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ENTREVISTA

Rocío Ruiz, consejera de Igualdad: “Es muy importante que Vox nunca llegue a un gobierno”

Rocío Ruiz no oculta que le gustaría repetir como consejera de Igualdad. Se trataría de culminar un trabajo que empezó hace algo más de tres años cuando cogió la cartera de las políticas sociales en el gobierno andaluz de coalición de PP y Ciudadanos. Presume de gestión y de trabajar en política por tiempo limitado ya que, deje o le dejen sin despacho, tiene trabajo “fuera”. No hay buenas perspectivas electorales para su partido, el naranja, pero apela hasta el último momento a la posibilidad de que sigan cuatro años más los mismos partidos o, lo que es lo mismo, para que no entre en la Junta la formación que le ha pedido la dimisión durante toda la legislatura y que la ha acusado, hace solo unos días, de “regar con dinero el feminismo”. “Vox me ha dado por imposible”, presume. A las puertas del 8M, está segura de que “la transformación social de Andalucía tiene rostro de mujer” y que, con la división del feminismo, que se evidencia cada Día Internacional de la Mujer, “los que ganan son los que van en contra de las mujeres”. Ilusionada con aprobar en breve el nuevo Ingreso para la Infancia y la Inclusión (IPII), dice que “mantener las bolsas de pobreza con una renta mínima no soluciona los problemas de Andalucía”.

Después de dos años a la sombra de la Covid-19, ¿qué particularidades tiene el 8M de este próximo martes?

Pues tiene la particularidad de que vamos a poder salir otra vez a las calles, ya que afortunadamente estamos saliendo de esta pandemia. Y es importante que ese día se llenen otra vez las plazas porque es el día de las mujeres y tenemos que estar ahí, con los hombres, como insisto siempre, llenando las calles, reivindicando todo lo que queda por hacer, porque queda mucho por crecer en igualdad y eso se construye trabajando. Este es un momento especial porque las mujeres, bajo esta recuperación económica y social, siguen siendo las más afectadas a nivel de empleo y de precariedad. Tengo una cifra grabada: 56.600 mujeres abandonaron en 2020 su trabajo porque tenían que cuidar de los hijos, de las personas mayores, y no pudieron continuar. Son las reducciones de jornada y es el 90% en excedencia para cuidados también de hijos y de personas dependientes a su cargo. Se ha agudizado la situación de pobreza y desigualdad, y, como siempre, la pobreza tiene rostro de mujer. Sigue siendo ese el problema. Nos queda un reto por delante, pero pensando en positivo, en la recuperación social. Ya está bien de que la pobreza tenga rostro de mujer, de que la violencia tenga rostro de mujer, de que la precariedad tenga rostro mujer... La transformación social de Andalucía tiene rostro de mujer, y ese es el enfoque del desafío que tenemos que seguir: que si realmente queremos recuperar Andalucía social y económicamente, cambiando paradigmas y modelos, tenemos que contar con la mitad de la población y no vamos a desaprovechar ni un solo talento femenino.

Hay muchas convocatorias de manifestaciones en todas las provincias andaluzas pero en algunos casos se hacen por separado. ¿Cómo valora esta división o estos diferentes puntos de vista que se van a plantear en las movilizaciones?

El feminismo tiene muchos matices, muchas sensibilidades pero, si los objetivos son los mismos, por un solo día debemos de estar unidas. Creo que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. He tenido la oportunidad de estar con el Consejo Andaluz de Participación de Mujeres (CAPM), donde están representados muchos matices también del feminismo, de la lucha de las mujeres, del activismo y, sin embargo, he encontrado el sitio de unión y hemos podido sacar adelante el proyectos. Con la unidad es la única forma de construir igualdad. No entiendo, por ejemplo, en Madrid, que ha sido una división histórica, incluso del mismo enfoque político, con un feminismo radical, histórico, desde mi punto de vista trasnochado, que, por ejemplo, nos plantea que las mujeres trans no son mujeres y que nos borran. Eso por una parte. Y por otra el feminismo mucho más inclusivo, más integrado. ¿Quién gana en esa división? Pues ganan los que van en contra de las mujeres.

En el Parlamento me han dicho que aquí no se han dado pasos en igualdad. ¿Quién gana con eso? Yo le dije que era un discurso irresponsable a los señores del PSOE, porque nuestros verdaderos enemigos son los negacionistas. Son lo que quieren que deroguemos las leyes que hemos conseguido todas y todos durante muchos años, y son los que niegan la violencia de género. Esos son los verdaderos enemigos de los derechos de las mujeres. El resto, los demócratas, los que creemos en los derechos humanos, por encima de todo tenemos que estar unidos y no mandar esos mensajes que al final confunden a las mujeres, alimentan a esos hombres que creen que esto es un discurso de confrontación. Si hemos conseguido que el 21 de octubre se llenaran las calles de Sevilla después de 15 años con los Hombres por la Igualdad, si tenemos una agenda de masculinidades igualitarias que está teniendo muchísima aceptación, vamos a ser inclusivos, vamos a ser integradores y vamos a trabajar en un feminismo en el que quepamos todas y todos.

Va a ser su cuarto 8M, los cuatro posteriores a la primera huelga feminista de 2018. ¿Cómo cree que ha evolucionado el movimiento 8M en estos años desde que es consejera?

Mi discurso como consejera siempre ha sido siempre unidad, unidad, unidad. En un primer momento tuve muchísima confrontación. Sobre todo me atacó muchísimo el PSOE porque decía que esa bandera era suya y yo les decía que esa bandera no es de ningún partido sino de todas las mujeres y de los hombres que creemos en la igualdad. También me he enfrentado a Vox, muy claramente y muy contundentemente, incluso hubo un discurso en el Parlamento en la que me aplaudieron todos los grupos políticos, que fue un momento inédito y único, y pensé que había esperanza. Porque cuando tú haces un discurso serio, de verdad, que te lo crees, de unidad, plantando cara a Vox como yo la planto, con valentía, porque estoy en el Gobierno de Andalucía y no soy un activista de la calle, yo tengo una responsabilidad y un cargo, delante de todo un Parlamento de Andalucía, que es el lugar donde hay que decir las cosas, y te aplauden, hay esperanza y lo podemos construir todo.

Además están las políticas que hemos hecho, porque hemos blindado el Instituto Andaluz de la Mujer. No ha desaparecido ese teléfono 900 que decían que iba a desaparecer, sino que hemos multiplicado por diez el presupuesto, con más de 40.000 llamadas el año pasado, con un incremento del 30%. Hemos creado más centros de información a la mujer (hasta 180) en los pueblos de Andalucía, que es donde hace falta. Y hay una ley de igualdad de género, de 2007, que es fundamental, que no le pertenece al PSOE sino a todo el mundo que la aprobó y que va por delante de la ley nacional, porque se incluyen todas las violencias machistas. A la ley nacional le falta incluir la violencia sexual, por ejemplo, y las víctimas de trata como violencia de género, y no están incluidas. Pues bien, hemos desarrollado más de 20 artículos de esa ley que no estaban desarrollados. El primer plan de trata estaba en esa ley. La primera estrategia de conciliación estaba en esa ley. La marca de excelencia por la igualdad, que la hemos sacado, estaba en esa ley. Los protocolos específicos para mujeres con discapacidad, para mayores, para mujeres migrantes que lo hemos desarrollado, estaban en esa ley.

Las leyes están para desarrollarlas. Aquí no es cuestión de ponerse medallas, ni levantar banderas un día. Aquí es cuestión de trabajar. Y este martes 8 de de marzo llevamos a su aprobación en Consejo de Gobierno el primer Plan Estratégico Integral de Mujeres y Hombres, para todas las consejerías, entidades locales, universidades públicas, que tienen que tener en un año sus planes de igualdad. Va a haber un seguimiento muy exhaustivo. El anterior plan que hubo, mucho menos ambicioso, solamente se desarrolló en Agricultura y en Educación, y estaba caducado desde 2013. Al final, lo que siempre digo: la igualdad se construye trabajando, demostrándolo con hechos. Hay un día de pancarta, de reivindicaciones, de movimiento, pero luego hay 364 días para trabajar.

Ha hablado de ponerse medallas y, precisamente, el Consejo Andaluz de Participación de Mujeres ha criticado que, por quinto año consecutivo, no haya ninguna mujer nombrada como Hija Predilecta de Andalucía en los actos del 28F. Si la transformación social tiene nombre de mujer, como usted dice, el Gobierno andaluz no se lo está poniendo a ninguna en concreto, ¿no cree?

A mí me encantaría que hubiera una Hija Predilecta y estoy segura que va a haber cada vez más presencia de la mujer. Hace poco firmé un acuerdo con la Comisión Europea y el Parlamento Europeo de 'No sin ellas' en los medios de comunicación, en todas las mesas de expertos, en todos los debates y en los foros que haya representación. ¿Cuántas veces hemos visto en la televisión pública, y en todas, todos los expertos que hablaban de la pandemia? ¿Dónde estaban las mujeres? ¿Qué mensaje le lanzamos a nuestros jóvenes? Estamos lanzando que, si queremos hablar de algo serio, y realmente importante como la vida de las personas, tienen que hablar los hombres. Ese mensaje lo reciben nuestros jóvenes y eso es muy peligroso. Tenemos que avanzar y cada vez va a haber más representación. Yo estoy convencida, y el presidente ha dicho que las mujeres son imprescindibles. Esa 'f' de Andalucía feminista vale mucho. Esa 'f' ha costado.

Pero esas distinciones se debaten en el Consejo de Gobierno donde usted se sienta. No sabemos cuántas voces, además de la suya, se escuchan acerca de que tendría que haber más mujeres en esa lista.

Yo sí levanto la voz y digo que tiene que haber más mujer en esa lista. Se ha notado este año que hay muchas más mujeres en la lista de las medallas, aunque no ha habido Hija Predilecta, que seguro que para el próximo año habrá. Esa lucha por la igualdad es difícil y larga.

¿Se ve usted en el próximo Gobierno de la Junta de Andalucía que salga de las urnas tras las elecciones de este año?

Después de lo que hemos visto en las últimas semanas, yo ya.... Llevo tres años en política. Yo nunca he estado en ningún partido. Me gustó el proyecto de Ciudadanos, que podía traer esa línea de centro, de moderación, de gobiernos de coalición, mucho más moderado y estable, y de huir de los populismos que son el verdadero enemigo de la democracia, los de extrema derecha y los de extrema izquierda y, por supuesto, los nacionalismos. Vengo a ese proyecto y ha habido una serie de circunstancias que, evidentemente, hacen que el proyecto esté ahora mismo en una situación complicada. Pero yo voy a seguir trabajando hasta el final, porque creo que es preferible un gobierno con Ciudadanos que con otros partidos. Dónde voy a estar no lo sé, porque acabo de ver que en un día, en una semana, se desmontan personas, se acaban imperios y todo puede pasar, así que yo estoy abierta a lo que pase. No lo pienso porque no estoy en campaña. Y tampoco tengo miedo, porque tengo mi puesto de trabajo fuera.

Pero, ¿le gustaría repetir?

Vamos a ver, este proyecto no era para tres años y con pandemia, eso está claro. Y te da muchísima tristeza saber que, por ejemplo, este Plan Estratégico que comentaba no lo pudiera yo terminar y ejecutarlo, o el plan de trata, hablando de mujer, o todas las mejoras que hemos hecho en dependencia. O los proyectos Next Generation, que somos la única consejería que tiene los 450 millones y ya tengo en plan tres grandes inversiones por más de 80 millones aquí en Sevilla, o en Cádiz. Yo quiero ver esos centros abiertos. Claro que me gustaría, y con el nuevo modelo que yo quiero, de atención centrada la persona, que va a ser un antes y un después en dependencia. Pero como no depende de mí, qué voy a hacer. Las cosas que yo no puedo controlar por mí misma no las pienso.

¿Qué haría si le llamara el PP o el PSOE, teniendo en cuenta, como sabe, las malas expectativas de Ciudadanos? ¿Tiene algunas líneas rojas?

Líneas rojas sí tengo, evidentemente, y todo el mundo sabe cuáles son las mías. Yo podía trabajar para Andalucía pero sería muy difícil una afiliación a un partido político. Lo digo claramente. Me resulta complicado eso.

¿Cree que la extrema derecha ha cambiado el marco mental en Andalucía con los debates que ha abierto y que ha puesto sobre la mesa?

Por una parte pienso que Vox a mí me ha dado por imposible, porque abría una serie de debates que al final todos los han perdido porque me he mantenido firme y no me he movido ni un milímetro, y ha habido campañas personales de acoso en redes. Me acuerdo de los 13 niños de Ceuta, que fue acoso y derribo. Y yo pregunto: ¿qué diferencia hay entre los niños que estaban en situación de desamparo en Ceuta y los niños que van a venir de Ucrania que vamos a recibir? Son niños, en situación de desamparo y desprotección. Ahí hay un discurso desde un punto de vista racista, eso lo tengo clarísimo, y al final están cayendo en sus propias incoherencias. Me decía el otro día la diputada de Vox que ellos no niegan la violencia hacia las mujeres. Y, ¿entonces por qué no quiere que haga políticas para erradicar esa violencia y me dice que es un gasto innecesario? Si la pones delante del espejo, les cuesta mucho responder. Un día le pregunté a un diputado de Vox que cuánto valía para ellos la vida de una mujer, porque me estaba diciendo que no me gastara el presupuesto en salvar vidas. Ese discurso es duro.

¿No cree que Vox hace que los debates se centren en lo que ellos quieren que se hable?

No sé si si les ha resultado fructífero, porque aún recuerdo a la señora Monasterio cuando vino a la puerta de mi centro de menores migrantes en la Macarena, y allí siguen los niños integrados en el barrio. No son delincuentes como decía ella y el barrio está encantado. ¿A quién han convencido? Ellos trabajan en la provocación, evidentemente, porque no tienen mensaje, porque no tienen contenido político, y quieren que nosotros les respondamos a la provocación pero ¿y si les respondemos con hechos, con ética y con moral? En estos días se ha demostrado que Andalucía se ha volcado de forma espléndida con el pueblo ucraniano. ¿Dónde está ahora el discurso de Vox diciendo que se queden allí, que si no es su cultura...? ¿Qué tiene que ver aquí la cultura ni ese mensaje tan absurdo del señor Gavira? Ellos lo han intentado para ganar votos pero creo que no, que los pierden.

¿Le preocupa el incremento de menores que no perciben que exista la violencia de género, que creen que es una construcción ideológica? ¿Cree que ha habido una involución? ¿Cómo se puede trabajar en esto?

No es que haya habido una involución, ni mucho menos afecta el discurso de Vox en los jóvenes en ese sentido. El problema es que no ha habido una educación en igualdad, en valores, y lo digo porque vengo del mundo educativo. Es decir, la educación en los centros educativos no podía consistir en celebrar el 25N o el 8 de marzo. Es una educación sistemática, prescriptiva, con personal formado, con la formación del profesorado y con las familias implicadas. Así es como se trabaja una verdadera coeducación para que dé sus frutos a medio plazo, porque eso no da un fruto de un día para otro. Y eso precisamente lo hemos hecho nosotros, porque yo he insistido mucho en el apartado educativo. Fueron 3.000 personas al último Congreso de Educación, con toda la comunidad educativa allí presente, y somos lo único que hemos sacado material educativo desde infantil, para secundaria, para las universidades, para el profesorado, una app en educación afectivo sexual.

¿Cuándo se ha educado en esa educación seria, responsable, en los centros educativos, y más ahora con las redes sociales y con internet, que los niños reciben la educación sexual a través de la pornografía a partir de los 9 años? ¿Qué tipo de mensajes lanzamos a los niños? Pues que las relaciones tienen que ser tóxicas, de poder, de dominación hacia la mujer. ¿Qué aprenden ellos a través de todo eso? Pues ahora tenemos una Ley de Infancia y Adolescencia que aprobamos por consenso, menos Vox, en la que por fin hay un apartado de regulación de educación y de prevención de todas esas cuestiones de competencia digital y de los peligros y las adicciones, que no existía antes porque la ley databa de hace 23 años y no estaba en el mundo. No hay fórmulas mágicas ni milagros. Hay programas, hay estrategia, hay educación. Nos va a costar trabajo verlo, pero cuando se ha desatendido a base de programas que no llevan nunca un término o medidas estrella que tampoco eran a medio y largo plazo pues... La educación tiene ese problema, que al final te sale lo que te está saliendo, y te salen las violaciones en manada y te salen todos esos fenómenos horribles que tenemos ahora mismo en nuestra sociedad porque no ha habido un control ni una regulación. Y el fenómeno de las redes sociales, de la competencia digital, de las nuevas tecnologías, no se ha controlado y ahí se puede decir cualquier barbaridad. Y nuestros niños y adolescente que lo ven, que lo manejan con total libertad, para ellos es aprendizaje, son valores, son actitudes y comportamientos que están aprendiendo. Ese es el problema.

Usted pretende darle la vuelta al sistema de atención social porque, según han advertido a través de un informe del funcionamiento de los servicios sociales comunitarios, algo estaba fallando ¿De qué manera se va a mejorar?

Ese estudio es importantísimo porque, como siempre digo, antes de hacer cualquier tipo de estrategia importante a medio plazo, siempre parto del conocimiento. No se puede cambiar si no conocemos, y lo hacemos a partir de estudios rigurosos, serios y científicos de las universidades públicas andaluzas, en este caso de la UPO. Nunca se había hecho un estudio de la situación de los servicios sociales comunitarios. Todos sospechábamos que estaba muy mal, pero no sabíamos los puntos débiles, dónde tenemos que mejorar y cambiar. Y ya estamos trabajando en la Estrategia de Servicios Sociales, cambiando ratios, formas de gestión y digitalizando para que realmente los trabajadores sociales se dediquen a la intervención con las personas, porque ahora son burócratas. También tenemos la Estrategia por la Infancia la Inclusión. No voy a hablar de pobreza, no me gusta, y hay que romper la pobreza estructural de Andalucía, heredada de padres a hijos, rompiendo esa espiral a través de la infancia. El objetivo es la inclusión, nunca el asistencialismo, de forma social, a través con un empleo, con un proyecto de vida en nuestra sociedad, porque mantener las bolsas de pobreza con una renta mínima no soluciona los problemas de Andalucía.

¿Qué es lo que plantea en ese sentido? Porque los datos de pobreza crecen en Andalucía.

Aquí llevamos décadas de una pobreza estructural que no se acaba con ella a pesar de todo el dinero me imagino que se habrá invertido en programas específicos que no han dado resultado, ya que de los 15 barrios más pobres de España, los 12 primeros siguen estando en Andalucía. Esa es la realidad, eso es palpable, y son tres millones de personas, con 800.000 andaluces con pobreza severa. Ese es el dato. En la Consejería de forma integral se trabaja en esos programas con itinerarios de inserción social y laboral, personalizados y trabajando con la familia, y con los centros educativos. Es una nueva forma de trabajo que se hace a través de los servicios sociales, que ya hemos hecho un rodaje muy interesante a través de la Estrategia ERACIS, porque no se estaba acostumbrado a trabajar en red. Y una herramienta fundamental para va a ser el nuevo Ingreso por la Infancia y la Inclusión (IPII), que ya estamos negociando con todos los partidos. Hay muy buena predisposición, también con los sindicatos. Va a ser compatible con el empleo, y ya nadie te va a decir que no se le dé de alta porque está cobrando la paga. También va a luchar contra la pobreza salarial, que también existe, porque se puede tener un trabajo pero no llegar a un sueldo digno, y todo eso se va a ir complementando según el tipo de familia. Y, además, va a ser compatible con el Ingreso Mínimo Vital. ¿En qué se fracasaba antes con estas rentas? En que no había una administración ágil y digitalizada que la hiciera rápida, porque las personas no pueden esperar, y es el mismo error al que ha caído el Ingreso Mínimo Vital, que al final no está llegando. El 95% de este ingreso del que les hablo va a ser interoperable.

¿Le va a dar tiempo a aprobarlo antes de que termine la legislatura?

Sí me va a dar tiempo porque lo vamos a hacer por urgencia, por ley, en un trámite de tres o cuatro meses, y me da tiempo. Y la estrategia la voy a terminar y la voy a dejar hecha. Espero que la pongan en plan los que lleguen.

¿Qué le parece el Salario Mínimo Interprofesional que se ha aprobado el Congreso?

Evidentemente, el salario mínimo había que subirlo. El problema es que tenemos que pensar también en la situación económica en que nos encontramos. Me han trasladado, sobre todo desde mi ámbito, del sector de la dependencia, las dificultades que están teniendo. Es decir, tienen que subir el salario, pero el presupuesto prorrogado tiene 500 millones menos, y necesitan una subida del coste/plaza para poder pagar ese salario mínimo. ¿Cómo lo hacemos si la dependencia sigue sin estar blindada económicamente y donde el 80% sigue siendo costeado por las comunidades autónomas en un momento de crisis económica muy dura? Pero qué menos que ese salario mínimo, pero ¿cuándo vamos a blindar algo que es un derecho subjetivo de todos los españoles? Había muchísimas comunidades que estaban solicitando la conferencia sectorial y conseguir ese blindaje en política de políticas sociales. A ver si alguna vez conseguimos que haya esa capacidad de diálogo. Yo me siento con todo el mundo, he conseguido un acuerdo histórico con CERMI, estoy intentándolo también con el sector de mayores, y con la FAMP firmamos hace poco un convenio para desarrollar los fondos Next con las entidades locales.

Dentro de su propio gobierno, no todos tienen el mismo discurso que tiene usted. ¿Tiene muchas discusiones internas o tarda mucho en convencer a la mesa del Consejo de Gobierno de lo que los planes que pretende?

No, la verdad es que no. Cada vez que llevo algo me apoyan y el presidente siempre me ha apoyado cien por cien absolutamente todo. Y yo lo valoro muy positivamente, porque entiendo que somos dos partidos distintos y a lo mejor en algunas cuestiones tenemos diferencias, pero a mí me han apoyado al cien por cien. No sé si tengo una capacidad de convicción y de perseverancia muy grande, pero he encontrado mucho apoyo siempre con el presidente. Ahora también viene conmigo y me acompaña a los Premios Meridiana, que son muy importantes para mí y para las mujeres andaluzas, y siempre ha estado ahí presente y dando respaldo. Ha dicho también que no se iba a dar nunca un paso atrás en la lucha contra la violencia machista. Eso es innegociable y eso lo tienen que tener claro todos, y a mí me ha parecido también muy valiente que lo haya dicho.

¿Tiene alguna intuición de que podría querer contar con usted sabiendo de que sus estrategias son, como ha insistido, a medio plazo?

Él está satisfecho con mi trabajo pero, bueno, eso es mucho pensar. Yo entiendo que dentro de su proyecto político, de su partido, tendrá muchísimas personas que querrán estar en este puesto. Yo entiendo que, si no sacamos y sumamos para poder seguir con Ciudadanos, pues tendrá muchísimas personas que lo puedan ocupar.

¿Sigue siendo optimista en que hay un resultado electoral que permita repetir la coalición?

Nosotros lo vamos a intentar y lo vamos a luchar hasta el final. De hecho, yo siempre sigo pidiendo unión en nuestro proyecto político, que trabajemos todos juntos. Creo que es muy importante que esté Ciudadanos, porque lo otro ya sabemos lo que puede ser, y entonces eso es realmente lo peligroso para Andalucía. Como andaluza, no quiero bajo ningún concepto que nunca llegue a tener mucha más presencia Vox. De hecho, me gustaría que no existiera en el Parlamento.

Pero han apoyado a su gobierno durante toda la legislatura...

Bueno, ha apoyado para la gobernabilidad, que me parece que es responsable. También podía haberse abstenido algún otro grupo. Es importante que haya gobernabilidad. A mí, particularmente ha poyado algunas cuestiones, otras no. Otras normativas la hemos sacado con el PSOE. Casi siempre con todos los grupos, menos con ellos, curiosamente. Pero ellos no están en el Gobierno. Es muy importante que Vox disminuya su presencia, pero tenemos que respetar las decisiones y los votos, porque esto es una democracia, pero que nunca llegue a un gobierno porque ya sabemos que lo primero que quieren derogar son las leyes que implican unos derechos fundamentales, en mi caso, la ley de la Igualdad de la mujer, la ley LGTBI. Y eso es un retroceso en derechos fundamentales.

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