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El FMI ratifica el frenazo de la economía española en 2024 por una inflación que subirá hasta rozar el 4%

Daniel Yebra

10 de octubre de 2023 10:00 h

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte de la persistencia de la inflación en la última revisión de sus previsiones macroeconómicas. En España, estima que las subidas de precios serán del 3,5% de media este año y del 3,9% el que viene, después del ya asfixiante 8,3% de 2022.

Pese a esta presión de la inflación, el organismo deja la expectativa de crecimiento económico de nuestro país para 2023 en el 2,5% por las medidas de choque que mantiene el Gobierno, la creación de empleo y las subidas de los salarios. Factores que han sostenido el consumo de las familias y la inversión de las empresas. Incluso, pese al doble golpe que suponen los incrementos de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE).

Sin embargo, la misma inflación y la austeridad monetaria llevan al FMI a rebajar 3 décimas la estimación de avance del PIB (Producto interior bruto) en 2024, al 1,7%, asumiendo una retirada de parte de las medidas y avisando de un frenazo del gasto de los hogares, que solo crecería un 1,4% el próximo ejercicio.

Eso sí, el crecimiento económico será suficiente para que España siga reduciendo el paro, hasta el 11,3% en 2024, desde el 11,8% de 2023, un mínimo desde 2007.

Según aclara el propio organismo internacional, sus previsiones incluyen medidas para contener los aumentos de los precios por un 1% del PIB (cerca de 15.000 millones de euros), muy por debajo de los paquetes desplegados en 2022 y 2023 (50.000 millones en total). Al cierre del año, caducan todas las medidas vigentes, desde el tope al gas, pasando por la rebaja de los impuestos a la electricidad o del IVA a los alimentos, hasta los descuentos en el transporte público y para los carburantes de los conductores profesionales.

Recientemente, el Gobierno en funciones se mostró abierto a prorrogar estos paquetes, pero las principales instituciones nacionales e internacionales vienen pidiendo que se retire el apoyo fiscal, siempre bajo la tesis (espoleada desde el BCE) de que es peor y más empobrecedora en el largo plazo una inflación persistente que una recesión que destruya puestos de trabajo.

“Los gobiernos deberían seguir revirtiendo las medidas fiscales de apoyo y, en el caso de que los precios de la energía se mantuvieran elevados, sustituirlas por acciones más focalizadas. Es muy importante también que la política fiscal adquiera ya en 2024 un tono restrictivo que permita reducir progresivamente los elevados niveles de déficit y deuda pública, así como ganar margen de maniobra para afrontar futuras perturbaciones”, defendió este mismo lunes Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España.

Recesión en Alemania

Con estos mimbres, el FMI ve inevitable la recesión en Alemania, donde espera una contracción de la actividad del 0,6% en 2023. Asimismo, espera un fuerte frenazo en Francia. De hecho, coincide con el Banco de España y con la Comisión Europea y, pese al recorte de la expectativa al 1,7%, sigue confirmando el liderazgo de nuestro país en crecimiento económico entre los principales socios de la eurozona.

La excepcionalidad de España tiene que ver con el Plan de Recuperación y con el sector exterior, en el que está recogido también el turismo. Por ejemplo, en las previsiones del organismo destaca el 3,8% que espera que crezca la inversión de las empresas, tras hacerlo un 2,4% en 2022 y 2023.

En sus nuevas estimaciones, el FMI no tiene en cuenta la distorsión en el mercado internacional del petróleo y del resto de la energía en la que se podría traducir ahora el conflicto entre Israel y Palestina. Los carburantes han repuntado en las últimas semanas y se enfrentan a otro shock que podría presionar más a la inflación en general.

Pese a las subidas de salarios

Los beneficios de las empresas explican el 60% de la inflación

El crecimiento de los beneficios de las empresas explica el 60% de la inflación en la eurozona desde el inicio de 2022 al primer trimestre de 2023, según los cálculos del FMI en su informe de previsiones económicas.

Pese a las subidas de los salarios, sobre todo en los últimos meses, el aumento los costes laborales son responsables del 40% de la inflación acumulada, de alrededor del 6%.

Es decir, la inflación se ha visto más alimentada por las empresas que han subido sus precios por encima sus costes (energía, materias primas...), mejorando la rentabilidad de sus negocios (sus márgenes de beneficios), que por los incrementos de los salarios.