Las ruinas del Pueblo Viejo de Belchite, entre los 25 enclaves históricos del mundo que enfrentan grandes desafíos
El Pueblo Viejo de Belchite forma parte desde hoy de la lista World Monuments Watch 2025, que incluye 25 lugares históricos de todo el mundo que enfrentan desafíos importantes. Los 25 sitios representan a 29 países en cinco continentes y la Luna. Las ruinas de este pueblo aragonés, destruido durante la Guerra Civil Española, se están deteriorando y este es el reto al que se enfrentan en la localidad, mantener los restos para perpetuar la historia.
El Watch de este año incluye las Ruinas del Pueblo Viejo de Belchite, que han permanecido congeladas en el tiempo durante más de 80 años como un recordatorio de un difícil episodio de la historia española. Antiguamente, fue un próspero centro de comercio con una rica arquitectura mudéjar que refleja la tradición de convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos. El pueblo fue destruido durante la Guerra Civil y, ahora, es urgente su conservación. Su inclusión en el Watch tiene un doble objetivo: poner de relieve los graves problemas de conservación de este rico patrimonio cultural y, a través de su conservación, apoyar el turismo sostenible en la región.
En la presentación en Belchite han estado presentes Gloria Pérez, directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón; Pablo Longoria, director ejecutivo de WMF en España; Carmelo Pérez, alcalde de Belchite y presidente de la Fundación Pueblo Viejo; y Joan Sastre, nominador de la candidatura.
Un próspero centro de intercambio
El Pueblo Viejo de Belchite está situado a 40 kilómetros al sur de Zaragoza. Belchite fue una ciudad histórica con orígenes que se remontan a la época romana, hace más de dos mil años. Durante la Edad Media, la ciudad se convirtió en un próspero centro de producción agrícola y administración para toda la región.
La arquitectura única del pueblo -que incluía iglesias, sinagogas y casas de estilos renacentista, barroco y vernáculo- reflejaba su historia como un lugar de convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos hasta el siglo XV. Belchite era especialmente rica en arquitectura mudéjar, un estilo fruto de siglos de intercambio intercultural, que hoy en día está reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en Aragón.
Durante la Guerra Civil, Belchite fue asediada y destruida, y su población, muy diezmada, fue trasladada a un nuevo pueblo construido junto a las ruinas. Al final del conflicto, se decidió dejar las ruinas intactas, y su significado evolucionó con el tiempo como un recordatorio impactante de los horrores de la guerra, siendo ahora reconocido como un lugar icónico de memoria.
Tras 80 años de abandono, las estructuras que quedan del Viejo Belchite necesitan una conservación urgente. El lugar fue protegido con una valla y se abrió a visitas guiadas en 2013, pero muchas estructuras de gran importancia histórica y arquitectónica se enfrentan a un derrumbe inminente. Al ritmo actual de deterioro, se estima que en 20 años los monumentos más notables y el carácter del pueblo habrán desaparecido. Este es el desafío de Belchite, preservar los restos de este pueblo, también plantea un reto de conservación único en lo que respecta a la preservación e interpretación de las ruinas históricas de la guerra.
Divulgación de los graves problemas de conservación
A través del World Monuments Watch 2025, World Monuments Fund colaborará con la Fundación Pueblo Viejo de Belchite y otros socios locales con un doble objetivo: poner de relieve los graves problemas de conservación de este rico patrimonio cultural y, a través de su conservación, apoyar el turismo sostenible en la región.
WMF España es una Asociación española creada en 1992. Gracias al programa Watch ha colaborado, entre otros, en la preservación de espacios como los pabellones Güell de Gaudí, el barrio del Cabanyal de Valencia, los conventos de clausura de Sevilla, el plan de gestión del Acueducto de Segovia, los patios de Córdoba del barrio de la Axerquía o los Molinos de viento de Mallorca. Colabora además en la conservación/restauración de otros Monumentos como el Salón Rico de Medina Azahara o las cuevas de arte rupestre de Santander.
Con más de 700 proyectos en 112 países, el WMF es el líder mundial en la preservación del patrimonio. En 1996, el WMF lanzó el World Monuments Watch, un programa bienal basado en nominaciones, para movilizar acciones, generar conciencia pública y demostrar cómo el patrimonio puede ayudar a las comunidades a enfrentar los problemas cruciales de nuestro tiempo. Hasta la fecha, el WMF ha contribuido con más de 120 millones de dólares a proyectos en casi 350 sitios del Watch, y la visibilidad proporcionada por el programa ha ayudado a comunidades locales a recaudar 300 millones de dólares adicionales de otras fuentes.
La convocatoria abierta de 2025 recibió más de 200 nominaciones. El análisis de datos de estas nominaciones reveló tendencias regionales específicas: en África subsahariana, el cambio climático emergió como un problema crítico para los sitios y las comunidades, mientras que en Asia y el Pacífico, la urbanización acelerada resultó ser el desafío más urgente. Las nominaciones de Europa y América del Norte señalaron la falta de financiamiento y recursos, mientras que en América Latina y el Caribe el turismo fue citado como una preocupación principal. Para la región del Oriente Medio y el Norte de África, el conflicto armado y los desastres naturales fueron identificados como su punto crítico.
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