Marijaia devuelve Aste Nagusia a Bilbao tres años después: “Es la semana festiva más grande del mundo”
El pañuelo azul ya ha quedado anudado al cuello hasta el 28 de agosto. Bilbao ha descorchado este sábado a las 19.00 horas su cuadragésima segunda Aste Nagusia, la semana grande que no tiene siete sino nueve días de frenesí por aquello de que en la autoproclamada capital del mundo todo se hace “a lo grande”, en palabras del alcalde, Juan María Aburto. No es una edición más ya que han trascurrido tres años desde la anterior. O lo que es lo mismo, casi 1.100 días o 17.500 horas o un millón de minutos. Por vez primera en la historia, la COVID-19 obligó a suspender las fiestas en 2020 y ocurrió lo mismo en 2021. En 2022 no ha acabado la pandemia pero ya se convive con el virus, aunque entre los asistentes había alguna mascarilla suelta. El ansia por tantos años de espera era tal que antes de que el reloj marcara las siete de la tarde ya había empezado el pregón.
En el regreso, en el que la plaza del Teatro Arriaga ha presentado un aspecto de lleno total, el Ayuntamiento ha querido promocionar estos festejos como la mayor oferta cultural y de ocio gratuita del sur de Europa. Ahora bien, el alcalde ha ido un paso más allá y, en una alocución en inglés, euskera y castellano a través de las redes sociales, ha remarcado que Bilbao es ya una ciudad de relevancia “en la escena internacional” y que su Aste Nagusia “es la semana festiva más grande del mundo”. Porque “Bilbao is getting ready to party” y para acoger a millón y medio de personas, el equivalente a casi tres cuartas partes de la población total de Euskadi y casi los mismos que acreditó Pamplona este pasado julio en San Fermín.
“La mascota está más contenta que nunca de volver después del coronavirus”, ha asegurado en el vídeo en inglés sobre Marijaia Aburto, quien ha prometido que el programa tiene “algo para cada uno, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y personas mayores”. El regidor, eso sí, ha rogado ofrecer una imagen de tolerancia, con respeto a las mujeres y a los extranjeros o sin violencia hacia el colectivo LGTBI y con una vida festiva compatible con el descanso y el “cuidado” de la ciudad. Bilbao, además, cuenta en 2022 con el escaparate de haber sido escenario de una de las grandes apuestas de Netflix, la serie 'Intimidad'.
En la antesala de la salida de Marijaia al balcón, las autoridades -y otros 'vips' bilbaínos- se han reunido en el interior del Arriaga. El Gobierno vasco ha enviado una representación del máximo nivel, encabezada por el vicelehendakari, Josu Erkoreka, por el portavoz y consejero de Cultura, Bingen Zupiria, por la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, y por el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu. En Vitoria, por ejemplo, solamente asistió al Celedón la consejera Beatriz Artolazabal. Los abanicos incesantes y el sudor en la frente del primer edil indicaban el calor que había en el lugar. El mercurio ha superado los 31 grados este sábado.
Antes del acto oficial, se ha celebrado el txupin de las comparsas. La txupinera de 2022 ha sido Iratxe Palacios, que ha apelado a la “actitud disfrutona”. La actriz Itziar Lazkano ha sido la pregonera, quien ha pedido aprovechar esta edición tras dos años de Aste Nagusia suspendida. Un “master de paciencia” para que vuelvan las barracas, el marmitako y hasta las meadas furtivas entre coches, ha ironizada. “Que sea una fiesta que valga por tres, libre de agresiones, radiante, elegante y feliz”, ha solemnizado antes de enumerar casi todos los barrios de la villa, a la que ha definido como “capital de la vía láctea”. Su alocución ha contado con una intérprete para personas sordas. También son protagonistas de la fiesta Toño Valdivieso, sastre de Marijaia y que asegura que este año le ha hecho un traje con tonos salmones, a juego con su tono de piel pero igual de vivo que siempre. Debajo de la reina de la fiesta hay otro hombre, Pedro Santa Cruz, que lleva una década haciendo bailar a la figura.
Que sea una fiesta que valga por tres, libre de agresiones, radiante, elegante y feliz
Las autoridades habían hecho llamamiento específico a reducir los residuos después de ejemplos de grandes cantidades de basura generadas tanto en la bajada de Celedón en Vitoria como en fiestas como las de Elantxobe. Se pidió también no lanzar harina y huevos, un clásico en el pasado, y, en definitiva, “evitar que todo quede hecho una porquería, precisamente en la vuelta de Marijaia tres años después”. “Manchando todo no se respeta a los que quieren vivir un txupin limpio”, había clamado el Ayuntamiento, que incide en que cada vez “molesta” a más gente la suciedad de los huevos y la harina. “No nos representan en nada porque eso no es una tradición en Bilbao”, abundaron. El éxito del llamamiento ha sido muy relativo, casi un fracaso. Había personas que, de hecho, se han guarecido bajo ponchos para evitar mancharse. También se han exhibido numerosas pancartas a favor de los presos de ETA y se ha escenificado la pugna entre GKS y la izquierda abertzale oficial.
En todo caso, la contrata local de limpieza ha movilizado a una treintena de operarios apoyados por una docena vehículos para adecentar el entorno del Arriaga en tiempo récord tras el arranque festivo. En el caso del ya tradicional desfile de la Ballena, el equipo especial sumará veinte máquinas y 35 trabajadores para limpiar el entorno de la Gran Vía de Don Diego López de Haro y sus aledaños. De 600 personas que componen la plantilla de la contrata, 260 se dedicarán en exclusiva a los refuerzos para Aste Nagusia. Y un dato: se han instalado 242 baños públicos, 50 químicos, 130 de agua -13 para personas con movilidad reducida- y 62 'pixatokis' -56 masculinos y seis femeninos- en El Arenal, la zona de txosnas. El dato contrasta con los 50 esparcidos por la villa de manera ordinaria.
Policía “por toda la ciudad” y “las 24 horas”
La Ertzaintza y la Policía Municipal han diseñado un dispositivo especial de seguridad ante la previsión de grandes afluencias, que fue presentado este viernes aunque sin el dato del número de agentes movilizados. “La seguridad y la prevención son las prioridades fundamentales de ambos cuerpos policiales, teniendo en cuenta que por la ciudad pasarán hasta un millón y medio de personas a lo largo de los nueve días de fiesta”, entiende la edil Amaia Arregi, responsable de Seguridad, que ha recalcado que el trabajo se viene realizando “desde hace meses” para que funcione como un reloj. Las áreas de trabajo son la prevención de robos -se ha pedido no llevar en lugares visibles la cartera o el móvil-, la seguridad vial y el consumo de alcohol y drogas -hace tres años hubo casi 700 controles-, la seguridad alimentaria en los recintos festivos y la violencia contra las mujeres.
Habrá patrullas “por toda la ciudad”, tanto uniformadas como de paisano, y “las 24 horas del día”. La presencia será singularmente intensa “en las zonas de mayor concentración de personas”. Se podrán interponer denuncias en caso de un hurto, por ejemplo, en el propio lugar de los hechos, sin ir a comisaría. En cuanto a las agresiones sexuales, a las que se añaden este verano las denuncias de pinchazos, se ha diseñado una aplicación llamada Erastop con “señal inmediata” a la Policía de Bilbao. En torno a 30.000 personas la han descargado, según los datos oficiales. El alcalde, Aburto, ha acompañado estos datos generales con un titular a cinco columnas en la portada del periódico local con mayor tirada, 'El Correo': “Garantizo una presencia policial que impacte. No habrá espacio de impunidad”.
Los Bomberos se sumarán con operativos especiales para los castillos de fuegos artificiales y posibles incidencias en la Ría. Como información práctica, en el Ayuntamiento se ha abierto el denominado “Servicio Extraordinario de Objetos Perdidos y Hallazgos”, una ventanilla para tratar “la más inmediata devolución de cuantos objetos puedan perderse en el transcurso de las fiestas (carteras, llaves y/o móviles, fundamentalmente)”, según las autoridades municipales. Este servicio “permanecerá abierto las 24 horas durante toda Aste Nagusia”, su teléfono es el 94 420 49 81 y “estará atendido por cuatro personas en todo momento”. “Con su puesta en marcha, se pretende reducir el tiempo de recuperación de los objetos extraviados, fundamentalmente documentación personal”, indican estas fuentes.
Un 20% más de presupuesto que en 2019
Las fiestas se alargarán hasta el siguiente domingo, nueve días. El viernes será festivo local. Disponen de un presupuesto que rondará los 3 millones de euros, un 20% más que en 2019, la última edición celebrada. El programa oficial contempla 500 actos gratuitos, 100 de ellos actuaciones musicales en hasta nueve escenarios. Entre los artistas contratados se hallan Mikel Urdangarin, Víctor Manuel, La Oreja de Van Gogh, ETS o Ana Mena. Se pueden consultar aquí más detalles del programa. Hay también teatro, pirotecnia, barracas, la mencionada incursión urbana de la Ballena y todo su séquito, bilbainadas, espacios para niños y para mayores y también las corridas generales de toros, que forman parte de la programación oficial a diferencia de en Donostia, que las ha programado pero solamente unos días, o de Vitoria, que lleva un lustro sin tauromaquia. Las txosnas, de su lado, tienen programación propia. Gogorregi, la comparsa de las juventudes del PNV, por ejemplo, ha anunciado un concierto de Boney M.
Una idea de El Corte Inglés
La Aste Nagusia de Bilbao es un constructo social mucho más moderno que La Blanca de Vitoria o que los Sanfermines de Pamplona. La primera edición se celebró en 1978, aunque históricamente ha habido fiestas en la villa en agosto en el entorno de la festividad de la virgen (15 de agosto). De hecho, están documentadas desde el siglo XVIII las corridas generales en diferentes cosos hasta el actual de Vista Alegre. En las postrimerías del franquismo se hicieron algunos intentos de diseñar fiestas locales y populares más allá de los toros o el circo. Se ironiza que El Corte Inglés está detrás de algunas celebraciones en España por su interés comercial pero, literalmente, sí que se puede afirmar que está en la génesis de las fiestas de Bilbao. En 1973 ideó en estas fechas unas jornadas dedicadas al deporte rural vasco y, en 1978, puso 100.000 pesetas para un concurso de ideas para la versión bilbaína de la semana grande ya consolidada en capitales vecinas.
“Las Fiestas de Bilbao. Durante años y tradicionalmente se ha asegurado que carecen de la autenticidad de una participación popular. Que las Fiestas de Bilbao, en definitiva, no son populares. No trascienden al gran público de Bilbao porque el pueblo no participa en ellas. Repetidamente se ha tratado el tema en nuestros medios de comunicación social, en el sentido de que las fiestas en su espíritu y argumento más popular, deben representar el tipismo y la personalidad de un pueblo. Por ello, El Corte Inglés con la colaboración del Ayuntamiento de la Villa y la participación de los medios informativos, convoca el presente Concurso de Ideas bajo el lema 'Hagamos populares las Fiestas de Bilbao'. Somos los propios bilbaínos quienes debemos aportar, sugerir, las ideas realizables de unos festejos eminentemente populares, que satisfagan a las gentes de nuestros barrios, a la comunidad toda de los vecinos de Bilbao y que respondan a la expresión más sincera de conseguir, entre todos, 'hacer un Bilbao mejor'. Ahora tenemos la oportunidad de hacer algo positivo, de construir los comienzos de unas verdaderas fiestas del pueblo, pensadas por el pueblo y realizadas por y para el pueblo con la participación de todos los bilbaínos. ¡Esta es la ocasión!”, era el argumentario de la cadena de centros comerciales en 1978, según recoge Bilboko Konpartsak.
Irónicamente, la ganadora del gran icono del capitalismo en España fue una comparsa comunista, vinculada al denominado EMK. Se llamaba -y se llama- Txomin Barullo, en memoria de un bilbaíno real llamado Domingo. Así explica lo que es EMK la Enciclopedia Auñamendi: “Agrupación revolucionaria cuyos inicios se hallan en la V Asamblea de ETA celebrada en 1966-1967. La rama desgajada, ETA Berri (1967) se convirtió en Komunistak (1969), tras haber adoptado el marxismo leninismo y el maoísmo como ideología y el nombre de 'Movimiento Comunista de España'. En 1972 efectúa una convergencia con grupos análogos del Estado español pero en 1976 su Comité Central decide que el MC adoptará en su nombre el de la nacionalidad en la que ejerciera su acción política. Así surge el MCE-EMK”.
El Corte Inglés, de hecho, patrocina aún ahora el gran premio internacional de fuegos artificiales, que cumple su trigésima edición este 2022. Quien fuera su relaciones públicas en 1978, Quico Mochales, admitió en 'El Mundo' que importó la idea de Donostia, con una gran tradición en este tipo de espectáculos.
Las fiestas, a diferencia de las de Vitoria o Pamplona, no tienen fecha fija. Arrancan siempre en sábado. El gran icono festivo, Marijaia (algo así como la señora de la fiesta, en euskera), no existía a pocos días de que arrancara la primera edición. Inspirada en las figuras femeninas de la mitología vasca, la diseñó Mari Puri Herrero con los brazos en alto en señal de alegría festiva y coloridos ropajes. La idea era que fuera quemada al final de la Aste Nagusia. Así fue la crónica de 'El País' en 1978: “Nunca nadie, con sólo nueve días de historial tuvo un entierro tan multitudinario ni tan sentido como Marijaia. Cuarentona, entrada en carnes, con cara de cachondeo y cuerpo de jota, nacida de las manos de la pintora Mari Puri Herrero, Marijaia no ha sido un símbolo ni una mascota, fue la fiesta misma de Bilbao, que se quemó el domingo a medianoche mientras su enorme ataúd amarillo se hundía en la ría ante no menos de 50.000 personas. Este fue el único rito funerario de unas fiestas que hace un año no existían y que han movilizado por encima de las 100.000 personas diarias”. Así como en Vitoria hay un creciente debate para que Celedón sea encarnado por una mujer -de hecho, en la versión infantil ya existe Edurne txiki- y a Olentzero -carbonero que trae regalos en Navidad- ya se le ha sumado a Mari Domingi, ese pulso no late en la capital de Bizkaia con un posible acompañante masculino para Marijaia. A ella le acompañan una txupinera -con tradicional traje rojo y siempre una mujer como recuerdo a aquellas que avisaban de las “grandes solemnidades populares” con cohetes, según Bilboko Konpartsak- y un pregonero o pregonera -de amarillo-.
Aquellas primeras fiestas de 1978 fueron precarias. Bilbao tenía una comparsa de gigantes y cabezudos diseñada en 1962 inservible y el Gargantua estaba también en mal estado. Así, en 1979 y 1980 Vitoria tuvo que ceder tres parejas de gigantes -los 'regüeveros' y los aldeanos de Aramaio y de la montaña alavesa- y un Gargantua que en aquel momento ya tenían más de medio siglo de antigüedad. Todas estas figuras siguen desfilando en la actualidad en las festividades vitorianas. En 2017, con motivo del centenario de la comparsa de Vitoria, los gigantes de Bilbao devolvieron la visita a la capital vasca, incluido 'Pichichi' con su camiseta del Athletic. Asimismo, hubo un fallecido en una 'sokamuturra', un joven de 20 años.
El factor diferencial de aquella primera Aste Nagusia es que estaba controlada por una comisión de las comparsas y no por el Ayuntamiento. “Nosotros hemos tratado tan sólo de que la gente despierte sus ganas de fiesta, sin abdicar de nada. La lucha no está reñida con el juego. Además, creemos que ésta ha sida una experiencia autogestionaria importante. El Ayuntamiento ha desaparecido durante nueve días y el pueblo ha demostrado de que es capaz de autoorganizarse. Si hasta ahora no lo había hecho es porque no le habían dejado y si no lo puede hacer en otros campos es por la misma razón”, contaban los promotores a 'El País'. Este 2022 se ha tratado de alimentar esa supuesta tensión entre la autoorganización y la oficialidad por las denuncias de pinchazos. Las txosnas defienden sus protocolos y la Ertzaintza reclama que las denuncias lleguen a la autoridad a la luz de una polémica en las fiestas del puerto viejo de Algorta, en Getxo.
Históricamente, el día grande -el viernes- implicaba también el izado de las banderas oficiales, la de Bilbao, la de Bizkaia, la ikurriña, la de Europa... y la de España. Eso generó la conocida como “guerra de banderas”. En la década de 1990, lo contaba así 'El País': “A lo largo de la mañana, grupos de jóvenes con el rostro cubierto se enfrentaron a la Policía en el recinto festivo, arrojando a los agentes cohetes cargados con clavos, piedras, tornillos y rodamientos. Dieciséis personas fueron detenidas durante los incidentes y otras tantas resultaron contusionadas, de ellas, tres miembros de la policía vasca. Las cuatro banderas -la española, la ikurriña, la de Bilbao y la europea- fueron Izadas en los mástiles del balcón principal del Ayuntamiento a las diez de la mañana. Minutos antes habían llegado a la casa consistorial ocho furgonetas y una tanqueta de la Ertzaintza”. Desde 2008, por una sentencia judicial, la bandera de España ondea de manera permanente en la Casa Consistorial y este izado especial ha desaparecido.
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