Qué hacer (y qué no) cuando nos sangra la nariz: mitos y verdades

La mayoría de las personas han sufrido en algún momento de su vida una hemorragia nasal, una afección médica muy común que, según datos de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG), afecta a un 10-15% de la población general, especialmente a niños. También conocidas como epistaxis, como la llaman los especialistas, este signo clínico suele ser una molestia menor que se puede controlar en casa, aunque suelen asustar y, en la mayoría de los casos, o bien no sabemos qué hacer, o bien, cuando actuamos, lo hacemos mal. ¿Tenemos que taparnos la nariz? ¿Es mejor colocar la cabeza hacia atrás para cortar la hemorragia?
Por qué nos sangra la nariz
Antes de contestar a cómo actuar frente a un sangrado nasal, es importante conocer qué causas suelen esconderse detrás de un sangrado de nariz, que acostumbra a pasar por la rotura de algún vaso sanguíneo de la parte más externa de los orificios de la nariz.
Como señalan desde la Escuela de Enfermería del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, que acaba de inaugurar su nuevo Campus Pintor Rosales, que cuenta, como novedad, con un Centro de Simulación Clínica Avanzada que integra tecnología, diseño realista y metodologías innovadoras para un aprendizaje seguro y efectivo, la hemorragia nasal puede deberse a factores tan diversos como hurgarse la nariz, sobre todo algo habitual entre los más pequeños; darse un golpe en la nariz; por la presencia de cuerpos extraños; rinitis de tipo alérgica, viral o seca; pólipos o tumores benignos; por un incremento de la presión arterial; o por enfermedades cardiacas, pulmonares o sanguíneas.
Pero también puede verse favorecido por la inmadurez de la mucosa nasal en los niños, toma de fármacos como anticoagulantes y antiagregantes; o factores ambientales, como la sequedad provocada por la calefacción y el aire acondicionado.
Cómo actuar para cortar el sangrado nasal
Saber qué hacer cuando sangre la nariz es tan importante como conocer qué es lo que no debemos hacer. En este sentido, y según explica el Doctor José Miguel Villacampa Aubà, otorrinolaringólogo de los hospitales universitarios Infanta Elena y Fundación Jiménez Díaz, “debemos recordar que la primera medida a realizar es coger unos algodones —del tamaño de una aceituna aproximadamente— y meterlos en la nariz con un poco de agua oxigenada si es posible”. Es importante, en este punto, “apretar desde fuera de la nariz, desde ambos lados nasales, en forma de pinza con la cabeza inclinada hacia abajo, durante unos diez minutos”, aclara el especialista.
Pasado este tiempo, cambiamos los algodones y, “si no sangra, podemos seguir con nuestra vida normal”, aunque es aconsejable evitar esfuerzos, agachar la cabeza o sonarse la nariz en las siguientes horas, quitando el algodón en cuanto sea posible.
¿Qué no debemos hacer cuando nos sangra la nariz? Uno de los errores más habituales que solemos cometer cuando sangra la nariz es tirar la cabeza hacia atrás, pensando que así cortaremos la hemorragia. Sin embargo, al hacerlo, lo que conseguimos en realidad es dificultar la expulsión de la sangre, que irá hacia la boca y garganta. Esto no solo dificulta la respiración por la boca, sino que además puede provocar vómitos,náuseas o incluso atragantamiento con nuestra propia sangre.
Hidratación para prevenir el sangrado nasal
Aunque las hemorragias nasales no siempre se pueden evitar, sí hay medidas que nos ayudan a prevenirlas. Muchas veces las causas hay que ir a buscarlas en los factores ambientales, por la calefacción o el aire acondicionado, que pueden propiciar la sequedad nasal, un problema que favorece, a su vez, la aparición de sangrado nasal, sobre todo en niños. Como apunta el Doctor Villacampa Aubà, “es un problema que tenemos en todos los hospitales y en todos los edificios llamados inteligentes”, pero se puede prevenir.
La hidratación es la clave, igual que lo es para la piel seca o los labios agrietados, también lo es para la nariz seca. E hidratar la nariz es un proceso fácil. Como apunta Villacampa Aubà, basta con hacer algo tan sencillo como aplicar “vaselina tópica neutra, sin perfumes, aplicando una pequeña cantidad, similar a una lenteja, en la fosa nasal, en la zona lateral, sin meter el dedo hacia arriba, haciendo posteriormente un pequeño masaje desde fuera de la nariz, apretándola, para extenderla”. Esta medida, sin embargo, tendría una contraindicación: las personas que reciben oxigenoterapia, porque podría lesionarles la mucosa nasal.
Aumentar la humedad del ambiente, con humidificadores, también es una medida eficaz para prevenir el número y frecuencia de los sangrados nasales.
Sangrado nasal: ¿cuándo buscar ayuda médica?
Si, pese a todo, estos remedios y medidas no funcionan y la hemorragia nasal continúa o empeora deberemos buscar atención médica. También si aparecen, junto con la hemorragia, otros síntomas como palidez, sudoración o disminución del estado de conciencia, o si está relacionada con un aumento significativo de la presión arterial.
Solo el 10% de las hemorragias nasales suelen ser graves, por abundantes o por repetitivas, según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL CCC).