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Todo lo que no ha hecho el Gobierno contra el ébola hasta que lo tiene en casa

Varios especialistas de la salud transportan el cuerpo sin vida de una víctima del ébola en Paynesville, a las afueras de Monrovia. / Efe

Gabriela Sánchez

El estallido del ébola comenzó en silencio. Caso a caso, las organizaciones internacionales advertían a la comunidad internacional de lo que estaba por venir. A pesar de avisar casi a gritos de la necesidad de recursos para ayudar a los que ya padecen esta enfermedad y evitar su expansión, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no lanzó la alarma hasta agosto y aún no se ha producido una respuesta contundente por parte de los países occidentales.

España ha enviado únicamente 660.000 euros. El problema estaba lejos, y se acercó de repente. El primer contagio por ébola fuera de África ha saltado en Europa, en España, en Madrid. Miramos hacia atrás: ¿qué no ha hecho el Gobierno para atajar el brote en su origen?

Casi siete meses después del estallido del brote, el Gobierno de España, que ahora trabaja por mantener controlado el único caso que ha surgido en Europa, sólo ha aprobado 660.000 euros para el fondo de 1.000 millones de euros solicitado por la OMS. No obstante, los datos de la ONU por el momento confirman únicamente 480.000 euros recibidos. Mientras, el número de contagios continúa creciendo en África Occidental, donde el brote ha acabado con la vida de al menos 3.439 personas.

Además de la baja cantidad de ayuda económica enviada, justificada con los ínfimos fondos de la política de cooperación española, el Gobierno podría impulsar otras formas de apoyo en la lucha contra el ébola en África Occidental, según las fuentes especializadas. Por un lado, el Ejecutivo no ha trasladado personal público especializado en este tipo de epidemias a los países afectados por el virus, a pesar de que el Ministerio de Defensa cuenta con “funcionarios especializados en, por ejemplo, guerras bactereológicas”, explican.

España cuenta, además, con recursos que ya han sido financiados pero que no se están explotando lo suficiente: una base logística del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Las Palmas de Gran Canaria inaugurada por tres ministros del Gobierno en julio con el objetivo de “enviar toneladas de ayuda a África”. El PMA la está utilizando para apoyar la respuesta internacional contra el ébola trasladando personal sanitario de organizaciones internacionales y miles de alimentos, pero sólo por vía marítima. Sin embargo, según ha podido saber eldiario.es, el Ejecutivo no ha abierto un puente aéreo desde este punto hacia la zona afectada, a pesar de los beneficios que podría acarrear para la respuesta internacional.

Este permiso agilizaría los traslados de material y personal sanitario a los países con ébola, ya que aunque no se ha cerrado el flujo aéreo comercial, los vuelos regulares cada vez son más escasos. En la actualidad, el PMA puede realizar envíos aéreos partiendo de su base de Senegal, que sí ha permitido la apertura de un puente aéreo para estos fines a diferencia de España, explican dos especialistas.

Margallo se saltó la reunión sobre ébola de la ONU

La respuesta a nivel internacional también ha sido muy cuestionada. Fuentes especializadas califican la respuesta internacional de “muy débil” y “prácticamente inexistente durante mucho tiempo”. Tras cinco meses de peticiones y advertencias por parte de las organizaciones presentes sobre el terreno, la Organización Mundial de la Salud activó la emergencia de salud pública internacional por brote de ébola en el mes de agosto. Ya habían fallecido 932 personas a causa del virus en África Occidental.

El pasado 25 de septiembre, Estados Unidos instó a la acción a la comunidad internacional: “El ébola se extiende a una velocidad alarmante. Si no lo controlamos, puede matar a cientos de miles de personas en los próximos meses. La semana pasada dije que el mundo podía contar con EEUU, y anuncié que estableceríamos un comando militar en Liberia. Ese comando ya está en marcha. Pero tenemos que ser honestos. No es suficiente...”, alertaba Barack Obama en una reunión sobre el brote del virus en la Asamblea General de la ONU. “Todo el mundo tiene que asumir esto como una prioridad –añadía–. No podemos hacerlo solos. Necesitamos que otros países contribuyan”.

Durante el encuentro, los representantes de diferentes países se pusieron frente al micrófono y continuaron la estela de EEUU. Japón, China, Reino Unido, Chile o Cuba anuncian importantes medidas para colaborar en la respuesta internacional contra la epidemia de ébola. Ninguna personalidad de España lo hizo: el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, se encontraba en la Asamblea General pero no asistió a la reunión sobre el brote. En su lugar lo hizo el secretario de Estado de Cooperación Internacional española, según especifican fuentes humanitarias. En este acto, sólo tenían derecho a formular un discurso el presidente o un ministro de cada país, aseguran. “España evitó así dar explicaciones sobre algo que no ha hecho”, valoran.

El día anterior, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, había pedido al rey Felipe VI el apoyo de España a los esfuerzos desplegados por el organismo para luchar contra la epidemia de ébola en África. Durante su discurso ante los miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el monarca expresó “la solidaridad del pueblo español” con las víctimas del ébola y su apoyo “a quienes hacen todo lo posible por socorrerlas, a veces a costa de su propia vida”. No mencionó, sin embargo, un compromiso de respuesta contra el brote.

Una semana antes, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas calificó el brote de ébola en África como una “amenaza para la paz y la seguridad mundiales”, por lo que solicitaba a todos los Gobiernos la cooperación con el plan de respuesta elaborado por la OMS. Cerca de 130 países, entre ellos España, apoyaron la declaración emitida aquel día.

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