Bendito “no sé”

“Todos somos ignorantes, lo que pasa es que todos ignoramos cosas distintas.”

Albert Einstein

Son las 19h25 y estoy en una cafetería del centro de Madrid, estoy esperando a mi pareja que debería llegar en unos 30 minutos y no sé que hacer.

Estoy escuchando Money for nothing de Dire Straits y observando a la gente en este bar tan colorido y castizo. Se aprende mucho observando a la gente sin escuchar lo que dice, observando su corporalidad, la expresión de sus rostros, tratando de reconocer sus emociones, esta observación es fundamental para comunicarnos de manera eficiente con nuestro entorno, pero de eso hablaremos otro día.

En coaching solemos decir que la declaración del “no sé” es la puerta al aprendizaje y al cambio. Con lo cual, aprovechando que no sé que hacer, voy a dedicar estos próximos 30 minutos creando un decálogo de los beneficios del “no sé”.

Cuando digo “no sé”, demuestro la suficiente humildad y autoconfianza para reconocer que no lo sé todo.

Cuando digo “no sé”, me acerco a la sabiduría de Sócrates al afirmar “solo sé que no sé nada”.

Cuando digo “no sé … como te llamas”, doy el primer paso para conocer a una persona (el cual me lleva unos años después a estar escribiendo este post mientras la espero).

Cuando digo “no sé” me doy el permiso para aprender.

Cuando digo “no sé” me convierto en un ejemplo para que los demás se sientan libres para decirlo también y crear una cultura orientada al aprendizaje.

Cuando digo “no sé” me permito rodearme de gente que sí sabe y de la que puedo aprender.

Cuando digo “no sé” me convierto en un eterno aprendiz lo cual mantiene activo mi cerebro, lo que a primera vista no parece que me vaya a perjudicar.

Cuando digo “no sé”, me doy una oportunidad para descubrir, sentir, vivir experiencias y emociones nuevas.

Cuando digo “no sé”, de repente escucho mejor.

Algo que sé que puede pasar cuando lean este artículo, es que alguien diga o piense:

- “Si digo ”no sé“ dudarán de mi valía”.

- “En la empresa en la que trabajo no se puede decir ”no sé“, me tacharían de incompetente”.

Y puede ser. Debido a una creencia profundamente arraigada en nuestra sociedad, reconocer que no se sabe es percibido en algunos casos como una debilidad.

Sin embargo me gustaría preguntar: ¿Cómo actúas cuando no sabes?, ¿Qué te pierdes al no reconocer que no sabes?, ¿Qué es lo próximo que quieres aprender?

Os invito a preparar una lista de 10 “cosas” que no sabéis, o dicho de otra manera, de 10 “cosas” que queréis descubrir, personas que queréis conocer, una nueva técnica de trabajo para seguir desarrollándose profesionalmente, un destino a visitar, una cocina a degustar, o un libro a leer.

Os invito a ver el “no sé” como un punto de partida hacia nuevas experiencias.

Mi pareja ya llegó hace tres días, lo que inicialmente iba a llevarme 30 minutos me llevó un poco más…

Hasta dentro de 15 días!