Lagarde ve la economía de España mejor que la del resto de países europeos
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, descarta una recesión en el conjunto de la eurozona en 2023 y ve a España “mejor” que al resto de economías comunitarias. En una entrevista en el programa 'Espejo Público' de Antena 3, Lagarde ha destacado que el punto débil de nuestro país es el desempleo. Pero ha observado que en inflación y crecimiento del PIB los datos son más positivos en España, y que se esquivará incluso “la recesión técnica” (dos trimestres consecutivos de contracción de la actividad), que sí podrían sufrir Alemania o Italia.
El avance de la economía resistirá pese a que la presidenta de la institución ha reconocido que el objetivo de las subidas de los tipos de interés son dañar el consumo de las familias y la capacidad de inversión de las empresas. Porque según ha insistido, enfriar la economía es “la herramienta que tenemos” para luchar contra las subidas de precios.
Dentro de esta estrategia, Lagarde ha reforzado el compromiso que adquirió a principios de febrero de aumentar el 'precio' del dinero oficial otros 0,5 puntos en la reunión del consejo de gobierno del BCE del próximo 16 de marzo, tras incrementarlo ya desde el 0% hasta el 3% desde julio del año pasado. Y ha avisado de que la institución ordenará más subidas en el futuro si los datos y las perspectivas lo exigen, “hasta devolver la inflación al objetivo del 2%”.
De hecho, ha recordado que la estimación actual es que esa meta no se alcance hasta 2025, por lo que ha advertido de que los tipos de interés permanecerán altos durante un tiempo, y que no regresarán a los mínimos previos a la invasión rusa de Ucrania que exacerbó la actual crisis energética y de inflación.
En el corto plazo, la presidenta del BCE ha adelantado una bajada de la inflación en marzo y en lo que queda de año por “efecto base”, ya que en los mismos meses del año pasado los precios de la electricidad, el gas o los carburantes se dispararon por la guerra. Sin embargo, ha admitido estar muy preocupada por los máximos de la inflación subyacente, que excluye precisamente a la energía de su cálculo y que muestra un contagio total en toda la cesta de bienes y servicios, y por la escalada de los precios de los alimentos.
Respecto a la asfixiante inflación en los supermercados, ha señalado que bajar el IVA, como decidió el Gobierno en España desde el 1 de enero, no es la mejor respuesta, porque beneficia tanto los pobres como a los más ricos. Y, además, ha explicado que cuando se retiren las bajadas de impuestos (también en el caso de la energía) se producirá un nuevo repunte de la inflación. En su opinión, es más recomendable diseñar medidas de ayuda directa a las familias más vulnerables, y ha puesto de ejemplo “el cheque de 200 euros” que Hacienda ingresará próximamente a las rentas más bajas que lo soliciten.
Sobre el doble golpe que reciben los hogares hipotecados por el encarecimiento de las cuotas, Lagarde ha considerado que los endeudados a tipo variable se han beneficiado durante años de los costes de financiación en mínimos y que tienen que asumir que su situación ahora es de desventaja. Según ha afirmado, le consta que “los bancos están dispuestos a renegociar las condiciones con sus clientes más afectados”, y ha trasladado al Gobierno la potestad de tomar otras medidas, como el tope a los tipos de las hipotecas que pide Unidas Podemos, aunque no ha profundizado mucho más en esa cuestión.
Por otra parte, ha subrayado que el BCE ya tiene constancia de que el volumen de nuevas peticiones de préstamos ha disminuido, y que las familias que ahora necesitan financiación están aplazando sus decisiones o renunciando.
Los depósitos los deben pelear los clientes con los bancos
Preguntada acerca de la remuneración de los depósitos por parte de las entidades financieras, que no se está elevando mientras que sí se han desbocado los costes para firmar un préstamo nuevo, Lagarde ha cargado la responsabilidad en este caso a los clientes. “Son ellos los tienen que presionar a los bancos o cambiar de banco”, ha dicho.
Tampoco ha ofrecido muchas esperanzas a los trabajadores, cuyos salarios están sufirendo una pérdida de poder adquisitivo histórica. Evitando exhibir demasiada agresividad, ha reiterado la petición a los sindicatos de contener sus exigencias de mejoras de los sueldos. Y ha ignorado sutilmente incidir sobre que los salarios están subiendo mucho menos que la inflación. Por el contrario, ha recalcado los aumentos del SMI y de las pensiones.
En toda la entrevista, no ha hecho ninguna mención, ni tampoco ha habido ninguna pregunta, sobre el fuerte crecimiento de los beneficios de las empresas y de sus márgenes (la capacidad de convertir en ganancias los ingresos tras trasladar los costes a los precios de venta).
Caso Ferrovial
La presidenta del BCE también ha rechazado hacer una valoración sobre el traslado de la sede de Ferrovial de España a Países Bajos, pero ha destacado “la importancia de avanzar hacia una unión del mercado europeo de capitales que acabe con la fragmentación actual y pueda responder a las necesidades de las grandes empresas europeas”.
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