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Seguir en la vanguardia europea a los diez años de recibir el testigo como Green Capital

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Escribo estas líneas de vuelta de Valladolid, donde hemos firmado nuestra adhesión a la Declaración institucional 'Ciudades climáticamente neutrales en 2030', otro importante paso para reforzar nuestra candidatura a la misión europea 'Cien ciudades inteligentes y climáticamente neutras para 2030' y que constituye un compromiso para resolver uno de los principales problemas de nuestro planeta: la emergencia climática. Una declaración en la que participamos las ciudades de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Valladolid, Zaragoza, Soria y Vitoria-Gasteiz. 

Esta firma se produce justo la semana en que celebramos el décimo aniversario de la recepción del testigo de la Capitalidad Verde Europea, un reconocimiento al trabajo compartido durante años por varias corporaciones y alcaldes, y esencial para explicar la trayectoria medioambiental de Vitoria-Gasteiz.

El alcalde Cuerda fue el impulsor durante veinte años de la ciudad sostenible cuando apenas nadie reconocía el concepto de sostenibilidad. No hay suficiente tinta en mi bolígrafo para describir todo lo bueno que supusieron sus cinco mandatos en materia social, económica y medioambiental, pero, a modo de resumen de esta última, destaco la peatonalización del centro urbano, la creación del Centro de Estudios Ambientales (CEA) capitaneado por el magistral Luis Andrés Orive, un diseño urbano con un trato preferencial a las zonas verdes o la recuperación de los parques periurbanos en lo que más tarde denominamos Anillo Verde, la principal seña de identidad de la Vitoria-Gasteiz 'green'.

El alcalde Alonso tuvo la virtud de continuar la tarea emprendida anteriormente, fortaleciendo el Anillo Verde con intervenciones como el jardín botánico de Olarizu. Pero, además, introdujo una nueva variable en la política local de sostenibilidad: la movilidad urbana. En su tiempo, se firmó el Pacto Ciudadano por la Movilidad Sostenible y se elaboró el Plan de Movilidad Sostenible y Espacio Público, con una vigencia prevista hasta el año 2023 y donde se recoge un modelo de ciudad más amable para las personas.

Para dejar de ser parte del problema y convertirnos en parte de la solución. Para seguir a la vanguardia europea. Para agilizar el cumplimiento del Acuerdo de París y de la Agenda 2030. Para mitigar la emergencia climática

El alcalde Lazcoz tuvo el acierto de dar continuidad a dicho plan reestructurando con éxito las líneas de TUVISA, que vieron incrementadas sus cifras de personas usuarias de forma significativa. Además, impulsó durante su mandato la internacionalización de nuestra marca verde recogiendo el galardón European Green Capital en la ceremonia organizada por la Comisión Europea. Corría el año 2010 cuando fuimos la tercera ciudad europea en recibir este reconocimiento tras Estocolmo y Hamburgo. Casi nada.

El alcalde Maroto gestionó con soltura el año de la Capitalidad Verde (2012), del que, en cuestión de días, iniciaremos el décimo aniversario e incorporó un nuevo concepto a la acción medioambiental: la renaturalización del espacio urbano y el desarrollo de las infraestructuras verdes urbanas, tomando como muestra una de las principales arterias de nuestra ciudad, la Avenida Gasteiz.

Desde 2015, hemos dado continuidad al desarrollo de infraestructuras verdes urbanas y hemos profundizado en la movilidad sostenible con la ampliación del tranvía al sur de la ciudad, la ya próxima extensión tranviaria a Salburua y la creación de una línea de autobús eléctrico (BEI) que sustituirá a la periférica, además de ampliar el reconocimiento internacional a nivel mundial con el galardón Global Green City 2019 auspiciado por Naciones Unidas.

Y ahora, en el viaje de regreso a casa por estas tierras del Pisuerga, tengo el convencimiento de que es el momento de estimular nuestra acción local con una nueva estrategia 'green': la neutralidad climática. Porque en un futuro mucho más cercano de lo que imaginamos, las ciudades deberán ser neutras en carbono para procurar bienestar social y competitividad económica. Y Vitoria-Gasteiz debe estar entre ellas. Para dejar de ser parte del problema y convertirnos en parte de la solución. Para seguir a la vanguardia europea. Para agilizar el cumplimiento del Acuerdo de París y de la Agenda 2030. Para mitigar la emergencia climática. Para acelerar nuestro compromiso con un planeta que ya no puede esperar más. Y todo ello hacerlo juntos y juntas, como hicimos—hoy hace diez años— en la recepción del testigo de la Capital Verde Europea, como Green Capital.

Escribo estas líneas de vuelta de Valladolid, donde hemos firmado nuestra adhesión a la Declaración institucional 'Ciudades climáticamente neutrales en 2030', otro importante paso para reforzar nuestra candidatura a la misión europea 'Cien ciudades inteligentes y climáticamente neutras para 2030' y que constituye un compromiso para resolver uno de los principales problemas de nuestro planeta: la emergencia climática. Una declaración en la que participamos las ciudades de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Valladolid, Zaragoza, Soria y Vitoria-Gasteiz. 

Esta firma se produce justo la semana en que celebramos el décimo aniversario de la recepción del testigo de la Capitalidad Verde Europea, un reconocimiento al trabajo compartido durante años por varias corporaciones y alcaldes, y esencial para explicar la trayectoria medioambiental de Vitoria-Gasteiz.