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“¿Cómo podemos acercarnos a Simone de Beauvoir si ni siquiera podemos leer todos sus libros?”

Ha pasado tantas horas a su lado que la llama, sencillamente, Simone. La pensadora más relevante del feminismo universal en el siglo XX, el icono, el personaje, fascinante y controvertido, visionario y contradictorio que fue la filósofa francesa Simone de Beauvoir, ha dejado paso a la mujer, al ser humano, y se ha convertido “en una amiga”. Le ha sucedido a la joven autora sevillana Carmen G. de la Cueva (Alcalá del Río, 1986), que acaba de publicar en Lumen 'Un paseo por la vida de Simone de Beauvoir', un libro donde resume su experiencia personal con la autora de 'El segundo sexo'.

De la Cueva, una de las voces más importantes de esta nueva narrativa española que utiliza las redes sociales como principal vehículo de propagación, milita en el denominado Feminismo Literario. Irrumpió en el panorama editorial -y ya van seis ediciones- con la inclasificable 'Mamá, quiero ser feminista' (Lumen), una suerte de diario, dietario, memorias de infancia y, si se apura, libro de autoayuda a través del poder curativo que poseen para la autora las diferentes mujeres escritoras que han jalonado sus lecturas desde que era niña hasta hoy.

De este modo, y casi a modo de Spin-off nace ahora 'Un paseo por la vida de Simone de Beauvoir', donde narra su relación, primero de veneración, después más humanizada, con la pensadora francesa, que también tenía un papel protagonista en su primer libro. “Cuando comencé a leer sobre ella, a mirarla de cerca, me asaltaron las ganas que querer saberlo todo de aquella mujer, de perseguir el fantasma de una leyenda”, explica De la Cueva. Primero, reconoce, hizo “el camino al revés”: “Leí todo lo que se había escrito sobre ella antes de centrarme en todo lo que ella había escrito sobre sí misma”.

Y en este proceso, para y reflexiona: “¿Sabes cuántas voces masculinas han estado escribiendo sobre Simone de Beauvoir y otras tantas mujeres escritoras a lo largo de la historia?”, “¿Y sabemos cuántos libros descatalogados hay, cuánto silencio en torno a las obras que ellas mismas escribieron? ¿Cómo podemos acercarnos a Simone o a muchas otras si ni siquiera podemos leer sus libros?”. Con el propósito, pues, de despojar a la pensadora de “las subjetividades masculinas” y “centrarnos y recuperar sus obras, que nos cuenten ellas mismas quienes eran, a través de su propia voz” nacen libros como éste primero dedicado a Simone de Beauvoir que, a modo de paseo, “escribo de su mano, desde mi experiencia lectora con ella”.

Relación de “amor-odio”

Su relación “casi de amiga” con la pensadora emblema del feminismo, ha sido en todo este tiempo “de amor-odio”. “He realizado un ejercicio muy grande para no juzgarla porque claro, había muchas cosas de ella que no me convencían; y cuando te enfrentas a un libro como éste quieres que tu personaje te caiga bien... Pero finalmente he llegado a entenderla, a tenerla tan presente que muchas veces pienso en algunas de mis tareas cotidianas y me descubro diciendo: 'esto le gustaría o no le gustaría a Simone'.... Puede parecer un poco esquizofrénico, pero ha sido muy hermoso”, relata la joven sevillana.

Y si ha habido algo “revelador” en el proceso de escritura de este libro, que ha supuesto una sorpresa en la personalidad de Simone de Beauvoir que tan diseccionada tenía la joven sevillana, ha sido “descubrir su pasión, su fanatismo por los paseos”. “Eso me fascinó y lo describo en el capítulo La paseante fanática, cuando viaja por primera vez sola a Marsella como profesora. Para sobrellevar la soledad se dedica a dar paseos, pero no de dos o tres horas, sino paseos hasta de nueve horas que ella describe con absoluto detalle en sus memorias. Ahí descubrí a una mujer tan apasionada y tan curiosa que me desveló su carácter poco convencional en unos años muy difíciles, poco antes de la II Guerra Mundial, donde mujeres como Simone están ocupando el espacio público por primera vez”.

La Tribu, mujeres redescubiertas

Al igual que en Mamá quiero ser feminista, G. de la Cueva, que es fundadora del colectivo La Tribu, una comunidad virtual dedicada a la literatura escrita por mujeres, propone en este libro un ejercicio literario personalísimo, donde la autora realiza un paralelismo constante entre su propia vida y la de Simone de Beauvoir, a modo de testimonio personal.

“Quiero centrarme y poner el foco en ella y solo en ella, porque casi todo lo que puede leerse sobre Simone ha sido siempre en relación a otros personajes, sobre todo Jean Paul Sartre y otros de sus amantes: y esto no iba a ser nunca la biografía de los dos filósofos existencialistas franceses, esto es un paseo, de su mano, por propias sus ideas”, explica de la Cueva, que cree que “acercarse a Simone a través de los hombres y de su vida amorosa la desautoriza como pensadora”.