la atmósfera casi 69 millones de toneladas de CO2 en 2023 y sus emisiones siguen muy por encima de ese objetivo cero para 2030. También que estas solo empezaron a reducirse a partir de un cambio en la metodología de cálculo que la multinacional introdujo en 2022. Antes de esa modificación se habían mantenido al alza de forma similar a las de Google y Microsoft.
Sin embargo, Amazon asegura que en la práctica sus operaciones funcionan con energía 100% renovable. ¿Por qué? Porque entiende que compra o produce la suficiente energía solar y eólica en todo el mundo para producir la cantidad equivalente de electricidad que utilizan sus centros de datos, así como los centros logísticos.
“De ellos, 79 están en España”, expone la multinacional, que asegura que en cuanto esos proyectos concluyan su construcción llegará a los 2,9 gigawatios (GW). Amazon ha anunciado la construcción de siete grandes centros de datos en Aragón por 15.700 millones de euros, pero no revela cuanto consumirán. “Los proyectos de energía solar y eólica que estamos impulsando nos ayudan a abastecer nuestras operaciones, así como a proporcionar energía limpia a la red”, dice su directora para España, Italia y Portugal.
Contrainforme de sus empleados
El logro de haber llegado al objetivo de operar con energía 100% renovable a nivel mundial siete años antes de lo pronosticado se promocionó en redes sociales, en el blog oficial de Amazon y en notas de prensa. Sin embargo, fuentes internas de la empresa aseguran que esa afirmación es “engañosa”.
“Amazon está distorsionando la verdad con este anuncio que oculta el hecho de que sus centros de datos, grandes consumidores de energía, operan en el corazón de regiones dependientes del carbón, y la expansión de la compañía está aumentando la demanda de más petróleo y gas”, inciden desde Empleados de Amazon por la Justicia Climática, fundado en 2019 para presionar a la compañía para que sea más sostenible.
Su primer éxito fue lograr que la multinacional publicara el informe anual sobre su huella de carbono, siendo una de las últimas grandes tecnológicas en hacerlo. Tras los resultados publicados este año, el grupo ha elaborado un contrainforme que los rebate. “A pesar de las afirmaciones de que la empresa está en camino de alcanzar el 100% de energía renovable la realidad sobre el terreno es que sus centros de datos aumentan la demanda de combustibles fósiles”, señalan.
Nuestra investigación muestra que Amazon está utilizando una contabilidad creativa y una dependencia excesiva de los créditos de energía renovable
“Nuestra investigación muestra que Amazon está utilizando una contabilidad creativa y una dependencia excesiva de los créditos de energía renovable (CER) de baja calidad”, continúa el análisis alternativo de sus empleados. Los CER son certificados que representan la generación de un megavatio-hora (MWh) de electricidad a partir de una fuentes renovables. Se pueden comprar y vender en el mercado para cumplir con los objetivos de sostenibilidad o regulaciones gubernamentales.
El grupo de empleados ha calculado que los centros de datos en EEUU solo se abastecen con un 22% de renovables, mientras que el resto de su operación se basa en energías contaminantes, que Amazon compensa comprando CER producidos en otras partes del país. Señalan por ejemplo el caso de Virginia, donde Amazon opera más de 50 centros de datos. En este estado, localizado en la costa este del país, la mitad de la electricidad proviene del carbón, mientras que el resto proviene de la nuclear, el petróleo y el gas.
En este sentido, Amazon también ha hecho historia recientemente al adquirir el primer centro de datos conectado directamente a una central nuclear y construido adyacente a ella. Está en el estado de Pensilvania, que colinda al sur con Virginia.
“Empiezo a preguntarme, ¿Amazon nos está mintiendo a propósito? Parece que nos envían fotos de brillantes granjas solares para hacernos pensar: 'Oh, Amazon debe estar haciendo un buen trabajo en sostenibilidad.' Amazon debería al menos ser honesto con nosotros, sus propios empleados, sobre el progreso real que estamos haciendo”, ha afeado un ingeniero de software de AWS (la división de servicios en la nube de la multinacional, el dominador a nivel mundial). “Necesitamos saber la verdad para poder mejorar”.
Otra de las críticas del grupo de empleados al informe de Amazon es que la multinacional ha decidido eliminar completamente de los cálculos de su huella de carbono las emisiones que producen los productos que vende. Esta categoría sí está incluida en los informes de otras grandes plataformas comerciales como Walmart o grandes tecnológicas como Microsoft.
“Amazon infravalora drásticamente su contaminación por carbono”, acusan: “La empresa no contabiliza las emisiones del ciclo de vida de todos los productos que vende; sólo cuenta las emisiones de los productos de la marca Amazon, que representan un mísero 1% de las ventas”.
Respuesta de Amazon
elDiario.es ha contactado con Amazon para recoger su opinión sobre el informe de los empleados. La multinacional ha defendido la validez de los datos que ha publicado, recordando que están respaldados por terceros. A su vez, afirma que el documento de sus empleados no tiene credibilidad porque carece de información interna.
“El informe de sostenibilidad de Amazon contiene los datos correctos, publica la metodología utilizada de forma transparente y está verificado por terceros. El documento al que te refieres contiene conclusiones y suposiciones incorrectas, probablemente porque, como admiten sus autores, se basa en datos y opiniones ajenas a la empresa”, ha expresado una portavoz oficial de la empresa.
La polémica de los créditos de energía renovable
Uno de los puntos de en los que más más ha profundizado el contrainforme de los empleados de Amazon es el uso de los CER por parte de la compañía. Si bien reconocen que “Amazon tiene más de 500 proyectos de energías renovables previstos en su cartera”, que una vez completados llegarán hasta los 56,8 GW a nivel mundial, también han detectado que estos tienen cada vez menos correlación con los lugares donde construye sus centros de datos.
Es decir, están “desagregados” de las zonas donde Amazon está aumentando las necesidades energéticas. “Los CER desagregados constituyen el 68% de las fuentes de certificados de energía renovable de la empresa. Esto significa que el 68% de los certificados de energía renovable de Amazon no financian ninguna nueva infraestructura de energía renovable”.
“Son certificados separados de la energía renovable real que se ha generado. Los CER desagregados no son más que derechos en papel sobre la electricidad que otras personas ya han generado y consumido”, continúan. La pregunta clave para ellos es: “Si Amazon no comprara el REC, ¿se seguiría generando electricidad renovable?”. En ese 68% de los casos, la respuesta es sí, asegura el contrainforme.
Es una tomadura de pelo porque realmente no se está comprando energía renovable en si, simplemente se está comprando un papelito que dice que se ha producido la energía equivalente a la que tú consumes en algún sitio
Esta situación ha sido denunciada también por las organizaciones ecologistas. “Es un timo legal”, dice José Luis García, portavoz de Greenpeace, en conversación con este medio. “Es una tomadura de pelo porque realmente no se está comprando energía renovable en sí, simplemente se está comprando un papelito que dice que se ha producido la energía equivalente a la que tú consumes en algún sitio”, añade.
“Nuestra principal crítica es que no tiene nada que ver con la energía”, continúa García. “Es un mecanismo que está mal planteado, mal ejecutado y mal controlado. El resultado son cosas como esta, con Amazon y muchas otras compañías, que dicen 'compro aquí un certificado bajo la etiqueta de que es real y sigo usando la misma energía que antes'”, concluye.
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