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La Audiencia de Cantabria condena a dos años de cárcel a un hombre que agredió sexualmente a su hija de 14 años

Audiencia Cantabria.

elDiario.es Cantabria

Santander —

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La Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado a dos años de prisión a un hombre por un delito de agresión sexual sobre su hija tras reconocer los hechos y alcanzar un acuerdo ambas partes al inicio del juicio, que estaba señalado para este martes en la Sección Primera.

Dado que el procesado estaba ebrio cuando ocurrió la agresión a la menor, de 14 años, y que había consignado 500 euros con anterioridad a la vista oral, se le ha aplicado la eximente incompleta de embriaguez y la atenuante de reparación del daño, lo que ha permitido una condena inferior a la que la Fiscalía pedía inicialmente para él, que era de tres años de cárcel.

Además, ha sido condenado a alejamiento y prohibición de comunicar con su hija, inhabilitación para ejercer la patria potestad y para desempeño con menores, así como libertad vigilada, todo ello por un periodo de cinco años. Y en concepto de responsabilidad civil, deberá indemnizar a su hija en 4.000 euros por el daño moral causado.

Según el relato del ministerio público que se ha llevado a sentencia, el ahora condenado tenía sus facultades “gravemente disminuidas” por el consumo de bebidas alcohólicas cuando, el día de los hechos, regresó de madrugada a su domicilio y entró en la habitación en el que dormía junto a sus hijas menores cuando éstas se encontraban con él, en virtud del régimen de custodia establecido.

Esa noche, el acusado se metió en la cama desnudo y se durmió a continuación. Su hija, de 14 años, se percató de la situación e, “incómoda por la desnudez de su padre, trató por todos los medios de despertarle para que se vistiera, lo que logró con grandes dificultades por el estado de embriaguez” del hombre.

Este se despertó y, “al ser recriminado por su hija, con la intención de entablar un contacto sexual con ella, la agarró por la cabeza y se la bajó hacia sus genitales, diciéndola que si quería ver sus tatuajes”. La menor abandonó el dormitorio de inmediato “en un estado de gran perturbación”.

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