Denuncian la grave afección ambiental que acarreará la finalización del dique del puerto de Mutriku

La plataforma ecologista Mutriku Natur Taldea ha presentado un recurso a la decisión del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, dirigido por la consejera Arantxa Tapia, de finalizar el dique del puerto de esta localidad costera de Gipuzkoa, cuyo presupuesto es de 18,9 millones de euros (IVA incluido) y que aspira a captar fondos Next Generation EU. En un escrito de 18 páginas presentado el 1 de marzo, este colectivo denuncia que el proyecto tendrá graves afecciones ambientales. Este periódico ha tratado de contrastar estas quejas con el Gobierno, pero no se ha facilitado ninguna respuesta.

El nuevo puerto de Mutriku se ideó en 2002, precisamente el año en que se constituyó Mutriku Natur Taldea. Según una memoria del Ejecutivo, las obras se iniciaron en 2005. Ya en 2006 el proyecto sufrió una primera modificación para implantar allí una central undimotriz (generación de energía merced a las olas). En 2007 hubo temporales invernales y, en 2008, se aprobó un segundo modificado para “reforzar y aumentar el peso de los bloques”. Sin embargo, estos cambios aumentaron los costes previstos y contratados en 2005 y la Administración y las contratistas acordaron la rescisión de las adjudicaciones. El plan se quedó “a falta de completar 88 metros de alineación y el morro B del dique”.

“Estamos, por lo tanto, ante una situación de provisionalidad que lleva más de una década sin resolverse definitivamente, con un morro de invernada cuyo período de retorno se estima del orden de 5 años que, al margen de no abrigar suficientemente las instalaciones de la dársena deportiva (ya ha habido daños en el pantalán exterior), implica asumir un riesgo evidente en cuanto a la seguridad”, argumenta el Gobierno sobre la necesidad de completar el puerto de Mutriku. Se añade que el dique “mejora el acceso marítimo” a los amarres y “reduce la agitación interior” para las embarcaciones deportivas. Con los 88 metros pendientes, el dique completará “440 metros de longitud”. De momento, hay tres empresas interesadas en el concurso.

Mutriku Natur Taldea, en su escrito, alega que es un “nuevo proyecto” y que la autorización ambiental de 2004 queda ya “caducada” ante las modificaciones decididas. “Ha caducado no sólo por el transcurso del tiempo sino también porque el proyecto de terminación de las obras se ha visto modificado sustancialmente en varias ocasiones y requiere del estudio de nuevas alternativas y evaluación ambiental”, alegan. Pide que se realice un nuevo estudio “que permita dilucidar la conveniencia o no de alargar más el dique del puerto mutrikuarra” porque el vigente ha perdida ya su “finalidad protectora”.

Este colectivo ya adelanta algunas posibles consecuencias al ecosistema de la zona. “A estas alturas y todavía sin ejecutar la terminación del proyecto, el interior portuario ha perdido gran parte de su capacidad de regeneración, capacidad que quedará prácticamente anulada si se ejecuta el actual proyecto”, entienden. Aportan unos datos para probar estas aseveraciones: la playa del puerto ha perdido un 46% de superficie, la de Mutriku 2 un 41,67% y la de Ondarbeltz un 61,68%. También alertan de la situación de los “acantilados submarinos, que evidentemente se van a ver afectados por las obras y que no se tuvieron en cuenta en el año 2004”. Y “otra vulnerabilidad detectada como muy alta es la de carretera GI-638”. “El proyecto actual redirigirá el oleaje hacia los acantilados sobre los que transcurre la carretera, por lo que dicho efecto debe ser sometido a estudio previo”, explican. Esa zona es un “corredor ecológico”. Igualmente, aluden a que esos mismos cambios en las olas supondrán maniobras de riesgo en la aproximación al puerto.

Según Mutriku Natur Taldea, la playa del puerto ha perdido un 46% de superficie, la de Mutriku 2 un 41,67% y la de Ondarbeltz un 61,68%

El recurso estima también que las obras supondrán, en sí mismas, una gran afección. El Gobierno admite que toca desmontar el “morro de invernada existente”, lo que generará una “retirada de bloques, retirada de capa filtro de escollera y demolición de solera de hormigón de formación de plazoleta”. Y la ampliación acarreará el movimiento de “gran volumen de material” que será transportado en “camiones de gran tonelaje”.

“Una nueva evaluación ambiental permitirá no solamente a los ciudadanos de Mutriku realizar alegaciones, sino también a las administraciones concurrentes. Es lo que se denomina derecho a la participación pública, que se ha obviado y, por lo tanto, vulnerado”, defienden desde Mutriku Natur Taldea. Insisten también en que la cancelación de las obras hace una década escondía “diversas irregularidades” y sobrecostes. “Todo un despropósito”, sintetizan.