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El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon. 

Las opiniones que aquí se expresan son las de quienes firman los artículos y no responden necesariamente a las de la redacción del diario.

Rumanos

Foto de archivo del pasado 30 de marzo del aeropuerto de Bucarest, con ocasión de la apertura de fronteras aéreas para la libre circulación entre ese país y la UE. Este viernes 22 de noviembre ya ha habido principio de acuerdo par abrir las fronteras terrestres de Rumanía y Bulgaria a la libre circulación hacia el resto de la UE. EFE/EPA/ROBERT GHEMENT

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En Aragón, la comunidad rumana es la más numerosa entre los migrantes. Son alrededor de 50.000, a los que hay que sumar los ya nacionalizados españoles, los que se han asentado en nuestro territorio en las últimas décadas.

La mayoría de las mujeres se han ocupado en la hostelería, en el servicio doméstico y en el sector de los cuidados. Y la mayoría de los hombres lo han hecho en la construcción, en el sector servicios y en los trabajos agrícolas y ganaderos como, se me ocurre, es el caso de las granjas avícolas del Campo de Romanos y de Jiloca (Villarreal de Huerva, Retascón, Ferreruela de Huerva).

Mi vecino Stellian es peluquero, un fino estilista, que disfruta hablando de fútbol y lamentando, como yo, que la iglesia de San Gil se convierta cada día desde primera hora de la tarde en un punto de concentración de basura sin que nadie le ponga remedio.

Como la mayoría de los rumanos, Stellian se siente muy cómodo en Aragón, le incumben nuestros debates públicos y valora positivamente nuestros servicios públicos, como la sanidad, y nuestra calidad de vida. También que desde el aeropuerto de Zaragoza haya cinco vuelos semanales directos a Bucarest y a Cluj.

Es del Barcelona pero sobre todo le gusta el fútbol de calidad. Todavía no hemos tenido oportunidad de hablar del resultado electoral del pasado domingo en su país, el sexto más poblado de la Unión Europea con más de 19 millones de habitantes. Pero lo haremos.

El pasado domingo, Calin Georgescu, un candidato antiestadounidense, antijudío, anti Unión Europea, ultranacionalista, prorruso y afín al presidente húngaro Orbán, ganó contra todo pronóstico la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Independiente tras abandonar el partido ultraderechista Alianza por la Unión de los Rumanos (AUR), se describe como un enviado de Dios.

Las encuestas le daban alrededor del 5 por ciento de intención de voto. No acudió a ningún debate, no lo entrevistó ninguno de los grandes medios de comunicación, hizo su campaña al margen de los partidos, y ¡boom! recibió el 22,9 por ciento de los votos, por delante de la candidata del partido de centroderecha y del candidato del partido socialdemócrata, el actual primer ministro que se quedó fuera de la segunda vuelta.

Shock en la UE de la que Rumanía es miembro desde 2007.  Desde el pasado 31 de marzo,  se está incorporando gradualmente al espacio Schengen de libre circulación fronteriza.

Georgescu hizo su campaña antisistema, dirigida especialmente a los jóvenes, en la red social TikTok con la presumible ayuda que facilita Moscú a aquellas fuerzas políticas y sociales que pueden desestabilizar la UE. Fallaron los sensores de detección y los servicios de inteligencia en Rumanía y en Bruselas.

El hilo conductor fueron los valores tradicionales y las narrativas conservadoras, unido a la alta inflación y a que uno de cada cinco rumanos está en riesgo de exclusión social y económica, uno de cada cinco jóvenes ni trabajan ni estudian y uno de cada cinco niños abandonan pronto el colegio. Caldo de cultivo para el populismo y la desafección ciudadana.

No olvidemos que Rumanía tiene frontera con Ucrania con lo que cabe deducir que también están cansados de la guerra con Rusia. Por su territorio pasa la ruta comercial del trigo ucraniano, y tiene instalaciones antimisiles y bases de la OTAN.

Rumanía confirma que las fuerzas antieuropeístas están avanzando en toda la UE, especialmente en Europa central con Orbán como referencia, y que las campañas de desinformación de Rusia están dando resultados. Los dieron antes en Eslovaquia, en Georgia y también en menor medida en Moldavia.

Quedan las elecciones legislativas del próximo domingo 1 de diciembre para comprobar si las fuerzas europeístas contrarrestan el avance de la extrema derecha. Y queda una segunda vuelta de las presidenciales que será el siguiente domingo 8 de diciembre.

Los expertos dicen que si las fuerzas antieuropeístas llegan al 40 por ciento de los votos en las generales, además de Georgescu concurren otras de extrema derecha, el Gobierno primero y después la presidencia de Rumanía, que tiene amplios poderes en materia de nombramientos, seguridad y política exterior, podrían estar en manos de Moscú.

Las alarmas se pueden encender en el resto de Europa que no da con la tecla para adelantarse y neutralizar la penetración rusa. Crucemos los dedos con la mente puesta también en nuestros convecinos rumanos que, como Stellian, llegaron a Aragón y a España en busca de una vida mejor.

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