Podemos Andalucía abre una nueva etapa lastrada por la desmovilización de su militancia y guerras internas sin cicatrizar
La nueva dirección de Podemos Andalucía nace con una legitimidad frágil –la participación de los afiliados en las primarias de este fin de semana apenas superó el 15%– y con un futuro complejo: a menos de dos años para las elecciones andaluzas de 2026, el sondeo del llamado CIS andaluz sobre intención de voto, publicado este lunes, consolida la mayoría absoluta del PP de Juan Manuel Moreno, la solidez de Vox como tercera fuerza y la posible irrupción del partido del agitador ultra Alivse Pérez en el Parlamento.
Enfrente está el retroceso de todas las formaciones de izquierdas que, juntas, se quedan lejos de la mayoría absoluta del PP. Con estos mimbres ha tomado las riendas de Podemos Andalucía la nueva coordinadora general, ganadora de las primarias, Raquel Martínez.
Su victoria es agridulce por distintos motivos: por el bajísimo grado de participación en la convocatoria –la han votado 1.688 afiliados de los casi 22.000 llamados a participar– que evidencia que la otrora poderosa militancia en los círculos de Podemos hoy está desmovilizada, fatigada o hastiada; porque ha ganado por poco más de 300 votos a la candidatura rival, encabezada por la líder de Podemos en Sevilla, Susana Hornillo [un 52,4% frente al 42%], y esto implica que más de un tercio de los miembros del nuevo Consejo Ciudadano liderado por Martínez (10 de 28) pertenece al equipo de su oponente.
Y por último, porque las primarias se han desarrollado en un ambiente hostil, con duras acusaciones y reproches en redes sociales entre ambas corrientes, que dejan un poso de guerracivilismo difícil de gestionar. En mitad del proceso se hizo pública una carta de la exsecretaria de Círculos y Extensión de Podemos Andalucía, Valle Fernández, que atribuía su dimisión en 2021 a un “ciclo de violencia institucional y orgánica” y señalaba a la dirección liderada por Martina Velarde y su número dos, Raquel Martínez, acusando “la presión y el desgaste psicológico” infundido a “muchas personas” del partido.
El equipo de Martínez, de hecho, se plantea denunciar ante el comité de ética del partido algunos de los “ataques recibidos en Twitter o filtrados a algún medio” por parte de exdirigentes y colaboradores ligados al proyecto de Hornillo, o abiertamente contrarios a la antigua dirección de Velarde.
Llamada a la unidad
Con todo, la nueva coordinadora general de Podemos Andalucía ha comparecido este lunes en la sede del partido en Sevilla con un llamamiento a la unidad: “Ahora debemos remar todas juntas. Dejaremos de lado las diferencias y arrimaremos el hombro”. Martínez era la secretaria de Organización del partido, número dos de Martina Velarde, que ha dado un paso al lado para avalar a su compañera. Contaba con el respaldo de la dirección estatal de Podemos, que pilota ahora Ione Belarra, y con la connivencia de algunos partidos de izquierdas de la órbita de Sumar, que ve más fácil trazar alianzas con ella que con Hornillo.
La campaña de las primarias dejó dos premisas enfrentadas respecto a la confluencia de partidos de izquierdas de cara a los próximos procesos electorales. El proyecto de Martínez, en consonancia con la dirección estatal de Podemos, es más proclive a buscar acuerdos con otras formaciones para construir coaliciones; el de Hornillo se presentó cuestionando abiertamente esta fórmula.
El escenario de fondo es complicado, porque Podemos estatal rompió con Sumar y se pasó al grupo mixto en el Congreso tras las generales, acusando a los de Yolanda Díaz de orillarles y mermar su autonomía política. En cambio, Hornillo se presentó a las municipales dentro de una coalición entre Podemos, IU y otras fuerzas, de la que aún forma parte y es portavoz en el Ayuntamiento de Sevilla.
La prioridad de la nueva dirección de Podemos Andalucía, que elegirá a su nueva ejecutiva en enero, pasa por “fortalecer” internamente la marca del partido. El capítulo de las confluencias no está en la agenda inmediata de Martínez y no parece tener prisa por abordarlo. “No tenemos plazo. Cada uno marca sus tiempos, pero ahora el espacio de la confluencia está bastante caótico, no hay certeza de qué van a hacer ni cómo se van a llamar”, ha explicado este lunes, tras anunciar que “va a esperar a que me llamen” y “tengo que saber quién me va a llamar”.
Martínez ha reconocido la baja participación de las primarias en Podemos Andalucía –un 15%–, pero no ha sido capaz de explicar las razones de la desmovilización de las bases de un partido que irrumpió en el Parlamento andaluz en 2015 con 15 diputados, liderados por Teresa Rodríguez. “No puedo decir los motivos, creo que el exceso de polarización y que no haya habido debate político [en las primarias] nos ha castigado a ambas candidaturas”, ha explicado.
La nueva dirigente morada sí ha mostrado su inquietud por el último sondeo del CIS andaluz, que arroja un panorama desolador para las fuerzas de izquierdas. “Lo vemos con preocupación, se consolida el PP y avanza la extrema derecha, no nos conformamos con eso. Debemos salir con más ambición y valentía, queremos quitar a Moreno del Gobierno”, ha subrayado.
Con los resultados que se han producido, el nuevo órgano de dirección de Podemos Andalucía estará compuesto por 28 personas, de las cuales 18 (62,3%) pertenecen a la candidatura Transformar Andalucía y 10 (37,7%) a la lista Andalucía 100x100. Encabezan la elección Diego Cañamero, Alejandra Durán y José Manuel Jurado, además de la concejala de Dos Hermanas Nerea Tovar y el malagueño Nicolás Sguiglia.
Martínez contará, además, con el núcleo de la dirección saliente de Velarde, como es el caso de la responsable de Medio Rural, Ana Jiménez; el secretario de Economía, Guiseppe Quaresima; o el responsable de comunicación, Javier García. A los 28 miembros del nuevo Consejo Ciudadano se unirán otros 14, elegidos por los enlaces con los círculos de militantes en las ocho provincias andaluzas.
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